XXIV

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El equipo pasó el día en el parque de atracciones divirtiéndose, probablemente montando todas las atracciones posibles, visitando cada una. Cuando se fueron a casa, era de noche, aproximadamente faltaba una hora para que sea la hora de dormir. El equipo estaba agotado por toda la diversión que tuvieron; el único que aún estaba hiperactivo era Bam, que todavía sentía la adrenalina del parque de diversiones.

O podría ser simplemente un subidón de azúcar por toda la chatarra que consumió allí. Khun todavía estaba enojado con Shibisu por darle tantos dulces.

El equipo se preparó obedientemente para la noche, Bam seguía hablando con entusiasmo pero los demás se encontraban en silencio. Todos entraron rápidamente en sus habitaciones, listos para dormir y recuperar algo de energía. Tenían otro juego al día siguiente, así que querían hacer algo de ejercicio y quemar las calorías extras que habían ganado hoy.

Y dado que relajarse con Bam era la forma en que Khun aliviaba el estrés, los dos se encontraban en el baño, Khun lavaba el cabello de Bam mientras el castaño hablaba a mil por hora.

── ¡Quiero volver a la casa embrujada! No fue tan aterrador como lo dijo el Señor Shibisu, ¡y fue muy divertido! De hecho, ¡la próxima vez quiero ser yo quien haga el fantasma! ¿Es eso posible? Agüero. ── Bam inclinó la cabeza hacia atrás para mirarlo.── ¿Podemos hacer una casa embrujada donde podamos asustar a los demás?

Khun inclinó la cabeza de Bam hacia atrás.── No te muevas tan de repente, te entrará champú en los ojos. ── Khun sacó la regadera y la puso sobre el cabello de Bam, colocando una mano en su frente para salvar sus ojos.── Y claro que podemos. Nos llevará un tiempo, pero probablemente podamos decorar la casa y divertirnos. ¿Qué quieres ser?

Bam tarareó pensativo, tocándose la barbilla con un dedo, frunció el ceño mientras contemplaba la muy seria pregunta. Lo pensó hasta que Khun terminó de lavarse el cabello.── ¿Quizás un vampiro? ¿O simplemente un fantasma? ¡Oh, ya sé! ¡Seré un lobo! ── Bam levantó las manos, curvó un poco los dedos y gruñó mostrando los dientes.── ¡Grrrrr! ¿Soy aterrador?

Khun parpadeó, sintiendo que su corazón se apretujaba con la ternura frente a él.── El más aterrador. Le darías un infarto a todos los que te vean.

Bam sonrió.── ¡Sí! ¿Pero qué sería Agüero? ¡Tenemos que igualar!

── Entonces también seré un lobo. ── admitió Khun, sacando a Bam y ayudándolo a secarse.

Llevó al chico a su habitación, donde el Cocodrilo estaba comiendo chocolate.── Cocodrilo, es de noche. Guarda el chocolate y vete a dormir.

── ¡No me digas qué hacer, Tortuga Azul!

Khun puso los ojos en blanco y sentó a Bam en su cama, sentándose detrás de él y secándose el cabello con cuidado. Pasó los siguientes diez minutos peinando el cabello de Bam, sintiéndose menos estresado con cada caricia mientras Bam tarareaba y se reía tontamente frente a él, todavía hablando.

El Cocodrilo finalmente se fue a dormir, y Khun dejó que Bam tuviera su turno dejándolo jugar con su cabello azul.

── ¿Lo estoy haciendo bien? ── Preguntó Bam, con los ojos concentrados mientras lentamente, con mucho cuidado, le peinaba su cabello.

Khun canturreó.── Lo estás haciendo muy bien. Se siente agradable.

Bam resopló con satisfacción, continuando con un poco más de confianza, pero igual de gentil.

── No tienes que tener tanto cuidado, Bam. ── Khun se rió entre dientes cuando sintió que Bam peinaba un mechón de su cabello durante dos minutos.

Moonlight | TOGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora