︙ஓீ͜͜͡͡ ✎...Four

113 14 2
                                    


Bill se había quedado con aquella duda, la cual no iba a descansar hasta saber que era lo que pasaba; aunque no recordaba donde vivía Fangbone, iría a buscarlo. A la mañana siguiente, salió en su búsqueda, sin rumbo, con muchas posibilidades de perderse gracias a su aún presente amnesia.

Había una leve llovizna, no era tan grave, el menor caminaba por las calles de aquel pueblo, mirando con un poco de confusión; en cierto momento, sintió que verdaderamente se había perdido, no sabía cuánto tiempo iba buscando sin resultado, no encontraba ningún lugar seguro donde resguardarse, la llovizna estaba empeorando y el menor caminaba sin rumbo fijo. Un par de minutos pasaron, los cuales fueron interminables, estaban cayendo rayos y truenos, estaba asustado.

Mientras tanto, el craneano se encontraba en Cuevania, forjando una nueva espada, la anterior se había roto gracias a una batalla que hubo horas atrás con un monstruo que había atravesado una de las grietas dimensionales.

-Listo...-Dijo, con un leve tono decaído, sacando su espada, recién creada, del agua y guardandola en su funda; para luego dirigirse a las afueras de su hogar, quería sentir la lluvia y, si tenía oportunidad, cazar algún animal para su cena.

El pelirrojo se encontraba bajo una tienda que, por la tormenta, se encontraba cerrada, tenía frío y estaba algo asustado, la mayoría de la gente ya había vuelto a sus hogares por el mal clima. Creía que se quedaría ahí, de no ser por una silueta que se le hacía familiar, llegaba a él corriendo, justo era a quien buscaba.

-¡Bill! ¿Qué haces aquí? -Le preguntó Fangbone, con un obvio tono preocupado.-¿Dónde está-?

-Está en casa, no creí que iba a ser tan malo el clima.- Respondió el pelirrojo, estaba un poco descepsionado, creía que Fangbone lo dejaría ahí, creía que le hablaría mal, pero parecía como si aquella discusión que tuvieron ayer nunca hubiera existido.

-Vamos a Cuevania, está más cerca.- Automáticamente, Fangbone se quitó su capa y la colocó sobre Bill, para que no le cayera la lluvia, para luego tomarlo de la mano y correr hasta el escondite del bárbaro.

-¡Ten cuidado! ¡Podríamos caernos!-Advirtió el pelirrojo, sin importarle a donde irían, cualquier lugar era mejor que estar bajo una simple tela de una tienda en medio del frío y la tormenta.

Apenas entró a aquel lugar, un olor fuerte golpeó su nariz, olor a animales muertos, humedad y a suciedad, se había arrepentido de haber ido ahí. Observó su entorno, cubriéndose la nariz por el olor, literalmente era una cueva, una cueva decorada con pieles y huesos. - Ugh ¿Vives aquí? -Preguntó, con un tono asqueado, tratando de no vomitar.

-Um... Sí, es nuestro escondite, venías todo el tiempo aquí, mira, esto lo dibujaste tu.-Dijo, guiandolo hacía otra "sala" donde el muro de roca tenía pintado un bello paisaje, una pintura de Craneovania que había hecho el pelirrojo para que Fangbone no se sintiera mal por estar lejos de su hogar.

El menor por un segundo dejó de sentir aquel fuerte aroma, se estaba acostumbrando a este, se acercó poco a poco a aquel mural, como aquella vez en su sueño que se había acercado a ese orbe misterioso; sus dedos rozaron aquella pintura y recordó por un segundo lo que pasó aquella vez, haciéndolo saltar del susto, recordando también lo que soñó la noche anterior.

-...¿Que me dijiste aquella vez?-Preguntó sin pensar, dejando confundido al azabache. -Estabamos... En un autobús, era este mismo paisaje... ¿Qué pasó aquella vez?- Preguntó nuevamente, volteando a verlo, quería respuestas.-

-¿Qué? ¿De qué hablas?-Preguntó el moreno, completamente confundido, no entendía que le pasaba.

