CENA

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Estaban caminando, de regreso a sus instalaciones, al lado del gran silo, donde ya reposaba de nuevo Naga, recuperándose rápidamente de la hemorragia y las demás heridas. Aunque la regeneración de las puntas de sus tentáculos llevaría casi un día, requería mucha energía e inyectar continuos nutrientes a la placenta artificial.

─ ¿Creíste que perderíamos ésta vez, verdad? ─ Asami le dio un ligero golpe en broma a Opal. Korra iba tranquila y relajada más atrás de ellas. Sentía que le dolía la espalda, pero sabía que era algo puramente psicológico.

─ ¡Es que! ¡Es que... debes de admitir que fue toda una sorpresa! Aunque al final, sé que Naga puede con todo lo que le pongan en frente! ─ Siguieron caminando, animadas por la victoria. En cuanto Naga estuviera fuera de peligro, se moverían de ahí para ir por su dinero y largarse a festejar a un buen antro del centro.

─ Pensé que Beifong vendría a burlarse amargamente, pero es obvio que no sabe perder... ─ Asami volteó a ver a Korra y se dieron una sonrisa que prometía muchas cosas, y ninguna de ellas era una buena noche de sueño. Una descarga de anticipación surgió en el vientre de la Jefa, ante la sonrisa ladina de victoria de la morena. Un ruido de pasos alertó a Korra, y volteó a ver qué o quién lo provocó. Un destello de luces verdes le llamó la atención. Y el reflejo de los halogenos sobre una piel de alabrastro la acabaron de llamar. Asami también lo vio... y cuando con una cabezada Korra le indicó que iba a desviarse, sonrió de nuevo.

─ ¿Y qué pasa con ese brazo? ─ Opal dejo las cervezas que estaba cargando sobre una mesa con instrumental ─ ¡Seguramente es trampa! ─

─ Sabes que al final aquí no importa eso. No es como que vayan a detener la pelea por algo tan trivial como un brazo navaja o lo que sea ─

─ ¿De verdad no te importa? ─

─ Mira, no son las peleas reglamentarias, así que tienes que adaptarte, Opal. Sólo quisiera saber cómo lo codificaron... ─

─ ¿Ya estás pensando en cómo incorporarlo? ¡Apenas tiene dos semanas que le hiciste las últimas modificaciones! ─

─ Ya verás. En la siguiente pelea ya van a existir adaptaciones de este tipo ─

─ Supongo que así eres tú... Siempre trabajando ─ Le sonrió amistosamente resignada mientras bebía de su cerveza. ─ Por cierto... ¿Dónde se metió Korra? ─

─ Está ocupada... ─

─ De verdad que no las entiendo ─ Asami también bebió de su cerveza.

─ ¿Sabes? Ni siquiera es su cuerpo... No importa que juguemos con alguien más de vez en cuando ─

─ Supongo... ─ Se sentó en un silla vieja y raída que estaba por ahí ─ ¡Pero yo no voy a limpiar nada esta vez! ─ La ingeniera se rió con ganas.

─ Hola... ─ Korra saludó a la extraña flor que se había metido a la habitación donde su mega bestia descansaba y se curaba.

─ ¡Hola! Este... Lugar es fascinante ─ Actuaba calmada e insinuante.

─ No sabía que podías separarte de... ─ La peleadora invicta le seguiría la corriente.

─ ¿Su? Por supuesto ─

─ ¿Y cuál es tu nombre, magnífica? ─ Korra la iba a acorralar pero no se quito de ahí.

─ Kuvira... ¿Tú eres Naga?

─ Prefiero Korra fuera de la Arena, sino te importa ─

─ Mmh.. Korra... Suena... Peligroso ─

Las Peleas de KaliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora