Apariencias.

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Nada más acabar la conferencia, de camino a las aulas, se me acercaron los chicos. Todos vinieron a darme dos besos y se presentaron, yo también me presenté. Preguntaron cosas sobre mí, no respondí a todas sinceramente.
Me reí mucho con ellos, eran polletes pero me caían bien.
Las niñas repelentes se me acercaron.
-¿Tu eres la nueva no?
"No soy Casper", pensé.
- Si jaja.- Que pregunta más tonta, pero sonreí con una sonrisa falsa, pero no tanto como ellas.
Cuando llegamos a clase nos dejaron sentarnos donde quisiéramos y eso hice. Me senté en última fila, en la esquina, un sitio estratégico para dibujar cuando el profesor cree que haces la tarea. Llegó Victoria, la líder de las guarras, y me vió allí sentada. Me miró tan mal que parecía que le había robado la esquina o algo.
Llegaron casi todos, sobraban tres sitios. Uno a mi lado, como no. Entraron por la puerta tres chicos que se presentaron antes. Ángel era un chico de estatura media, bastante agraciado, rubio de ojos azules; también estaba Ibai, un chico bajito, con el pelo negro y los ojos oscuros, moreno de piel; y detrás de ellos entró otro chico que no recordaba su nombre, era alto, de piel clara, ojos ¿marrones?, no, ese color tan bonito no podía ser marrón. El pelo era castaño claro, y lo tenía un poco bajado y para el lado, complejo de Justin Bieber, al que no tenía nada que envidiar.
Ángel e Ibai se sentaron juntos y vino el otro chico.
- ¿ Está ocupado?
- No, que va.- Y me salió mi odiosa voz de niña pequeña enamorada.- ¿Cuál era tu nombre? Me han dicho tantos a la vez que ya ni me acuerdo jeje.
- Daniel. Daniel Sempere.- Y me sonrió.
Tierra llamando a Noelia, Tierra llamando a Noelia, Noelia vuelve por favor que vas a quedar como una tonta.
Le miré y le sonreí yo también. Por fin algo bueno en el colegio. Y tan bueno.
Cuando acabaron las presentaciones de los profesores, los horarios y tal, sonó el timbre.
Salimos y allí estaban dos chicos y una chica, vestidos de negro, con el pelo que parecía sucio pero era gomina, tirado para abajo tapándose media cara. Ahora caigo, son emos. Si son emos les debo un respeto, normalmente es gente que no está pasando por una buena etapa de su vida y lo refleja directamente. Fui a presentarme, ya que parecían tímidos y eran el único grupo que no se acercó a saludar.
- Hola. Soy Noelia Hemmings, la nueva.
- Hey... Siéntate, yo soy Tomás, pero por favor llamarme Tom, él es Christian y ella Judith.- dijo ofreciéndome un sitio.
- Mmm, si, podría quedarme un poco.
Eran totalmente diferente a lo que parecían, eran simpáticos, cariñosos y divertidos, pero solo la gente con la que les merece la pena. Judith me confesó su propulsión a los cortes, yo la entendía y intentaba mostrárselo pero tampoco le iba a contar mis penas sin conocerla.

Ibai parecía majo, Daniel ya era como mi amor platónico y Tom y Judith me cambiaron el día. A pesar de ese grupito de niñas odiosas y de Victoria y sus secuaces, el curso prometía.

Sonrisas y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora