Prologo

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— Bel — dijo Lukas mirándome con pánico, mientras se apresura a cubrirse con una sábana.

Yo estoy inmóvil, recordando todas las veces que Lukas me dijo que me amaba, que yo era su mundo y que si me perdía sería su fin.

Las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos sin que pueda evitarlo. Marisa no hace más que reír de lo estúpida que he sido por haberme creído que ellos eran primos.

— Bel no es lo que parece — Lukas intenta defenderse.

— ¿Que no es lo que parece? — digo con la voz quebrada — ¿que estás follando con tu supuesta prima?

— Déjame explicartelo — escuchar su voz ahora duele como el mismo infierno.

— No es necesario — miro por encima de su hombro y la sonrisa triunfante de Marisa solo provoca que me sienta aún más miserable.

Doy la vuelta con la intención de marcharme, no soporto seguir aquí.

— Bel espera — Lukas me retiene mientras sostiene mí brazo izquierdo.

— Lo nuestro termino Lukas — tras decir eso siento que algo dentro de mí se rompe — no me busques, no me llames, no me escribas en este momento, ya no existes para mí — Lukas suelta mí mano y yo aprovecho para salir corriendo de ese lugar.

— ¡Bel te amo! — es lo último que escucho de él antes de subir al auto mientras lloro desconsoladamente

A lo que llaman prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora