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Deseos egoístas 

Y para renunciar era necesario emanciparse de aquel pequeño y lindo pecoso, no podía olvidar a alguien que le esperaba cada semana en el mismo lugar, no podía olvidar si sabía que en algún momento su traicionero corazón iría corriendo en su búsque...

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Y para renunciar era necesario emanciparse de aquel pequeño y lindo pecoso, no podía olvidar a alguien que le esperaba cada semana en el mismo lugar, no podía olvidar si sabía que en algún momento su traicionero corazón iría corriendo en su búsqueda; la existencia de Izuku era peligros, pues la tentación siempre había sido la derrota del hombre. 

Mientras aquellos pensamientos corrían por su cabeza se sintió aliviado de alguna forma, pues estaba tan decidido a dejar atrás al pecoso, que la idea de que su último recuerdo con él fuera aquella hermosa cena que había preparado especialmente para él, eso le daba una exquisita calidad a su corazón, pues se iría de ahí con un recuerdo tan bello, era una buena despedida. Pero aún debía pensar en los estúpidos de sus amigos, aunque si era sincero, en ese punto ya le importaban una mierda, era irrelevante, porque esa manada de torpes solo se interponían en su camino, ellos querían a Izuku tanto como él, incluso se atrevería a decir que lo amaban, en eso no se parecían, pues él se marcharía antes de tan siquiera comenzar a amarlo, sí, el aún tenía la cabeza fría.

Pero si que sería una lástima dejar de ver aquel rostro, que en esos momentos reposaba en su regazo, lleno de pecas, como si de estrellas se tratara, su blanquecina piel, sus largas pestañas que precedían a un par de zafiros, los más brillantes que había conocido en su vida, y aquellos labios rosados y delgado, en verdad que sería una lástima irse de esa manera; por eso y solo por eso, se tomó el atrevimiento se acercar su rostro al del pecoso hasta que sus labios hicieron un suave contacto que provoco en él un cosquilleo incesante en todo su cuerpo, algo parecido a la adrenalina que sentía al momento de atrapar a los criminales.

Se sintió tan bien que se atrevió a hacerlo un par de veces más, que importaba ser un poco más atrevido, después de todo sería la última vez que lo vería, tenía que irse con una recompensa digna; sí que sería triste dejarlo.

Pero debía hacerlo, por su bien, porque sabía que si se sumergía por completo en su amor y devoción por Izuku terminaría arruinado, viviría en la miseria que por tantos años trato de evitar, se convertiría en un idiota enamorado, al igual que sus padres.

Por eso aquella era la última vez, la despedida en la que no daría pauta alguna a Izuku para que se despidiera, porque muy en el fondo de su corazón sabía que Izuku no lo soltaría fácilmente, y aún más en el fondo sabía que sedería de inmediato si Izuku se lo pedía, eso significaría su fin.

Era momento de acabar con todas aquellas estúpidas ilusiones.

Era momento de acabar con todas aquellas estúpidas ilusiones

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En el corazón de bosque [Dekubowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora