𝖬𝗒𝗌𝗍𝖾𝗋𝗂𝗈𝗎𝗌 𝖬𝖾𝗌𝗌𝖺𝗀𝖾𝗌 ✧ sowjin

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Con su mirada empañada de lágrimas miraba la pantalla del celular, no podía creer que la contraria le haya respondido una llamaba. Después de todo, ella nunca le quiso decir nada que la delataría. Dándose cuenta que estuvo varios segundo analizando silenciosamente la situación, habló.

—A-Aló, ¿S-Sowon?—Preguntó aún sabiendo la respuesta, sintiéndose algo tonto.—No pensé que me fueras a contestar...Estoy muy feliz.—Al otro lado de la línea, Sojung se encontraba con su corazón en la garganta. Casi tira el celular por la ventana de su cuarto al ver el nombre de Seokjin en su pantalla, tal vez fue la adrenalina o las ganas inmensas de escuchar su voz, lo que la hizo contestar sin cuestionarse su falsa identidad.

Sus manos le temblaban al igual que temblaba la voz del mayor al otro lado. ¿Por qué la llamaba? Se sentía mas ansiosa sabiendo que podía ser algo grave o importante. Aún así, todavía no se atrevió a contestarle su pregunta.

—N-No te preocupes, no tienes que hablar si quieres...Solo necesito que alguien me escuche.—Dijo todavía temblando gracias al frío clima combinado con su ataque de ansiedad que estaba teniendo.—No sé si te lo conté, o si se lo conté a mi amiga, Sojung...Ella también me ha ayudado.

La menor tenía los ojos muy abiertos pensando en qué estaría angustiando tanto a Seokjin. Tal vez...sus calificaciones...o su familia. Debe de ser eso, luego del incidente de los pasillos, ya sabía como el castaño solía ponerse.

—Bueno, hablé con mi madre porque quería saludarla por su cumpleaños, casi nunca hablamos ¿sabes?, solo pensaba escuchar su voz una vez, saber que tengo una familia.—Sojung tenía agarrado su celular con sus dos manos, temiendo que se le caiga de lo nerviosa que estaba. Quiere ayudarlo, pero no sabe cómo. Quiere hacer feliz a la persona que ama.—Creo que fue una mala idea...Y-Yo no quiero estudiar Medicina, Sowon. Odio con solo pensar en mí estudiando y trabajando, en algo que me va a hacer infeliz toda mi vida.—Confesó a su amiga desconocida, apoyado en las barandas de la azotea. Inhalo despacio para seguir hablando. 

Ya se sentía un poco más tranquilo, puede desahogarse con Sowon, la chica que sabía que estaba enamorado de él. Aunque...después de demostrarle esta faceta, no sabía que podría pensar de él. Tal vez ahora lo vea como alguien frágil y débil, no lo sabía.

—Y mi mamá...ya no me quiere. Ya no me apoya, ya no tengo a nadie a mi lado. Mi papá parece un perro fiel a su lado, es estresante de solo pensarlo...¿Cómo es posible que puedan hacerme esto? ¡Soy su maldito único hijo!—Sonaba exhausto, harto del infierno que pasaba por su cabeza. 

Sojung saltó de su cama corriendo hacia su ropero para sacar un abrigo y ponérselo lo más rápido que puede. Su compañera Byul, desde su propio escritorio, se sacó los audífonos y la miró preguntándole si pasaba algo, la contraria negó y puso su dedo índice en su boca indicando que hablara más bajo. La pelimorada asintió dejándola con la intriga.

—Ah...—Suspiró el castaño, quedándose en silencio otra vez.—Lo siento por llamarte tan tarde, sé que todavía no me quieres contar nada de ti, lo entiendo. Sin embargo creo que me he encariñado algo contigo, casi hablamos todos los días. ¿Todavía estás enamorada de mí?—La menor soltó un gemido de sorpresa ante tales palabras, que hasta el mayor pudo escuchar. —Supongo que no... creo que solo habías visto mi lado perfecto, lo siento por eso, suelo-

—¡Todavía me gustas mucho Seokjin!—Lo cortó casi por instinto. Aquí supo que no debía quedarse callada, Kim le seguía gustando, mucho. Ahora más que nunca sentía que debía protegerlo y amarlo, como siempre quiso, siempre lo anheló. —M-Me gusta...me pareces una persona increíble, me gusta escucharte y aprender todo de ti. Así que.. ¡no dudes de mis sentimientos, por favor!—Las palabras salían de su boca temblorosas e inseguras, todo su cuerpo parecía una gelatina. Tenía ganas de llorar.