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Narradora

No habia paredes al rededor que pareciera una cueva, tampoco era un pozo con fondo al final. Sin una luz que alumbrara aquel lugar desconocido, la oscuridad solo yacía en un vacío infinito que no daba ningún rumbo hacía un final.
En ese lugar, nadie sabía de su existencia, ni siquiera nadie venia aquí pero, por primera un cuerpo humano flotaba en el vacío.

Era tan solo un cuerpo, vació como un cascarón, sin ningún pulso ni un corazón latente que la mantuviera despierta. Solo lo único vivo dentro de este, era el alma que permanecía aún aferrándose.

Solo necesita que alguien la despierte....

- Abre los ojos -Ante la infinita oscuridad, el sonido de su voz era lo único que podía crear eco, aquella voz ronca y suave provocó un sonido latente dentro de esta.- Abre los ojos -repitió el dueño de dicha voz.

Al haber escuchado de nuevo aquella voz masculina, el sonido latente volvió a escucharse dentro de si misma y eso provocó que su alma despertara de un brinquillo, por lo cual, sus ojos automáticamente se abrieron obedientes y despacio.
No podía identificar la presencia frente a esta y solo duró un par de minutos con la visión nublada.

Frente a sus ojos, identificó que era un chico joven flotando frente de ella de una forma que a ella le parecía un tanto misterioso. Ojeó detalladamente que traía una ropa raramente casual y su cabello despeinado con varios mechones repartidos en su frente, al ver sus facciones de su rostro se dio la dicha idea que era como un chico asiático. Que extraño.

-¿Tú...tú quién eres....? -Habló con voz debilitada, pues al haber despertado recién, las cuerdas vocales apenas comenzaban a funcionar.

- ¿Yo? -Se apuntó a si mismo- Yo soy un dios -Respondió, mostrando una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Un dios...?- Repitió con asombro, como a la par sus ojos se abrían levemente.

- Así es -afirmó.- Y tú debes ser Eira ¿no es así?-

- Tú....tú sabes mi nombre - murmuró impresionada.

- Pues claro, yo soy un dios ¿lo olvidas? -Decía con orgullo, a la par, se sentó en posición de indio y cruzó los brazos. Que raro. Eira comenzó a pensar que no lo parecía. - ¿Huh? ¿En serio te parezco muy joven para ser uno?-

Eira giró los ojos a su costado sin decir nada y se rascó el brazo, y con solo ver la expresión de su rostro eso le confirmó su respuesta.

-.... -

Eira, al sentir que el chico la miraba mucho no pudo lograr evitar sentir incomodidad, cruzó los brazos fácilmente, pues su cuerpo comenzaba a funcionar pero solo su corazón no lo hacía.

Soy su reencarnación....yo soy Sakura Haruno [En curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora