Birth

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Desde la muerte de Honoka, las pequeñas peleas entre Lumiere y Noir se hicieron frecuentes. Haruka la enviaba a causar problemas, y Kanata enviaba a Noir para luchar contra ella. Esa era su apuesta y ese era su acuerdo, así que ya era común para ambos pelear hasta por más de doce horas hasta caer muertos del cansancio y atormentados por el dolor de las heridas.

Pero Noir ya no se frustraba tanto al respecto, al contrario, cuando regresaba tambaleándose de extenuación había alguien para sonreírle. Para hacerlo sentir que Mimi estaba allí de alguna manera.

Ichika Usami era esa persona. Siempre estaba buscando aligerarle sus problemas, pensando que tal vez lo haría feliz con lo poco que podía hacer. Sólo se dedicaba a conversar sobre cualquier cosa que no estuviera relacionada con trabajo, cualquier cosa, sólo le contaba historias o hacía bromas sutiles.

Él se reía y le agradecía, aunque respondía muy poco debido a todo el cansancio que sentía por las pequeñas misiones. En ocasiones incluso se dormía por accidente.

Poco a poco se desarrollaba una linda amistad entre ellos, guiada por el impulso de Ichika de quedarse al lado del agente de oro en todo momento. Noir le sonreía e intentaba lo posible por acompañar su conversación y seguir el ritmo de la chica.

Con el tiempo, las cosas escalaron más allá de la amistad tímida. Cuando menos lo esperarían, ya habían pasado cerca de ocho semanas acompañándose el uno al otro, y ya se volvían cada vez más obvios en sus interacciones.

Se notaba a leguas que Ichika le tenía algo más allá de la estima o el respeto. Y se notaba a kilómetros que Noir no paraba de observar sus ojos, intentando convencerse a sí mismo de que podía amar a alguien que no era su amiga. De que podía seguir con su vida sin Mimi, que no era necesario sufrir por quién ya había muerto.

"¿Ella es Mimi  acaso?¿Lo será? Tengo miedo de quererla profundamente, de ilusionarme y que no lo sea" Se lo pensó, cuestionó y debatió consigo mismo por casi tres semanas, cuando los sentimientos fuertes por Ichika empezaron a surgir.

Tenía por seguro que podría ser Mimi, tenía teorías de que estaría amnésica tras todo el dolor que sufrió a manos de las Camelias Carmesí, pero se dió un tiempo para comprender que la realidad era que su amiga estaba muerta y tenía que aceptarlo verdaderamente.

"Si estuviera viva, querría que lo hiciera. Que siguiera con mi vida en lugar de ahogarme en mi rabia y rencor como lo he hecho por años. No está viva, debes aceptarlo de una vez pedazo de mierda" Se lo repitió varias veces a su mente, para engañar a esas emociones y no permitir que el fantasma de esa niña que conoció arruinase su intento de seguir adelante.

Y de allí consiguió el valor para que, cuando logró ver a Usami la siguiente vez que no tuvo que ir a encargarse de Tsubaki, pudiera abrirse un poco más respecto a sus preguntas. Claro, jamás dijo una palabra sobre Mimi. Nunca la mencionó, ni habló de su vida en el orfanato.

De todas maneras detestaba hablar sobre esos temas. No le gustaba para nada tener que explicar esas cosas, así que no fue problema.

Usami tenía miedo de hacer preguntas invasivas, pues pensó y acertadamente que él sería la clase de persona que odia que se metan en su vida, así que tampoco se entretuvo demasiado preguntándole de todo.

Pero aún así los sentimientos comenzaron a crecer en los corazones de ambos, lo que los hacía sonreír cada vez que el otro aparecía o se acercaba.

"No sé si me gusta... o sólo quiero que seamos buenos amigos" Pensaba Ichika, nerviosa y un tanto confundida por todo eso.

Pasaban los días, y después de cuatro meses, una tarde los dos pudieron ponerse serios al respecto. Se gustaban, ya podían decirlo, pero alguien tenía que dar el paso.

Karakuri BurstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora