¿Cómo conectar ideas?

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¿Te ha pasado alguna vez que estás recién empezando a escribir, pero ya tienes miles y miles de escenas para tu escrito? La emoción te consume desde el centro de tu ser e intenta a toda fuerza salir..., pero no lo hace porque siempre que intentas escribir esa escena, lo sientes apresurado o todavía ni siquiera has llegado a ese punto, ¡o quizás aun no sabes dónde poner esa escena!

Aunque no lo creas, es un problema muy muy común.

Personalmente, vivo con este problema a diario. Mientras el bloqueo, se la pasa detrás de mí susurrándome en la oreja que deje de escribir, están las ideas aflorando y tirándome del brazo para seguir; un juego del tira y afloja que luego se empieza a volver tedioso y frustrante. Por esta razón es que luego conectar ideas se complica tanto.

Primero, hay que buscar la raíz del problema.

Cuando tienes ideas, muchas muchas ideas, y no consigues conectarlas podría estar ocurriendo una de tres cosas:


1. Todavía es muy pronto para que ocurra. Quizá estás queriendo escribir aquella escena donde Pedro vuelve a casa a reconciliarse con su madre por haber discutido sobre adoptar perros a escondidas..., ¿pero qué perros? Si el lector nunca ha visto ningún perro, ¡ni siquiera ha visto tal discusión! Es posible que ni siquiera haya ocurrido indicios de tener mascotas...

Cuando esto pasa, lo mejor es escribir manteniendo en mente esa escena que tanto te emociona, pero para la que aun es muy pronto. Antes de darte cuenta, habrás llegado a ese punto, y para entonces tendrás nuevas ideas para seguir. No te preocupes si lo que escribes entre escena y escena "emocionante" te queda como un camino de tierra; luego lo releerás, asfaltarás lo que te gusta y atajarás por otro camino para eliminar aquello que no. ¡Eso sí, siempre edita cuando hayas acabado!

También podrías escribir las ideas sueltas e intentar conectarlas, como hacer puentes entre riscos. Solo asegura que dichos puentes tengan sentido.


2. Tu idea es muy ambiciosa. Hace tiempo me ocurrió que tenía una idea, algo pequeño: Un instituto, dos mundos, sucesos fantásticos, una mitología, cinco familias, muchísimos dramas, relaciones por montones, demasiados personajes y más. Algo """"pequeño"""" que terminó atragantándome.

Pasaban tantas, pero tantas cosas, que no podía escribir la historia de un personaje sin sentir que necesitaba relatar más la de otro, y luego la de otro, y luego la de otro más. Se convirtió en un círculo vicioso donde yo me frustraba y la historia no progresaba porque ocurrían demasiadas cosas como para avanzar.

Finalmente, me di cuenta de que no era necesario desarrollar tantas historias juntas, así que empecé a separarlas. ¿El romance complicado entre jóvenes rotos? Hagámosle una novela. ¿El triángulo trágico? Hagámosle una novela. ¿El grupo de jóvenes rebeldes y muy distintos? Hagámosle una novela. ¿La muchacha que "habla" con la muerte? Hagámosle una novela. ¿El joven intruso en un hogar donde no es deseado? Hagámosle una novela. Así fui identificando cada historia como una sola obra, en lugar de ponerlas todas y volverlo un asopado.

Piensa, ¿cuántas historias distintas quieres contar? Tal vez sean muchas etapas, o quizá sea una historia con infinidad de capas, puede que te pase como a mí y estés escribiendo algo con demasiadas historias distintas. Luego, si ves que puede ser demasiado, piensa: ¿Qué le funciona mejor a mi proyecto? Quizá es muy larga y puedes dividirla en dos partes, tal vez son muchos personajes y podrías escribir una antología, también podrías escribir diferentes historias en un mismo universo, o quizás la idea está bien como está y no necesita separarse. Haz lo que te funcione mejor y no muerdas más de lo que puedas tragar.


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