Esa misma noche Lilith había salido de la pequeña casa que compartía con la emperatriz hace algunos minutos, se encontraba a pocos pasos del establecimiento del famoso club, mientras pensaba en lo que había sucedido con la emperatriz, no era la primera vez que parecía querer rendirse con la búsqueda de su nieta, pero en esas ocasiones no la había visto tan... Desdichada.
- ¡Lilith! – Llamo una mujer peliazul en la entrada del lugar mientras se acercaba a ella – Que gusto que vinieras
- Kiki – Exclamó, con una sonrisa
- ¿Serenity te dejo?
- La emperatriz, necesita estar sola.
- Sigue con lo de su nieta ¿Verdad? – Pregunto recibiendo un asentimiento como respuesta – Realmente ya debería rendirse, aunque Amity hubiese sobrevivido, lo más probable es que hubiese muerto al poco tiempo
- Se honesta, si estuviéramos en esa situación creo que haríamos lo mismo que la emperatriz – Respondió mientras entraba al club
- Puedes dejar de llamarla así – Hablo un hombre acercándose a ambas mujeres – Creo que eres la única que aún le dice emperatriz
- Costumbre...
- Lilith – Reprocho Kikimora – Ambas sabemos que ese no es cierto...
- Ahhh – Suspiró – Realmente creo que seguir tratándola de esa manera, me da algo de nostalgia
- Creo que más de uno aquí, siente exactamente lo mismo – Dijo el hombre señalando el interior del lugar, los enormes ventanales, los grandes candelabros que colgaban del techo y cuya luz provocaba que las paredes parecieran hechas completamente de oro y piedras preciosas, tan parecidas a su amada Boiling Isles en su época dorada, esa la razón por la que ese lugar era tan famoso entre antiguos habitantes de ese lugar perdido entre sus memorias – Nostalgia en su más puro estado
- Todos para ser exactos – Respondió Kiki – Recuerdan las fiestas que organizaban los Blight para los nobles
- El jugar póker con el rey y el resto de la corte, mientras bebíamos hasta muy tarde – Continuo el hombre
- ¿Y después? – Terminó Lilith con añoranza – Los reyes cayeron, los pocos que logramos escapar vendimos todo lo que teníamos, dejamos a muchas personas atrás y tenemos que conformarnos con una pequeña casa, a pesar de haber vivido en mansiones y palacios toda nuestra vida.
- Teniendo que cambiar nuestros apellidos
- Steve... - Advirtió Kikimora
- Aunque nunca entendí porque lo hiciste, Lilith Froissy es un nombre hermoso, Clawthorne suena a apellido de plebeyos.
- Mi familia era muy cercana a los reyes, preferí tomar precauciones
- ¿Pero de donde sacaste ese apellido?
- ¿En qué momento llegamos a ese tema? – Interrumpió Lilith reclamando a sus amigos – Pidan algo de beber. Hoy invito yo
- Valla manera de cambiar el tema – Susurró Steve mientras se dirigía a pedir unas bebidas
- Pero funcionó – Se burló la peliazul – Aun no entiendo porque lo ocultas, tu madre ya no puede decirte nada – Añadió dirigiéndose a la otra mujer
- Protegerla, si es que sigue viva – Susurró, sabiendo a lo que se refería la mujer, pues ella junto a la emperatriz eran de las pocas personas que conocían la verdad – Como sea, quieres que invite esa bebida o no... - La mujer sonrió como respuesta
- Bueno, espero que puedas invitar a alguien más – Se escuchó una voz a espaldas de ambas mujeres
- Esa voz- Susurro Lilith
- ¡EDALYN! – Exclamó Kikimora dirigiéndose su mirada a esta persona
- ¡Kikimora! ¡Lilith! ¡Qué gusto verlas denuevo!
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The lost princess: Amity Blight
RandomHistoria basada en el musical The lost princess: Anastasia, adaptado al lumity