SYNDROME (En Edición 😭😭)

Capítulo 4

Dos semanas después

¡¡¡AHHHGGGGGG!!!

Sí, estoy muyyy estresada.

DEMASIADO

Maldito Aspen, maldita Luna y maldito padre.

Por cierto, Luna decidió quedarse y para variar, nadie se opuso a su brillante idea.

Ahora mismo estoy en la cafetería con cara de asco. Liam, Annie, Will y Mary estaban sentados conmigo en la misma mesa. Están hablando de no se que fiesta a la cual no tengo deseos de ir.

– ¿Y cuándo se supone qué es?– dije tratando de no sonar tan borde, pero aún así no pude evitar decirlo de mal humor.

– Este sábado– me dijo Annie– Venga vamos, por favor, por favor, por favor.

Entrecerré los ojos. Ella estaba un poco rara en la última semana. Es decir, me refiero que estar suplicando por una fiesta no es su comportamiento normal. De hecho, normalmente es al revés.

– ¿Ustedes irán?– les pregunté a nuestros amigos que no sabían que pasó en la "maravillosa cena de compromiso" blah blah blah.

Los dos asintieron.

– ¿No se supone que al final si se van a casar? ¿Por qué estás de taaan mal humor?– preguntó la rubia, mirándonos a mí y a Liam.

Ahhhhhhh

Se supone que esté feliz porque no voy a tener que romper con Liam, pero...meh. AHHHHHH QUE QUIERO SER FELIZ COÑO. FELICIDAD EHHHH.

– Al parecer la familia Gómez removió un dirty secret– Liam se apresuró a decir– No le den mucha importancia, puede que sea la regla.

Ah Liam.

Yo no quería ser tan pesada porque de verdad me alegro por nuestro compromiso. Es que de verdad estoy agobiada.

Suspiré y miré a mi mejor amiga.

– Está bien, iré– su rostro expandió en una sonrisa, juro que esta situación es al revés y soy yo la que se emociona cuando accede– peeeero no me voy a quedar mucho tiempo.

Cuando saltó encima de mí para darme un abrazo y decir gracias continuamente me pareció muy sospechoso.

Algo anda mal con Annie y lo voy a averiguar. No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

3 de febrero, sábado

En fiiiiiin.

Decidí cumplir mi promesa e ir a la fiesta.

Elegí usar un top negro y rojo, a juego con una minifalda negra. Por supuesto no podían faltar mis mallas y en este caso unas botas de cordones.

Annie estaba vestida de una manera que no era para nada su estilo y no pude evitar la confusión.

Tenía puesto lo que según ella era la parte de arriba de un traje de baño– y para mí un sujetador– de hilos violeta. Además un pantalón alto y unos tacones.

– Pareces una ramera– comenté en tono juguetón.

Pero auch. Mala mía.

– ¿Tú si puedes vestir como una y yo tengo que pedir permiso?– me enarcó una ceja, a lo que yo levanté las manos.

– Para el carro Anne, solo fue una broma.

En fiiiiiiin

No íbamos con Víktor porque resulta que hoy era su día libre así que fuimos en el auto de Will.

Cuando llegamos no me gustó nada, un montón de gente, la música a todo dar y demás está decir en la horrible zona en la que se encontraba.

Y eso que amo las fiestas y bailar.

Liam me susurró algo de no separarme de él, pero estaba demasiado ocupada viendo cómo la teñida se acercaba a un grupo de chicos y los saludaba entre besos y abrazos.

Joder y le tocaron de todo.

–¿Oye no ves a tu hermana un poco rara?– le pregunté a Liam sin despegar la vista de Annie.

Sentí como él dirigía la mirada en la misma dirección que yo y formó una mueca en su cara.

– Esos chicos han estado viniendo a la casa continuamente en estás últimas semanas– se giró hacia mí– ¿Tú no los conoces?

Bueno pues no. Y eso que conozco a muchos chicos, ni siquiera estaba segura si eran de la escuela.

Negué con la cabeza y decidí acercarme a mi amiga, pero Liam me detuvo.

– Espera, mira bien– me indicó en susurro a pesar de que nadie nos escuchaba. Yo miré directamente lo que estaba pasando y no quería creerlo.

No

No

AH MALDITA ESTÚPIDA

Ahora todo tiene sentido, su comportamiento extraño. Todo.

Sin darme cuenta ya estaba caminando en su dirección a pesar de los constantes espérate de Liam.

Justo en el momento en que llegué ella pareció un poco sorprendida, pero después me dedicó una sonrisa y envolvió un de sus brazos alrededor de mis hombros, recostándose.

Por supuesto su otra mano estaba ocupada sosteniendo un porro que ni siquiera se molestó en ocultar.

O apagar maldita sea.

– ¿En serio Annie?– le di una mirada cansada.– Pensé que no volverías a caer en esto.

– Huh, doña perfecta. No se me permite volver a fumar. Todo tiene que ser como la dama quiera– se burló con sarcasmo– Venga ¡disfruta un poco la vida! No todo puede ser estrés constante o preocupaciones, tienes tomar riesgos, ya sabes– comenzó a divagar, pero la verdad no me interesaba lo que estaba hablando. Solo podía fijarme en como todos esos tipos la miraban y comprendí que ellos eran quienes de seguro le estaban vendiendo eso.

– Annie tienes que parar, es por tu bien– le dije apartándola– ¿Y ustedes no tienen nada mejor que hacer? Aparte de venderle hierba a mi amiga claro.

– Lizzy en serio para ya– Liam me colocó una mano en el hombro.

La última vez que Annie consumió esto fue cuando tuvo su primera exposición. Estaba tan nerviosa y frustrada que recurrió a la drogas como calmante, pero Liam y yo la ayudamos. Estuvimos ahí y lo dejó. Prometió no volver a hacerlo nunca.

Por dios que me había estado perdiendo estás últimas dos semanas.

– No espera– volví a mirar a Annie– Si te pasaba algo solo tenías que decírmelo, no drogarte.

Uno de los chicos se rió

– Si que tenías razón Elise.

–¿Razón?– pregunté confundida– ¿Razón en qué?

Mi amiga suspiró y fue al lado del mismo chico que se había reído– Razón en qué eres tediosa. Mira Lizzy eres como mi hermana y todo eso, pero ¿dónde estuviste cuando necesitaba tu apoyo?

–..Yo–

– No. Tú no estuviste. Estabas demasiado ocupada con tus propios problemas que no pudiste ver los de los demás. Dime ¿cómo se supone que ibas a ayudarme si no te puedes ayudar a tí misma? Ni siquiera te das cuenta del daño que le estás haciendo a Liam.

¿Eh?

Vale, se que no he querido socializar mucho después de la cena, pero he tenido mis motivos. Liam tampoco es que me haya dicho nada.

– Liam no necesita decírtelo para que lo sepas– me dijo como si me leyera la mente– Así como yo no necesitaba decirte que estaba frustrada para que lo supieras.

No sabía que decir, aún fumando Annie era más madura que yo.

– Ahora si me disculpas, voy a disfrutar de la fiesta– dijo esto y se marchó con los demás– Siempre puedes venir– murmuró antes de irse.