Chaising for a Dream

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Ahora, ese día Haruka estaba preparando su movimiento final para acabar con toda la ciudad de una vez por todas. Sus mejores armas estaban a pocos pasos de estar terminadas, los robots karakuri poco a poco tomaban forma.

"Pronto pagarás, Kanata" Sonreía sádicamente, mientras revisaba los planos en compañía de los demás científicos presentes. Era interesante imaginar esas venganzas que cada día ascendían los niveles de crueldad mucho más.

Entendemos que es extraño, pero ¿Acaso no tiene sentido con lo que él le había hecho años atrás?

A ver, Haruka siempre fue una persona de esas que no toleraban cuando las cosas no salían como ella quería, sobretodo cuando era algo importante o específico. Las personas son inútiles.

Tras conocer a Kanata en esa ocasión, Haruka se vió obligada a convivir con los hermanos Akagi con bastante frecuencia, más que todo porque sus padres esperaban congraciarse con los padres de los hermanos. Gajes del oficio.

"¡Que molestia!" Suspiraba, aunque no eran tan molestos, pero la hipocresía que sus padres manejaban era tan frustrante de ver que, si hubiera podido, los hubiera estrellado contra el suelo hasta que sus sesos chorrearan por todas partes.

Un poco agresiva para una futura dama de sociedad, dirán. Pero los señores Haruno cometieron el error de no acabar con el temperamento fuerte y el mal genio de su hijita hermosa y así quedó. Eso les pesaría años más tarde.

Towa era una chica increíble. Bella, pero más con una cara ligeramente más adulta (irónicamente era más infantil que Haruka con facciones angelicales y aniñadas) que Haruno y tenía una personalidad inocente y al mismo tiempo elegante que apantallaba a cualquiera que comenzaba a conocerla. No era nada estúpida ni distraída, lo que Haruka agradecía enormemente, además de compartir ideales entre las dos.

Las dos creían que sus padres eran increíblemente hipócritas al aceptar relacionarse con gente de mierda para quedar bien, cosa que es jodidamente idiota a los ojos de ambas chicas.

¿De qué mierda les serviría? Se decían las chicas en sus charlas de té, cuando dialogaban respecto a esas frivolidades. Las dos lo sabían perfectamente.

Haruka tenía sueños interesantes nadando ocultos en su mente, que no se atrevía a manifestar a nadie. Ella no se sentía satisfecha con la idea de seguir con la vida de sus padres, la vida cómoda y tranquila no era lo suyo.

Necesitaba más adrenalina en su vida, cosa con la que la hija menor Akagi estaba de acuerdo. No eran capaces de estar quietas, debían buscar algo que hacer. Lo que fuera.

Pero Kanata, sin embargo, no era similar a su hermana ni tampoco a su amiga. Él no era una persona que gustara de la acción permanente, si no más bien prefería la moderación y la paz de su entorno. No temía hacer un escándalo cuando verdaderamente era necesario, pero no es como si, según su juicio, fuera necesario hacerlo tan seguido. Era una persona tímida pero firme, cuidando constantemente a ambas chicas siempre que podía y que veía que se pasaban un poco en su búsqueda de diversión.

Sabía muy bien que si ellas querían algo harían cualquier barbaridad para tener ese algo. Por lo que tenía que estar detrás de ellas todo el tiempo, unidas eran un maldito tornado.

Un tornado de la nimierda que destrozaba todo a su paso y consumía su objetivo hasta acabar. Así que observarlas un poco no estaría de más, a menos que sea necesario que se joda el universo.

Todo estaba bien, hasta que Towa murió súbitamente una noche de invierno, pues antes de que esto ocurriera la chica había sufrido con un problema en los pulmones que la dejó en cama. Esa madrugada la vida abandonó a la chica de ojos carmesí de forma pacífica e inmediata, lo único bueno que salió de ahí.

Karakuri BurstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora