LA CAJA

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Casi pude oler cuando Asami se mojó.

Cuando estábamos en su estudio y le dije por primera vez... Pensé que iba a morir de la vergüenza... Pero no hubo tal. Una vez que me aclare y lo pude decir...

- Quiero intentarlo con usted, ama - debo admitir que la palabra, antes tan extraña, me supo deliciosa en la boca.

Llevé a Asami a la habitación y creí que empezaríamos de inmediato, pero las cosas se confundieron un poco. No sé qué estaba pensando Kuvira, aunque no estoy segura si quisiera que me hubiera explicado mejor en persona. Bastante tuve con escucharla contándome lo que hacía con Baatar. Ahora entiendo mejor porque ese hombre estaba dispuesto a traicionar a su familia.

No creo que Asami entienda del todo porque hago esto. Por supuesto que porque mi novia me fascina. Es la mujer más hermosa del mundo. Estoy segura que literalmente.

Conforme nos fuimos descubriendo, en todos los aspectos que nos faltaban, las cosas se fueron acomodando así, simple ¿no? Bueno... Si ella me preguntara, yo tendría mucho más que decirle. Cuando yo llegue a Cd. República, era una niña tonta, impulsiva al 200% y no sabía nada del mundo real. Bueno, pues todo eso me costó caro, no es que haya dejado de ser tonta o impulsiva, pero me gusta pensar que me he superado. Cuando por fin pude estar con Mako, al principio fue fantástico. Cuando empecé a tener problemas en el Sur, supongo que lo presioné demasiado para cosas que ni siquiera yo estaba segura. Debo admitir que aguantó bastante de mi parte. Y que también fue un idiota. El punto es que yo no quería repetir eso. Quería que Asami fuera a su ritmo, por supuesto que yo la amaba pero para mí ya no existían las prisas, a pesar de todo el tiempo "perdido". Aquí la pregunta es ¿cómo no me dí cuenta desde el principio?

Yo no quería presionar, ni imponer, sólo que las cosas fluyeran. Ser como el agua que se adapta. Por fin entendía a Katara. Cuando Asami subió las cosas de nivel, yo correspondí porque también lo deseaba. Su fuego, era mi fuego. Su hambre la mía. Su deseo mi necesidad. Poco a poco esto se fue acentuando. Ella tomaba la iniciativa el 90% de las veces, cuando yo me sentía sobrepasada por el deseo, simplemente le acariciaba el trasero con disimulo o le ponía un poco más de empeño a los besos. Con eso ella ya sabía que yo necesitaba urgentemente de su cuerpo y su deseo. Y buscaba el modo de que las dos pudiéramos tener unos momentos a solas, o me prometía una noche maravillosa.

Después, un día, yo estaba bastante entretenida con mi lengua en su centro, saboreando todo lo que fluía de ahí, quise jugar con sus pezones y Asami simplemente me detuvo con sus manos, que regresará a donde ya estaba ocupada. Me encantó. A partir de ahí simplemente dejé de pensar y ahí a donde me indicaba, yo llevaba mi lengua. Asami es tan sensible... y gime tan suavemente que me eriza la piel. Aquello de dejar de pensar es literalmente. Lo que Asami quiere, lo hago y ya. Nunca me ha pedido nada que no me guste o lastime, tiene mi absoluta confianza. Y para mí es un respiro sin igual, es cien veces mejor que meditar o dormir. Mis dudas sobre si he hecho lo mejor que he podido, o qué debo hacer a continuación con el mundo y sus problemas, me asaltan constantemente y en el mejor de los casos yo sola las mantengo a raya, pero a veces me pueden y Asami deja todo y me cuida, y soy capaz de descansar, de acallar mi mente. Con ella a solas, todo desaparece, puedo dejar mi mente en blanco para recibirla a ella por completo y cederle todo el control, y así encuentro mi paz. No tengo que preocuparme de nada, ella demanda y yo cumplo. Solo tengo que poner todo mi ser en complacerla, y eso basta.

Asami pareció disfrutarlo también, muchísimo. Al punto que esa noche no tuvo pesadillas. Así como ella me apoya cuando yo me deprimo y no puedo salir de la cama, yo la acompaño cada noche que puedo, que ahora son casi todas. La abrazo, trato de confortarla. Trato de protegerla. Pero sus sueños es un plano que ni siquiera el Avatar puede alcanzar. Cuando estamos dormidas y ella empieza a retorcerse, la abrazo, la estrecho fuertemente y a veces funciona. Yo tenía un sueño muy pesado, ni los aullidos de Naga me despertaban si solo le aullaba a la luna, ahora el más leve estremecimiento de Asami me despierta.

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