'La gente miente, las cosas cambian.'
Ya es viernes por la tarde. Hace casi una semana de la fiesta en casa de Judith. No he vuelto a ver a Dani. El lunes me dijo que estaba enfermo y ya no he vuelto a saber de él. Es raro. Antes hablábamos a todas horas. Espero no haberla cagado.
Me encontraba fatal. Llamé a Dani pero no obtuve respuesta. Necesitaba oírle, necesitaba un abrazo suyo o al menos un Tú puedes. Pero seguía sin responder.
Entré en ese invento del demonio que es Snapchat y casualmente me aparecióuna actualización de su historia. Obviamente la vi. Las primeras fotos normal, él enfermo y la play. Pero la última foto era de anoche. Con la puta de Victoria.
A la tercera llamada, dió señal su móvil y me respondió Victoria:¿Quién? Tuve que colgar. La impotencia que me daba que me hubiera hecho eso y además con ella. No creía que él era así. Me engañó. No podía creerlo. Y empecé a llorar como nunca.
No lloraba por él, lloraba por lo imbécil que fui al creerle. Lloraba porque me hizo creer que me quería.
Y así estaba yo. Con el corazón hecho trizas.
¿Alguna vez os han roto el corazón? Pues os diré como se siente. Al oír esas palabras que tanto temías, te paralizas, tu pulso aumenta, notas que el corazón está a punto de salirte del pecho y tu respiración se corta y se reanuda a un ritmo excesivamente rápido. Ahí, te arde la garganta, quizás por la impotencia y la rabia que da tener que callar aquellas palabras que deberías haber gritado; mientras tu estómago sufre un duro puñetazo tras otro sin un respiro; y sientes pinchazos en el pecho, pinchazos tan fuertes que parece que en cualquier momento comenzarás a sangrar. Unos momentos después acabas con los ojos vidriosos, el corazón roto y el alma, destrozada.
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Sonrisas y lágrimas
Novela JuvenilEstos son los pensamientos de una adolescente cualquiera, o quizás no sea cualquiera. Todo ficción, o casi todo.