Shot Shot Shots! [ TK ]

¿NOW WHAT?

KEYWORD: ESPOSAS

EXT: 3100 W

Un escurridizo estafador y ladronzuelo salía por la puerta principal de una de las joyerías más antiguas de Seúl con una ancha sonrisa en su rostro.

Nuevamente había cumplido con su objetivo.

Se había hecho de fama desde hace algunos años por recuperar cualquier cosa que se te hubiera perdido, o irónicamente, te hayan robado, ya sea alguna joya, bienes de objeto sentimental hasta inmuebles y dinero, sus precios eran elevados, claro, pero nada comparados al valor de los objetos que recuperaba.

Podría decirse que su trabajo era impecable de no ser porque él mismo dejaba saber que de alguna forma había sido él, con una sonrisa en las cámaras de seguridad horas antes o algún mensaje subliminal que llevará a su nombre pero nunca, una prueba contundente que lo culpara.

Los rayos del sol golpeaban su rostro, haciendo resaltar sus brillantes ojos esmeralda, este nuevo robo había sido descarado, a plena luz del día y sin un solo rastro suyo pues, no tenía que ver con ningún encargo, todo había sido con un fin personal.

Sonreía a una que otra persona se encontraba y reverenciaba hacia los adultos mayores pensando la reacción que tendría esa persona al recibir semejante regalo.

— ¿De cuando acá tan educado? — Preguntó en su oído la persona que lo acorraló y puso de cara contra una camioneta.

— Agente Jeon, tiempo sin vernos —.

Jeon JungKook agente de la NIS, líder del caso "Sombra" que lo tenía como objetivo principal al ser responsable de los mayores atracos a personas influyentes de Asia, realmente no había forma de culparlo y el caso antes de ser comenzado era perdido, pero la agencia había tenido que abrir una investigación en su contra para no tener que lidiar con peces gordos exigiendo justicia por lo que se les había "robado".

Habían tenido encuentros múltiples veces, dónde por lo regular, había sido el azabache burlándose de la agencia y lo bien hechos que eran sus atracos, inclusive el delincuente había empatizado con Jeon, los superiores del agente sabían que se conocían desde antes, más no sabían porqué o en qué situaciones. Y, en otras veces, habían colaborado capturando peces gordos que antes había estafado y que buscaban venganza, su relación era bastante... Pasiva-agresiva.

— Aun sin vernos seguiste siendo un dolor en el culo — Masculló el agente.

Y de la nada, el delincuente se vio esposado en el asiento trasero de la camioneta negra perteneciente a la NIS con el agente manejando hacia un rumbo desconocido.

— ¿Y ahora que hice? — Preguntó fingiendo demencia.

— La cagaste, eso hiciste, pendejo. Una cámara de seguridad oculta grabó el momento exacto en el que cambias la reliquia original por una falsa, no hay excusa que te salve de prisión —.