Cartas a un sol

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Llore mientras hacia la carta culpándome por no saber mostrar mis sentimientos, por ser una persona fría por... simplemente ser como soy y sobre todo porque no estas conmigo.

Llore hasta que me quede dormido.

Al día siguiente me desperté y estaba hecho un desastre tenía los ojos rojos de tanto llorar, con ojeras debajo de mis ojos y con la estabilidad emocional por los suelos.

Me arregle y me puse una mascara de indiferencia para que no se notara lo dolido que estaba, para que no te dieras cuenta de que estoy mal, pero aun así me alegro de que seas feliz, aunque me duele el que no sea conmigo.

Llegue al instituto y me fui a clase, no te vi hasta la hora del entrenamiento, fue un entrenamiento bastante agridulce ya que estaba haciendo lo que mas me gusta y con la persona que amo y aunque me centre en no pensar en eso aun así me entristecía.

Cuando termino el entrenamiento hicimos lo que siempre hacemos te acompañe hasta la falda de la montaña que tienes que subir para ir a tu casa y nos despedimos, aunque tu no sabes que mi casa me pila al contrario del camina que tomamos para ir a dicha montaña.

Llegue a casa y no tenia ganas de hacer nada así que subí a mi cuarto y me tumbe en la cama, se me escaparon un par de lágrimas, abrace la almohada y llore hasta dormirme tal y como hice el día anterior.

Y esa fue mi rutina diaria durante los siguientes meses.