Sí,quiero.

Si, ¿no lo sabes?.

¡¿Qué te vas?!-Grité desesperada-¡¿Cómo qué te vas?!.

Definitivamente hoy no es mi día de suerte;Primero me entero de que Aaron es mi hermano, y segundo de que mi padre ha decidido irse del país.

-Baja la voz, pueden escucharte.

-Bajo la voz si me da la gana, de todas formas no tardarán en enterarse.

-Marta, comportate anda.

-Tú no me mandas.

-Suspira-Bueno que sí, que he decidido irme.

Es mejor se te vayas, así no da más problemas.

Pero a ver que se ha creido el tío este, ¿que puede irse del país por qué le da la gana así como así?.

-Y a donde te vas entonces porque no pensarás dejar a mamá sola a cargo de todo, tú has sido el único motivo por el que nos hemos mudado aquí.¿No te das cuenta de lo importante qué es esto para mi, de lo importante que es para todos?

-No es mi problema que tu madre sea tan cabezona y haya querido mudarse, yo no comenté nada, y me voy a Rusia a trabajar con la empresa allí.

-A trabajar en la empresa o a trabajar con tu novia.Tú nunca haces nada ni dices nada por nadie, ni por tu familia-Dije riendo amargamente-Si te vas a ir ya puedes estar haciendo las maletas porque no quiero verte más en mi vida, no te mereces ni la mitad de lo que te aporta esta familia "papá", además en cuanto mamá se entere de que te vas a Rusia por temas de trabajo va a querer irse contigo, ya la conoces.

-Y ahí intervienes tú-Dijo con una sonrisa.

-Tienes mucha fe si crees que voy a mentirle a mama, a ver si te vas ya con tu novia la guarra y desapareces.

-Cómo te atreves a hablarme así, soy tu padre y lo quieras o no, lo que haga o lo que deje de hacer es asunto mío, y no es una guarra.

Vaya padre prefiere defender a una Rusa que a su propia mujer.

Que amargado tiene que estar el pobre.

-Que gran alegría se va a llevar mamá cuando le cuente lo de tu queridísima novia Rusa papi-Dije con mi mejor sonrisa.

-Me voy a ir,pero tú te vienes conmigo.

-Ni que lo sueñes, a ver como se lo explicas a mami, adiós.

Y dicho esto salí del despacho de mi queridísimo padre y decidí ir a la casa de Elena.

La necesitaba, ahora más que nunca necesitaba a alguien.

Si no recuerdo mal su casa estaba a las afueras de la ciudad, era un residencial dentro de un enorme y precioso parque.

Tardé 10 minutos en llegar y toqué el timbre.

-¿Sí, quién es?.

-Me llamo Marta, soy una compañera de Elena, ¿está en casa?.

-¿Marta?¡Si claro, pasa!.

Al entrar me encontré con una alfombra, de color beis, a continuación se encontraba una gran columna que daba principio a las grandes escaleras que conducian al segundo piso.

Me dirigí al salón, donde se encontraban muebles de todo tipo, y una lámpara gigante de flores de cristal, era increíble esta casa.

-Querida espera aquí voy a avisar a Elena de que has venido-Dijo con una sonrisa-Por cierto me llamo Ana.

-Muchas gracias, y perdón por haber venido tan derrepente sin avisar.

-¡No importa!Mi casa es tu casa.

Ella era muy guapa, rubia como Elena, y tenía los ojos azules celestes, eran increíblemente preciosos, practicamente toda ella era preciosa, tendría aproximadamente unos 40 años, y la verdad esque se conservaba muy bien.

A los 5 minutos alguien bajó las escaleras.Era Ana.

-Cielo lo siento pero Elena no puede bajar ahora mismo, sube a su cuarto es la 3 puerta girando a la derecha.

-Gracias Ana.

-De nada si necesitais algo ya sabeis-Dijo con una sonrisa.

Asentí y comencé a subir escaleras.10 en total.

Tercera puerta tercera puerta la encontré.

Toqué varias veces pero nadie contestó, que raro.

De repente sonó mi teléfono, una llamada.Mi padre.

Rechacé la llamada, no tenía ganas de saber nada más de él hasta hoy.

Alguien abrió la puerta y asomó la cabeza.

-¿Marta?Anda mira, pasa vamos-Dijo riendose.

-Elena donde estabas, tu madre me había dicho que era la tercera puerta girando a la derecha, he tocado pero no hay nadie.

-Esa es la habitación de mi hermano, estará escuchando música.

-¿Tienes un hermano?.

No me había comentado nada.

-Claro,¿no lo sabías?.

-Pues no.

-Perfecto.

Se dirigió a la puerta de su hermano y comenzó a llamar.

-Oye, abre la puerta.

-¿Quién és?.-Preguntó una voz muy familiar.

-Quién va a ser, la preciosa de tu hermana, abre anda.

Abrió la puerta y me quedé embobada.

-¿Raúl?¿T-tú eres su her-mano?.

-Sí,¿no lo sabías?.

No respondí, no porque no quería, sino porque no podía.

-¿Marta,te encuentras bien?-Preguntó preocupada Elena-Estás muy pálida.

Podía oírles pero no contestarles.

Cada vez mi cuerpo respondía menos a mis acciones.

Cuando noté que caí y mi cabeza se dio un gran golpe con el suelo.

-¡LLAMA A UNA AMBULACIA Y A DANIEL, RÁPIDO!

Es lo único que llegué a escuchar, ya que mi vista se nubló en ese mismo instante.