-No sé que me habías dicho ese día, pero estaba herido y preocupado por ti.- Dijo nuevamente, con más seriedad, acercándose de forma peligrosa al contrario, casi acorralandolo, buscando respuestas.

En ese momento el azabache lo recordó, aquella vez que por poco destruían el dedo de Drool.

-... Ese día, era la alineación de los tres soles sobre la cueva de los cristales cegadores... Tu... Estabas actuando muy extraño aquella vez, parecías más... Preocupado por lo que yo hacía...-Respondió finalmente, mirando a los ojos al pecoso para que notará su sinceridad.-Parecia que no querías que destruyera el dedo...-Murmuró lo último, dejando sorprendido al menor.

El pelirrojo recordó nuevamente aquel sueño, la escena, las miradas, las acciones... Los sentimientos y por fin escuchando y viendo con claridad todo su recuerdo.

Los tres soles a punto de alinearse, el cielo rojizo, Fangbone afilando su espada en la parte trasera del autobús que por alguna razón estaba decorada casi como la cueva del bárbaro; él se había acercado, con seriedad, Fangbone al notar su presencia habló.

-"¿Porqué estás triste, Bill? ¡Detendremos a Drool por siempre!"-Exclamó el azabache, con una amplia sonrisa, dejando de afilar su espada para fijar su vista en el pelirrojo.

-"¿Al menos sabes que pasará después?"-Preguntó, con seriedad, sentía un leve dolor en su pecho, se percibía la preocupación.

-"Destruiremos el dedo, Drool caerá, el portal entre nuestros mundos se cerrará para siempre y nunca más te volveré a ver"-Respondió el contrario, con una sonrisa, sin notar hasta después de unos segundos la mirada de preocupación del contrario.-"Oh... Bill... Y-Yo..."-No pudo terminar su frase ya que una tercera voz interfirió.

-... ¿Porqué no te fuiste?-Le interrogó,no sabía cómo sentirse en ese momento, estaba confundido, perdido, quería enojarse, quería llorar por un momento, pero ninguna expresión se manifestaba.

-No quería abandonar a mi hermano de batalla...-Le respondió, con firmeza, mirándolo a los ojos y poniendo distancia con él para luego caminar a la sala de armas, de ahí sacó una espada mal hecha, Bill al parecer estaba recordando, se sentía feliz, volvió con el pelirrojo y le mostró la espada.- Tu la creaste...- Dijo, con una sonrisa, sabía que quizá el pelirrojo se burlaria o se ofenderia por aquello, pero quería que el menor lo recordara.

-... Estás bromeando ¿No?-Preguntó, con un tono divertido, creyendo que en verdad estaba bromeando, hasta que notó en la mirada de Fangbone que hablaba en serio.- Valla... ¿Tan malo era con las armas?-Preguntó, descepcionado consigo mismo.

Así pasó el tiempo, Fangbone intentó que Bill recordara gran parte de su historia, pero luego de un par de recuerdos borrosos, la cabeza del pelirrojo le empezó a doler, forzarlo a que hiciera memoria tampoco era bueno, la tormenta no terminaba, así que lo llevó hasta su cama, aquel montón de huesos, paja , cuero y pieles; Bill quería negarse, pero la insistencia de Fangbone ganó y el menor se recostó en aquella cama incómoda, moviéndose un poco para buscar un punto cómodo.

Su sueño fue casi ligero, ósea podía sentir lo que pasaba a su alrededor, en un momento de su sueño sintió un cuerpo pegado al suyo, unos brazos robustos rodeándolo y una tela impregnada con el olor a aquel ambiente, que los cubría a ambos, sabía que era el azabache, no quiso hacer algo al respecto en aquel momento, realmente estaba cansado, solo le siguió la corriente y se acurrucó un poco más, apegándose a Fangbone.

"- ¿Qué me está pasando...?-" Se preguntó mentalmente, antes de caer completamente en los brazos de Morfeo.

꧁ Fιи dεl cαριтυlσ 4 ꧂

MarcoBONkun.

➳ᶠᵃᶰᵍᵇᶤˡˡ ϟ ❝Aмηєѕια❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora