Parte XIII

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Iria observa al techo como si fuera lo más interesante del mundo. Se siente decepcionada consigo misma por haber caído de nuevo en las redes de Lester.

Se había prometido pasar de él, dejar que esa relación extraña que había tenido con Lester se esfumara en su memoria, sin querer creer que está enamorada. No está dispuesta a perdonarlo, no debería estarlo.

Algo que empieza mal no puede tener un buen final, ese es su lema. Lo suyo ya comenzó mal y no iba a perder el tiempo solucionando algo que, para su criterio, está destinado a no tener una solución.

Con lo bien que vivía ella acostándose con quien quería y cuando quería, ¿por qué tenía que enamorarse precisamente de alguien como él? Ella no es muy distinta, pero estaba dispuesta a intentar algo sólido con alguien, con Lester. Y él simplemente había desaprovechado la oportunidad de estar con ella, ¿por qué?

Pues, a pesar de las explicaciones de su madre contándole todo lo sucedido, no entendía porqué se acostaba con ella y la quería a ella y luego decidía convertir a su madre en la mujer de su vida, demasiado contradictorio para alguien calculadora como ella.

―¿En qué piensas tanto?―pregunta la voz ronca de Lester, Iria ladea el rostro para ver a Lester tumbado en su cama.

―En que todo esto es un error... deberías marcharte―afirma levantándose de la cama caminando hacia la cocina haciéndose una taza de leche con cacao.

―No es un error―le interrumpe Lester entrando a su cocina, frunce el ceño al ver que mete la taza el microondas―¿no haces café?―cuestiona extrañado.

Iria suelta un suspiro preparando la cafetera para Lester. No, no quiere decirle que está embarazada, no sabe cómo reaccionaría y ni si quiera ella sabe cómo reaccionar.

¿Criar un bebé ella sola? No es una opción, sería incapaz y es delito ocultarle el bebé al padre.

¿Abortar? No, aunque no le gusten lo ve como un asesinato.

¿Darlo en adopción? Buff, ¿sería capaz de darlo una vez lo tuviera en brazos?

Todas las opciones le parecen horribles y si quiere librarse de Lester y de su insistencia por estar juntos, lo último que puede hacer es decirle que van a tener un bebé, las razones por una reconciliación le apoyarían a él y ella acabaría cediendo.

Frunce el ceño sacando las galletas y tendiendo sobre la mesa las bebidas calientes, ¿cómo se le ocurre pensar eso de ella? Nunca cede, no cede en las rebajas y mucho menos cederá a vivir un futuro que no quiere vivir, lleno de engaños, mentiras, lágrimas y...deseo.

Porque ella sigue engañándose a sí misma, sigue diciéndose que lo único que hay entre ellos es el deseo, esfumándose en su opinión el "quizás" de formar una relación de amor.

Cada vez tiene más claro que morirá sola, cuando se enamora siempre acaba todo mal y ya empieza a ser mayor para los líos de una sola noche. ¿Será ella una loca obsesionada con los gatos?

―No quiero cafeína, prefiero estar tranquila cuando te tenga que echar definitivamente de mi casa―afirma continuando la conversación mientras ambos desayunan, los dos quieren hablar, quieren dejar clara la situación que no deja de atormentarlos.

Terminan de desayunar y los dos se sientan en el sofá, con una separación prudente. Lester apoya un tobillo sobre su rodilla y un brazo en el respaldo mirando hacia Iria, mientras ella se sienta a lo indio en el sofá, mirándole también, deseando que alguno de los dos rompa el hielo.

―¿Hoy no tienes que trabajar?―le pregunta Lester, curioso al ver que son las diez y ella está tranquila sobre el sofá, aunque en verdad sea un manojo de nervios bien disimulado.

―Me queda un día de vacaciones ―afirma, Lester solo asiente y vuelven a quedarse en un silencio que inunda el ambiente.

De pronto, ambos se dan cuenta de que no han hablado nunca demasiado, las situaciones se llenaban siempre de coqueteos, besos y sexo, sin llegar tiempo a conocerse.

¿Cómo se habían podido enamorar entonces?

Iria sigue pensando que es imposible, aunque sienta esa sensación cálida y esas vibraciones en la boca del estómago. Por otro lado, Lester está convencido de que todo fue amor a primera vista y de que tenía que haber dejado a Lurdes desde el primer instante en el que su mirada se cruzó con la de Iria.

Pero es un hombre, un ser humano, y los seres humanos no dejan de cometer errores.

―Tenemos que hablar de esto seriamente―Lester asiente, dándole la razón y la iniciativa de hablar―esto que pasó anoche no se puede repetir. Es dar pie a una relación que por mucho que queramos no va a existir. Me mentiste y una relación no puede comenzar con mentiras porque nunca habrá verdades, es mejor que lo dejemos estar. Tú solo querías follar, yo solo quería follar, se nos fue de las manos y ahora estamos así. No quiero continuar, me niego a sufrir de nuevo y ya lo estoy haciendo...

―No―interrumpe Lester sin querer escuchar más las explicaciones de Iria que se clavan como flechas en su pecho―uno no planea de quien enamorarse, yo cometí el error de hacerlo y ahora estamos enredados en este caos de sentimientos y relaciones. Ahora démonos la oportunidad de querernos, formemos un hogar y seamos felices. Nunca he sentido la necesidad de estar con alguien, ahora no puedo pensar en otra cosa que no seas tú...

―¡Calla, Lester!―grita frustrada levantándose al ver que Lester se acerca a ella poco a poco―no trates de convencerme. No quiero una relación tóxica y esto se está convirtiendo en eso. Creo que ya no quiero una relación con nadie, ya la vida me está dando demasiados disgustos―sin pensar acaricia su vientre, acto que a Lester no le pasa desapercibido―lo único que quiero es ser feliz y contigo voy a derramar muchas lágrimas, me vas a dar muchos disgustos...―dirige la mirada a Lester y se agacha para acariciarle el rostro con cariño sonriéndole―no aguantaré la monotonía de nuevo, te darás cuenta de que solo soy un capricho pasajero causado por la intriga de subir unas escaleras y me engañarás cuando encuentres a alguien más...particular que te llame la atención―Lester niega lentamente e Iria se separa―ahora vete y no vuelvas―le pide con una sonrisa triste, Lester niega.

―No pienso marcharme hasta que...

―Iré a ducharme, cuando vuelva espero no verte o llamaré a la policía ―Iria camina por el pasillo hacia el baño y Lester suspira, empezando a darse por vencido.

La magia de las escalerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora