Capítulo X (Final): Punto de encuentro

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X: "Punto de Encuentro"

El miedo a lo extraño, a lo desconocido, las fobias que atormentan nuestras almas, son importantes para nuestra vida. Si no los tuviéramos ¿A qué nos enfrentamos? No habría desafíos o esperanza para un futuro mejor. No existiría la valentía de seguir a pesar de las incomodidades o preocupaciones. Sin miedos todo sería diferente, sería una vida sin riesgos, sin animarnos a nada, no fracasaríamos y la tristeza disminuiría. Sin miedos, nuestros proyectos serían fáciles de alcanzar y no se valoraría el esfuerzo, la frustración no tendría sentido, pues ella es parte de los mismos temores que enfrentamos a diario. Sin miedo no existe la superación. Sin miedo, caminaríamos por la calle sin cuidado, sin arriesgarnos a nada. Sin miedos no seríamos nada.

La cena se encontraba servida, el silencio carcomía el momento mientras Charlotte, su madre y su hermano sostenían las miradas sin tema de conversación. El vapor del plato danzaba en el aire con gracia, desapareciendo en el ambiente con disimulo y delicadeza. Charlotte se sentía rara. Tomó el cubierto y, mirando a Alice, su madre, quien esperaba un halago por su desempeño en la cocina, lo introdujo en el plato para degustar la cena. Alzó un pequeño pedazo del pollo, lo mojó en la salsa que formaba parte de la comida, lo untó con la guarnición que acompañaba y lo llevó directo a su boca. Inmediatamente retiró el tenedor de sus labios al sentir que el calor los quemaba. Miró fija la porción que estaba por ingerir. Se extrañó por un momento arrugando sus cejas, y sin darle demasiada importancia se lo comió.

Charlotte: - Está deliciosa la cena, como siempre.

Alice: - Gracias hija. Tengan cuidado que todavía está muy caliente.

Charlotte ya se había percatado de ello antes de que su madre lo advirtiera, por ello su inquietud. Por más que ella sabía que la comida estaba caliente, no lo sintió. No sintió el dolor de la quemadura.

Alice: - Hija, tu boca, está sangrando.

Charlotte: - ¿Qué? Uh, disculpen, con permiso.

El silencio de la sala hizo que el sonido de la silla se sintiera más que de costumbre. Los pasos hacia el baño se escuchaban con claridad. La tranquilidad que llevaba encima la hacía dudar de su estado. No había sentido antes la sensación de tanta paz por dentro. Miró el reflejo del espejo que le indicaba el lugar del que provenía la sangre. Tomó papel de baño y cuidadosamente lo apoyó sobre la herida. Todavía sin sentir dolor, comenzó a tomar más coraje para apretar la zona.

La sangre cesó, miró fijamente sus ojos en el espejo, perdiéndose en ellos y hundiéndose en la curiosidad. Podía verse a sí misma, interiormente, algo no andaba bien. Callada, perdida, tranquila, siguió mirándose sin pensar en absolutamente nada. El golpe de la puerta la sobresaltó.

Alice: - ¿Charly, estás bien?

Charlotte: - Si mamá, sólo fue una quemadura, debo haber pasado el cubierto por donde me quemé con el primer bocado, no es nada.

Alice: - Bueno, espero en la mesa.

Charlotte: - Si, tranquila, ahí voy.

Se tomó unos segundos para respirar profundo y dejar atrás la duda de lo que estaba pasando, cerró sus ojos por un instante, y al abrirlos suspiró una vez más antes de salir del baño. La puerta lentamente se cerraba, mientras ella se alejaba.

Una pequeña brisa hizo que la cortina de la ventana del dormitorio de Charlotte flameara sin cuidado, como dejando entrar una porción de noche. Los árboles parecían hablar entre ellos mientras un pequeño viento acariciaba sus copas haciéndolos danzar de un lado a otro. Una suave ola de frio logró despertarla, abriendo sus ojos de repente. Asustada por lo que veía se levantó del suelo rápidamente. Su primera reacción fue la de levantar sus manos a la altura de su cara para mirarlas en detalle, seguidamente tocó su cabello. Extrañada por lo que estaba viviendo, caminó sin rumbo por la mitad de la calle tan desconcertada como había despertado. Para ella era muy extraño no depender de un cuerpo ajeno, de no poseer uno propio.

La Sombra del Reloj: Un Oscuro pasadoWhere stories live. Discover now