Parte XIV

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Iria sale de la ducha y suelta un suspiro pesado al ver que Lester se ha marchado, no sabe muy bien lo que se esperaba, ella misma le había pedido que se marchara.

Se echa espuma en el pelo y se viste, esta vez opta por ponerse unos botines ante el frío.

Sonríe al ver una carta sobre la mesa del recibidor, Lester como emisor.

Niega repetidamente dejando la carta donde estaba, no debería alegrarse por ello, ellos ya no son nada.

Cierra la puerta con llave y baja por las escaleras, suspirando con tristeza. Le hubiera encantado confesarle a Lester la historia de esas escaleras, contarle su magia...sus secretos.

Pero ya es tarde para eso, es tarde para todo.

♡♡♡

No, no y no.

No puede seguir así, esperando una reconciliación que no tiene ganas de llegar.

Un mes. Un mes entero lleva dejándole su espacio a Iria, tiempo para pensar, para pensar en volver con él, o más bien, empezar a estar con él.

Lester no se había quedado de brazos cruzados todo ese tiempo, le había mandado flores y bombones, escrito cartas que dejaba en su puerta ―cartas que no recibían respuesta―, incluso le había mandado un beso desde el plató de Secretos a voces en directo.

Pero su paciencia no es infinita y no puede seguir así, la echa de menos. Todavía no sabe cómo ha podido marcarle tanto en tan poco tiempo, pero dicen que el amor es inexplicable y esa es la única explicación que encuentra a todo esto.

―Lester...―murmura Iria indiferente, Lester se levanta de las escaleras del octavo, le dedica una sonrisa sincera, que se borra al ver a un rubio de la mano de Iria―acéptalo, por favor―le suplica subiendo las escaleras con el rubio, demasiado entretenido en sus pensamientos como para prestarle atención a Iria.

Los dos suben y Lester vuelve a sentarse, sin poder creer que lo acababan de ver sus ojos, ¿Iria estaba con otro? En el fondo sabía que tarde o temprano ocurriría, pero tenía la esperanza de que ese fuera él.

Tras un par de minutos de silencio, intentando asimilarlo todo mientras repasaba con los dedos las figuritas geométricas escondidos en los laterales de los escalones, se levanta y abre la puerta del octavo para coger el ascensor.

―¿No íbamos a...?

―No, ya no. He cambiado de opinión ―escucha la voz de Iria y se esconde tras la puerta de las escaleras, queriendo escuchar toda la conversación.

―No he subido ocho plantas para que luego me rechaces...―asoma la cabeza para ver al muchacho besando a Iria, ella lo empuja molesta y niega, mientras el chico forcejea para entrar.

―¡He dicho qué no, joder!―exclama ella cuando el rubio procede a besarla de nuevo, Lester sale de su escondite sin poder aguantar ver tal escena.

Sí, iba a hacerse el héroe y salvar a Iria de aquel chaval que se negaba a marcharse.

Y digo iba porque no tuvo ocasión de hacerlo.

Iria le propina un puñetazo en la mandíbula y luego una patada que logra tirarlo de culo al suelo, Lester abre los ojos sorprendido cuando ve que Iria le agarra por el cuello de la camiseta y lo empuja dentro de su piso.

Cierra la puerta y lo empuja contra la pared, luego pega sus labios a los de él agarrando con los puños su camiseta deportiva, Lester corresponde al beso al instante y ambos se besan con desesperación. Ese beso no puede evitar recordarles a ambos el que tuvieron hacía un mes cuando Iria había vuelto de vacaciones, un beso que explicaba todo lo que sentían y no querían sentir.

―Joder, ¿eres vampiro? Le has pegado unas buenas hostias...―rompe el silencio Lester cuando ambos se separan.

―Kickboxing...― Iria sonríe de lado y niega lentamente, pasando la yema de sus dedos por el rostro de Lester, queriendo subrayar cada característica suya―me cago en tu puta existencia, ¿en serio tenías que ser tan idiota? ¿no podríamos estar juntos y ya?

―Podemos, aun estamos a tiempo de ello―afirma Lester, Iria baja la mirada a sus zapatos, sin saber cómo actuar ahora.

Había leído cada una de sus cartas, había regado cada una de sus flores y se había comido cada uno de sus bombones. Lo había querido sin percatarse cada segundo del día y lo había echado de menos cada vez que pestañeaba, viniéndose su rostro a la mente.

Ella misma se había dado cuenta últimamente, poco a poco y con ayuda de un blog de Internet.

Está enamorada de Lester y no hay nada que puede hacer en contra de eso.

Hoy había decidido salir de fiesta, aun sabiendo que no puede tomar alcohol, para ligar un poco e intentar olvidarse de Lester, quería enamorarse a primera vista de nuevo para romper un amor con otro por encima.

No obstante, la vida solo te da una oportunidad de amor a primera vista y ella ya se la había gastado.

Ver a Lester en sus escalones, esperándola, tan atractivo, le había roto el escudo de seguridad que llevaba de la mano de aquel rubio, con el que planeaba olvidarle.

Y ahora, es cuando se entera, de que no puedes luchar contra el amor, acaba siempre ganando.

Muere o ama.

No quiere morir, le gustaría ver a Joel el el cielo, pero no todavía, no ha vivido lo suficiente.

―Tienes toda la razón―afirma ella, Lester iba a replicar pero se queda en silencio, sorprendido, sin esperar que después de todo un mes le diera la razón justo ahora―pero antes de seguir con esto, que dudo que salga algo bueno...debo contarte muchas cosas y tú a mí también.

―¿Insinúas que tenemos que hablar?―pregunta Lester con una mueca acariciando por encima de la ropa el cuerpo Iria, quien cierra los ojos disfrutando de su caricia, Lester frunce el ceño al tocar el estómago de Iria, un poco más voluminoso. No ve apropiado comentar nada al respecto de su cuerpo así que se limita a continuar con sus caricias, queriendo esperar.

―No me gusta tener que decirlo pero...sí, tenemos que hablar―Lester hacer un puchero pillizcando uno de sus pezones e Iria se muerde los labios ahogando un gemido―pero...puede esperar―afirma atrapando uno de los labios de Lester entre sus dientes.

Quién sabe...quizás aquel sería el último polvo que echaría con Lester, el definitivo.

Porque sí, ella ya se había dado cuenta de que perdía más por no intentar estar con él que por intentar vivir con la sensación de tener que haberlo hecho. No obstante, ahora que la cosa había que empezarla bien, tenía que contarle todo a Lester y temía su reacción más que la nieve al sol.

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Sí, yo misma dije que terminaría antes del 11 pero me da a mí que no...
La semana q viene comienzan las actualizaciones de mis otras historias por lo tanto actualizaré el fin de semana hasta terminar La magia de las escaleras

Calculo que le queden 4-5 caps pero no sabría decir con exactitud jsjs

La magia de las escalerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora