VII: "Oscura Ternura"
Mi compañera de viaje se encontraba a mi lado, no importaba lo que pasara, ella siempre estaba ahí, mis sentimientos crecían en base a su compañía. El tren que me llevaría al encuentro con mi pueblo estaba por salir. Melisa se sentía mejor, pero no quise arriesgar su salud en viajes por el tiempo o cosas similares. El sonido de las rueda de los vagones rodando lentamente por los rieles y la bocina del tren marcaban el inicio del viaje. Sentados en uno de los asientos finales del tercer vagón nos encontrábamos los dos, esperando no ser descubiertos por aquellos agentes. Ella tomó mi mano con fuerza. Giré mi cabeza hacia la izquierda para mirarla. Melisa se encontraba con la cabeza en dirección a la ventana, se la notaba algo tensa.
Melisa: - Me asustan los trenes.
Adriel: - Tranquila, todo va a estar bien, estamos los dos juntos, voy a estar cuidando de ti como tú lo has hecho hasta ahora conmigo.
Melisa: - Ojalá recordaras todo Adriel.
Adriel: - ¿Eso es muy importante para ti verdad?
Melisa: - Lo haría un poco más fácil.
Ella me sonrió con esa ternura que generaba en mí cada vez que se me acercaba. Estos sentimientos afloraban en cada roce, mi corazón aceleraba sus latidos a medida que su perfume endulzaba mi nariz. Se la notaba agotada, no sabía si simplemente era por su cansancio o todavía seguía afectada por la sobre exigencia de su cuerpo a tanto viajes temporales. El tiempo no era importancia cada vez que me detenía a mirarla en profundo detalle. Esas facciones marcadas de su rostro, la hacían lucir un tanto ruda, pero casi perfecta.
Adriel: - Descansa un rato. Voy a estar despierto.
Melisa: - Debería, pero no me gustan los trenes, les tengo miedo.
Por un momento se quedó callada, como esperando alguna clase de respuesta la cual no supe elaborar. Ella rodeó mi brazo con los suyos y asentó su cabeza sobre mi hombro y cerrando sus ojos para comenzar el descanso me dijo:
Melisa: - Pero cuando te tengo cerca, me siento tranquila al mismo tiempo.
Sonreí al verla relajarse sobre mí. Un concierto de latidos comenzó a sonar en nuestros cuerpos, pude notar como su corazón se sincronizaba con el mío. La tranquilidad que sentía en ese momento era indescriptible, no me había pasado nunca una experiencia parecida a la que estaba viviendo.
Su aroma, su piel, su pelo, todo me dejaba una extraña pero satisfactoria sensación. Sus brazos se aflojaron y poco a poco mi brazo fue liberado. La tensión que llevaba encima esta chica se la podía notar en la intensidad con la que se había aferrado a mí. Traté de moverla sin despertarla, dejé que su cabeza reposara en mi pecho, mis brazos rodearon a Melisa, casi por inercia, como si inconscientemente mi cuerpo actuara para cuidarla de cualquier cosa. Un suspiro se escapó de mi cuerpo y detrás una pequeña sonrisa mientras contemplaba cómo ella dormía en armonía.
El brillo de la luna se repartía entre los árboles que cruzábamos a gran velocidad, alumbrando mi rostro intermitentemente mientras mi mirada se perdía en la inmensidad de la noche. Mis ojos parpadeaban para no cerrarse completamente, el cansancio quiso apoderarse de mí, y poco a poco lo conseguía. Con Melisa en mis brazos, dejé caer mis párpados tras mi derrota contra el cansancio.
Una vez más mi mente no me dejó descansar lo necesario, los sueños se pronunciaban de manera progresiva a medida que mi experiencia en la realidad crecía. Allí comenzó mi cabeza a jugar conmigo.
Una densa niebla cubría el lugar, una intensa sensación de ahogo corría por mi cuerpo. No podía distinguir dónde me encontraba. Voces a lo lejos podía escuchar. Mi nombre retumbaba por doquier. Una sensación de misterio recorría mi cuerpo. Pude ver a Melisa correr por la zona gritando mi nombre. Desesperada se la podía notar tratando de encontrarme. El sonido de los cuervos rondando el lugar le daba ese toque tétrico a lo que estaba presenciando. Tal escena daba a impresión de estar parado en una especie de cementerio. Melisa se posó frente a mí, con su rostro expresando miedo, grito con desgarro, despertándome así de esa extraña pesadilla.
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La Sombra del Reloj: Un Oscuro pasado
Ciencia Ficción(Primera entrega) El Ministerio del Tiempo es un ente regulador de la continuidad del Tiempo y Espacio. Los agentes son los encargados de proteger a la humanidad de casos como los llamados efecto mariposa, o disminuir los conocidos deja Vú. Adriel...