❥The shadow of my tear ⁀⋱‿ ♡▕YơơɲGɪ| ⊰۝ ͒

2. The shadow of my tear

The shadow grows and the distance is filled with tears

° • ° • °

Todo se comenzó a ir aún más en picada cuando la ansiedad se apoderó de mis sentidos. Si antes me centraba en mí, con ello terminé por encerrarme en mi interior. Subir al escenario y ver a tantas personas me desgastaba, me sentía tan malditamente cansado. No quería nada.

El estudio fue mi mayor refugio, ahí no había nada ni nadie que se interpusiera en mi camino. Solo me la pasaba escribiendo canciones para el resto y componiendo cuando se me diera la gana (o sea de forma muy recurrente).

Tomo un trago de una de las botellas que me rodea y continuo recordando.

Al principio las cosas habían sido más amenas. Tenía que esforzarme mucho, pero el cansancio no me había detenido nunca. Bailar por horas me agotaba, pero siempre había podido seguir adelante. Había hecho a mano recuerdos para los fans por noches enteras y nunca me había arrepentido de ello, incluso si mi vista al día siguiente se sentía cansada.

Algo en mi interior sentía culpa por seguir recordando momentos así, pues a partir de cosas tan simples nuestros problemas se hacían presentes. No te entendía, pero tampoco me entendía yo. No sabía quién de los todos estaba más perdido y la neblina constante en mi mente no hacía un gran aporte.

—Me preguntaba si ya le podemos decir a mi madre sobre nosotros. Estoy segura de que guardara el secreto hasta que hallemos alguna estabilidad.

—No. Ya te dije que nadie puede saber.

—Pero tu familia sabe...

—Es diferente.

¿Cuál era esa diferencia?, ¿qué ellos eran familiares de alguien famoso y tu familia no? Mi ego crecía cada día en una mala dirección. Sin darme cuenta me estaba sentando en un trono que solo sería pasajero, y eso te dañaba, pero yo lo ignoraba para no tener más preocupaciones en la mente.

Mi ánimo se volvió cada vez más raro. Me era fácil olvidarte y más cuando me olvidaba a mí mismo. Me sentía como alguien sin rumbo, ¿dónde estaban los sueños que alguna vez te conté?, ¿dónde estaba mi yo que creía que todo se podía lograr?

¿Acaso esa parte ya había muerto? No lo sabía y tampoco me esforcé por saberlo.

Cumplimos tres años de relación y recuerdo que me molesté contigo cuando una chica publicó una foto de ambos juntos. Me dijiste que era una amiga y que no tenías idea de en qué momento había encontrado la imagen. Ya era una foto antigua de los dos, pero incluso siendo así me enojé más cuando comenzaste a dar una explicación que me aburrió.

—¿Y qué si se enteró sobre nuestra relación? En algún momento todo se va a saber y el resto lo debe aceptar.

—Ahora no es momento ni lo será. Nadie puede saber, ya te lo he dicho. Siempre generas problemas innecesarios a partir de tonterías. Tuviste que guardar esa foto mejor.

Te reclamé y tú de vuelta hasta que ambos nos cansamos de la voz del otro. Vernos a la cara era tan insoportable y más después de discutir. No entendía cómo habíamos llegado a eso por una estupidez. Era tan difícil ser novios cuando no podíamos actuar como tal.

La fama me comenzó a superar y todo se tornó oscuro cuando la foto que había publicado tu amiga se hizo viral. Infinitas preguntas llovieron al respecto, y la única solución más razonable fue inventar que eras una de las tantas fans que tenía. De todas formas no es que pareciéramos novios, así que los fans se lo creyeron sin darle vueltas al asunto.

A los cinco meses de ello, ya nadie mencionó más la famosa foto. Para ese entonces tú me pediste tiempo, pero yo no te lo di por ser egoísta. Te había dicho que mi tiempo era valioso, y no acepté tu propuesta aunque te vi llorar frente a mí rogando un poco de piedad después de todo lo sucedido.

Por lo visto nosotros no éramos lo único tóxico. Algunos de mis fans te habían atacado de distintas formas, pero tú no me habías dicho nada, tal vez porque sabías que no te respondería.

El día que me enteré de ello esperé a que te fueras para poder llorar tranquilo. No podía aceptar que sobre mi nube sucediera algo así. No te pude abrazar ni tocar en el momento. Estaba sucio, y no deseaba que la sombra también se apoderara de ti. Era algo doloroso, y al menos uno de nosotros tenía que lograr escapar de esa oscuridad que se iba expandiendo. Yo ya estaba hundido, tal vez tú aún tenías esperanzas, o eso quise creer.

—¿Por qué siempre debo comer las migajas de tu atención? Hasta tus fans reciben más que yo.

—¿Y qué quieres que haga? Son mis fans y de ellos vivo. ¿Acaso quieres dinero, tal vez una gran cantidad?

—No quiero nada de eso. Tan solo espero un poco de tu atención. Me siento como un trapo sucio, ¿sabes? Vienes después de dos meses para enrollarte conmigo y después irte, como si mi función solamente fuera recibir toda tu frustración.

—Pero lo pasas bien. No te quejes.

—Y no lo hago, pero me estoy hartando. Me tratas como si solo fuera un polvo de una noche. Siempre que despierto no hay nadie a mi lado. Por último un mensaje o una nota. Pero en cambio hay nada. Nada. El último mensaje que recibí de tu parte fue hace dos semanas y una llamada hace un mes.

—Yo solo estaba...

—Ocupado. Lo sé. Siempre estás ocupado.