ii. alive and kicking

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We're back in the G-game, baby

Tres meses tras la muerte de John B Routledge y Sarah Cameron

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Tres meses tras la muerte de John B Routledge y Sarah Cameron

JJ

— Toc tooooc —grité mientras daba unos toquecitos a la puerta y, sin esperar contestación alguna, entré en la habitación.

— ¿Sí? —dijo Pope, girándose justo en el momento en el que entré por la puerta— Ah, eres tú —soltó simplemente para, a continuación, volver a poner su atención en el montón de papeles encima de su escritorio. Pero será desgraciado.

— ¡¿Cómo que ah, eres tú?! —repetí, completamente indignado— Encima que vengo a traerte algo para que desayunes, imbécil —añadí, mostrándole el plato de tortitas que me había dado la señora Heyward nada más abrirme la puerta para que las probara y, de paso, se las subiera a Pope— Cambia un poco ese libro de —levanté ligeramente la tapa para ver qué estaba estudiando— ¿Historia Moderna Estadounidense? Dios Pope, tengo que sacarte a que toques un poco el césped —comenté, a lo que Pope me quitó la mano del libro de un manotazo y rodó los ojos.

— Sabes que en breves tendremos examen de esto, ¿verdad? —preguntó, aunque estaba claro que ya sabía mi respuesta.

— Pues no —me encogí de hombros, restándole importancia— Pero mira lo que me ha dado tu madre —le planté el plato de tortitas delante de la cara— ¡Dios! ¡Qué buena pinta tienen!

— ¿Y qué se supone que haces aquí? —me interrumpió, cogiendo una de las tortitas— Habíamos quedado en que Kie pasaría a por mi dentro de una hora y luego iríamos a buscarte.

— Anne no es que sea muy silenciosa por las mañanas —expliqué, con la boca llena— Y menos cuando tiene que madrugar —y era cierto: odiaba madrugar y, cuando lo hacía, se volvía más patosa de lo normal y, encima, suele tener un humor de perros.

— ¿Todavía sigue con eso? —se sorprendió Pope— ¡Wow! Pensé que lo dejaría a los dos días —dijo con un tono divertido— Me alegro por ella.

— Sí  —asentí con la cabeza— Parece ser que le ayuda a distraerse —me encogí de hombros.

Durante el verano, Anne comenzó a salir a correr todas las mañanas como forma de abstenerse del mundo por unos instantes y de desconectarse de todo lo que estaba pasando. Hasta ese momento, era la persona menos deportista que jamás había conocido, pero digamos que, simplemente, un día decidió intentarlo y pareció bastante satisfecha con el resultado. Según me había dicho, la ayudaba a mantenerse centrada el resto del día, como si cuanto más rápido corriera, más atrás pudiera dejar sus pensamientos, que no dejaban de atormentarla a todas horas. Así que, en cuanto comenzó el nuevo curso, Anne decidió apuntarse al equipo de atletismo para seguir entrenándose y, en cierto modo, seguir dejando atrás todos los problemas que le había acarreado la muerte de John B.

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2021 ⏰

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