Mi Jefe es un Demonio

No Olvides Llevar Sombrilla, la Lluvia puede Llegar en Cualquier Momento

"Soy la prometida de Katsuki"

Aquellas palabras no dejaban de darle vueltas en la cabeza desde que salió de la oficina, tal vez era porque le parecía inconcebible que su jefe estuviera involucrado románticamente con alguien o tal vez no debería sorprenderlo, entre la élite era común los matrimonios arreglados, pero ¿era posible? ¿Qué tal si de verdad estaban enamorados? Pero entonces ¿por qué nunca escuchó de ella? Tal vez se ilusionó pensando que estaba logrando conocerlo, y de verdad Bakugou no mezclaba su vida profesional con la personal. Era su asistente y nada más.

¿Por qué se sentía tan dolido?

Hace rato que había iniciado la reunión con Kendo, Monoma, y aparentemente, Camie  tenía que ver con esa junta ya que no salió de la oficina. Todavía seguía su pregunta de: ¿Quién era ella? Para saciar su curiosidad, se tomó un pequeño descanso. Solo le tomó teclear su nombre en el buscador para saber de quién se trataba.

Camie Utsushimi se trataba de una famosa modelo (con razón su rostro era tan conocido), quien ahora estaba a cargo de su propia compañía, además, era una persona importante para la empresa, ya que muchos modelos que contrataba la AU, provenían de su agencia. Vaya, era joven pero ya era capaz de tantas cosas, eso explicaría porque podía estar con alguien como Katsuki.

Sintió otro dolor punzante en su pecho.

No lograba comprender esta sensación, ¿se sentía traicionado? ¿Dolido? ¿Celoso? ¿De qué se trataba todo esto? Todo era tan confuso, era como si sintiera que ya no conocía a Kacchan en lo absoluto, tal vez era verdad y se estaba haciendo muchas ilusiones pensando que tenía oportunidad de conocerlo más allá, ¡hasta se estaba sintiendo orgulloso de esto! Para que al final terminará siendo solo sus propias ideas.

El resto del día pasó como cámara lenta, hizo su trabajo automáticamente, y para su suerte, Katsuki tuvo que salir para hacer otras cosas junto a Utsushimi,  ya que ella se estaba colgando de su brazo, huh, ¿con que una cita? Era probable, por parte se sintió enojado con que se tomara esas libertades, pero su jefe no era la persona que dejaría el trabajo para lo último. Aun así, esa sensación de molestia no se alejaba, especialmente al ver que Bakugou dejaba que actuara de esa forma tan cariñosa con él. Odiaba el hecho de admitir que se veían bien juntos... 

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—¿No te parece que Deku-kun está actuando raro? —preguntó Uraraka al verlo mover su comida sin mucho ánimo, ni siquiera la había probado, pero ya había separado perfectamente todos los ingredientes. 

—Definitivamente presenta un comportamiento más... silencioso.

—No podemos dejarlo así, hay que ayudarlo.

—Considero que no hay que involucrarnos demasiado si Midoriya no quiere que lo hagamos, debemos esperar a que tenga la confianza para compartir sus inquietudes.

—¡Deku-kun! —hizo caso omiso al consejo de Iida—. Hagamos algo hoy ¿qué te parece?

—¿Eh?

Uraraka propuso que tuvieran un día de películas, pidiendo que se reunieran en la casa de Iida sin el permiso de este, pero aunque este se quejó en un principio, terminó permitiéndolo, después de todo, no podía dejar a un amigo solo; aunque seguía diciendo que no deberían meterse en sus asuntos de esa forma. Así todos quedaron en reunirse esa noche y pedir algo de comida.

Aunque aquella invitación lo alegrara un poco al principio, una vez que volvió solo a su oficina, se perdió en sus pensamientos como un tonto, ¿por qué seguía tan preocupado por lo de hoy? Claro, él siempre le daba importancia a cualquier cosa, pero usualmente sentía ansiedad, no un dolor como ahora (y tal vez un poquito de ansiedad). Intentó desconectarse de su mente para ver si lograba completar el trabajo.