Capítulo 5: Rescate

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El sol se alzaba con lentitud sobre las copas de los árboles, bañándolo todo a su paso de un tenue color ámbar.

Un pelinegro se hallaba sentado frente a la ventana observando como, poco a poco, la niebla matutina desaparecía y las calles del pequeño pueblo volvían a la vida.

Su guardia había terminado hace aproximadamente dos horas, pero viéndose incapaz de dormir, había preferido seguir analizando la información que había recibido recientemente en vez de despertar a Kiba, a quien teóricamente le tocaba asegurarse de que ningún enemigo los siguiera.

Ser un Aburame tenía sus ventajas

Se había sentido estúpidamente feliz cuando le recomendaron para una misión de búsqueda ya que la idea de no haber podido ir a por Sasuke cuando renegó de la aldea seguía carcomiéndole por dentro y aunque no le consolaba del todo, se conformaba con participar en misiones de rescate e investigación.

Shikamaru le había dado algunos datos cuando cambió con él, un par de posibles localizaciones y un cuarto de sus insectos era más que suficiente para mantenerse ocupado toda la noche.

Y ahora solo tenía que esperar a que se despertaran para partir hacia la que estaba seguro que era la base de operaciones de los ladrones que debían de tener a Naruto.

Y ahora solo tenía que esperar a que se despertaran para partir hacia la que estaba seguro que era la base de operaciones de los ladrones que debían de tener a Naruto

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Fue recobrando los sentidos poco  poco empezando a ser consciente de lo que le rodeaba.

Su mente divagó en la idea de que todo había sido una pesadilla en una mala noche, idea que fue rechazada por el dolor y entumecimiento que notó en su cuerpo cuando intentó levantarse.

Sentía los brazos débiles y las piernas como si estuvieran hechas de gelatina.

Su entrada le ardía y sentía calambres a lo largo de todo el cuerpo. Tenía las muñecas decoradas con moratones de un color amarillento y con forma de dedos sobre una base roja, resultado de los fuertes agarres de los hombres.

Se miró el pecho desnudo, estaba lleno de mordidas y chupetones que tardarían varias semanas en desaparecer. Sus brazos y piernas tampoco estaban mucho mejor.

De un momento a otro le entraron unas horribles ganas de vomitar, se daba asco. Estaba todo marcado, no había una porción considerable de piel que estuviera limpia y algo le goteaba entre sus piernas pero se obligó a no mirar.

Fue justo en ese momento en el que se fijó en el rubio. Estaba dormido, sentado, con la espalda apoyada contra la pared y algo se rompió dentro de él sin este quererlo. Naruto era del tipo de persona que se movía kilómetros cuando dormía, sin embargo su postura era rígida como si hubiera estado toda la noche de esa forma.

La suposición de que había tenido la intención de no tocarle, le produjo un nudo en el estómago. No estaba preparado para ser rechazado por él.

Y se maldijo por ello.

Había renegado de la aldea e intentado cortar los lazos que le unían a ella pero, aún así, en el fondo le tranquilizaba saber que tal vez, si se acababa arrepintiendo, podría volver y tendría el apoyo del rubio.

Trauma [Narusasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora