12-🌸

286 36 11
                                    

El agua tibia que salía de la regadera relajaba sus músculos. Tenía los brazos entumecidos.

Llevaba dos días seguidos saliendo con Kyoko en horas laborales. Horas de sexo con la castaña. Pero aún no estaba satisfecho.

Se había corrido más de 5 veces y tenía el libido arriba.

Kyoko ya no le estaba sirviendo como quería.

Salió del baño con una toalla cubriendo su hombría y la encontró dormida aún. Se acercó a la cama para comenzar a vestirse.

Escucho la vibración en la mesa de noche.

"¿Te veo mañana a la misma hora?"

No le sorprendía, sabía que tipo de mujer era esa que estaba acostada. No le molestaba tampoco, solo le resultaba asqueroso. Meterse con alguien que ha estado varios hombres a la vez.

Tendría que acabar con ese tipo de "relación" que mantenían de jefe-empleada. No la despertó. No tenía intenciones de soportarla, al menos ese día, con sus peticiones superficiales.

Ya vestido salió del lugar. No quería regresar a la oficina, iría a su casa. Lo aceptará o no; quería ver la melena de pelo castaño corriendo de un lado a otro con diminutos pasos por la casa haciendo los quehaceres. Era medio día podía llegar a comer y enserrarse en su cuarto o despacho. Haría sus deberes desde alguna de esas habitaciones.

En completo silencio condujo rumbo a su hogar. Debido al tráfico tardo 30 minutos más en llegar.

Aparcó su auto en el lugar de siempre y camino por las baldosas blancas hasta la puerta. Entró.

Ni bien había cerrado escucho la melodiosa risa del conejito viniendo de la cocina. Junto a una más que no conocía. No eran celos ni algo parecido.

Apresuró su paso para conocer esa voz extraña.

Con una enorme sudadera blanca y shorts negros Tsunayoshi estaba sentado sobre la barra comiendo quien sabe que tantos dulces. A un lado sobre la barra también un chico pelinegro de rusos y ojos jade comía junto al castaño.

Ambos jóvenes voltearon su mirada al escuchar la puerta de la cocina abrirse.

-¡Hi...- Tsuna miro a su acompañante- ¡Kyoya!... Llegaste...-

-Buenas...- Saludo el invitado.

Hibari lo miro serio y dió un asentimiento de cabeza.

-El es Lambo Bovino...- Dijo de forma rápida el castaño ante la sería, más de lo normal, mirada de su esposo.

-Un gusto...- Respondió el mencionado.

-Es pareja de Reborn...- Sonrió Tsuna.

Se sorprendió. El maniático de armas tenía pareja y parecía normal.

- Tengo hambre. Estaré en mi despacho... Por favor llevame la comida ahí...-

-¡Si...!- Dijo casi en un grito.

Así como entro salió.

-Realmente es serio...- Susurro Lambo.

-Jeje... Eso parece pero es más amable de lo que se ve... ¿Te quedas a comer?-

-Lo siento tanto Tsu-chan...- Dijo juntando sus manos frente a su rostro.- Tengo la regla de siempre comer junto a Reborn...-

-De verdad se gustan- Sonrió.

-Podría decir que si... Y podría decir que no...-Dijo rascando si mejilla.

-¿Ah?-

-Te lo explico después...- Sonrió.- Me tengo que ir... Vendre mañana sin falta junto a En-chan y Bakadera...-

¡No me sigas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora