The lost princess: Amity Blight

My Bonesborough

Amy y Luz, se dirigían lo más rápido que podían al antiguo castillo de los Blight intentando no levantar sospechas y lo hubieran logrado de no ser porque antiguos ''amigos'' de Luz decidieron seguir a ambas chicas.

- Luz, hace años que no te vemos - Llamo una chica rubia acercándose

- Leah, que gusto verte de nuevo - Respondió - Pero si me disculpas estoy algo ocupada - Reprochó mientras señalaba a Amy

- Vaya - Agrego un chico - Al parecer te olvidaste de mi rápido

- Cállate Aarón

- Aunque debo admitir que es bastante linda - Continuo el chico mientras tomaba el brazo de Amy y lo acercaba con fuerza a él

- ¡Suéltame!

- Luz - Continuo la chica - ¿Te molestaría prestárnosla un momento?

- ¡Déjenla en paz!

- ¿O qué?

Luz se acercó a la chica para propinarle un golpe certero en la cara, a la par que Amy le daba una patada al chico en la entrepierna, provocando que la soltara

- Corre - Llamo Luz mientras tomaba a Amy de la mano para comenzar a correr

Ambas chicas se alejaron rápidamente del lugar, esperando que no las alcanzaran, al llegar a un pequeño callejón decidieron esconderse

- ¡Tuviste que ver sus caras! - Se burló Amy después de un rato en silencio

- Pudieron haberte.... Como es posible que te rías en un momento así

- Estoy acostumbrada - Respondió con una sonrisa - Digamos que no les conté todo, el orfanato en el que me dejaron, cerro a los pocos años de que llegue y tuve que aprender a valerme por mi cuenta

- Yo... No tenía idea

- No es algo extraño, siendo honestas, al parecer - Agregó mientras señalaba la salida del callejón - No soy la única que tuvo una vida difícil

- Mis padres murieron antes de que siquiera pudiera entenderlo - Respondió - Apenas recuerdo sus voces o como se veían, tuve que aprender a valerme por mi cuenta desde muy joven, huyendo, peleando y robando en muchas ocasiones...

- No tienes que decírmelo

- Me has contado mucho sobre tu vida - Continuo - Es lo justo- Sonrió - Cuando me encontraba en mi momento más bajo, Leah y Aarón me ayudaron bastante. Era común vernos en el centro de la ciudad robando a quienes pasaban, vendiendo lo que conseguíamos, bajo la excusa de que era lo mejor, no nos importaba quitarles a personas más necesitadas que nosotros, mientras siguiéramos con vida los demás no importaba, llego un punto en que parecía que solo lo hacíamos por diversión y no por necesidad. Cuando conocí a Eda, fue una salvación para mí, se volvió una segunda madre, a pesar de que ella también se guiaba con principios similares a los míos, ponía limites cuando era necesario, me alejé de ellos y comprendí muchas cosas, lo cual como acabas de ver no fue muy de su agrado...

- Vaya...

- No le digas a Eda lo que te dije - Añadió - Tiene un ego enorme y saber que pienso eso sobre ella solo lo empeorara...

- Son grandes personas - Susurró - Me alegra haberlas conocido

- A mi igual...

Amy, espero no nos odies si llegas a descubrir lo que estamos haciendo