Cap 45

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Emilio

Me levanté gracias a los rayos del sol, miré a mi lado y ahí estaba el chico más lindo del mundo.
Admiré su rostro por un rato, sus mejillas color carmín, sus labios carnosos y rosados, sus pestañas gruesas y largas, su cabello castaño al igual que sus ojos.

Miré la hora en mi celular que estaba encima del pequeño velador de al lado. Era temprano, las 6:57 AM para ser exactos.

Traté de levantarme sin hacer mucho ruido para no levantar a Joaquín.
Me coloqué mi playera, ya que había dormido sin ella debido a que tenía calor, luego unos tennis que traje en mi mochila.

Abrí la puerta del dormitorio y salí.

Quería preparar el desayuno a Joaco, en el pequeño departamento teníamos una cocina pero no había nada de alimentos, así que fui a comprar algunas cosas. También para la canasta que tenía que devolverle a los jóvenes.

Mientras bajaba por el ascensor, recordé el maravilloso momento que pasó ayer.

~flashback~

Joaquín y yo nos quedamos un rato más, jugando en la la arena, comencé a perseguirlo porque me había quitado mi celular, le había tomado una foto y no le gustó cómo quedó (obviamente a mí sí) y quería borrarla.

—¡Joaquín ya párale! -dije exhausto con mis manos apoyadas en mis rodillas.

—Esta bien -dijo él acercándose.

—G-gracias -dije extendiendo mi mano para que me devuelva mi celular.

—Te voy a dar tu celular cuando borré la foto.

—Hay por favor, Joaco, !sales muy bien¡

—Esta bien -me dió mi celular aún con el celo fruncido, pero yo dejé un beso en su frente y sonrió.

Después de correr nos volvimos a sentar, me gustaba observarlo mientras la brisa recorría su cabello.

—¿Por qué me miras tanto? -dijo sonrojado.

—Me gusta admirar tu belleza -le dije acariciando su mejilla tibia.

—Tú eres más guapo -sonrió mirándome.

—Ajá -reí- ambos sabemos que no es verdad.

—Cállate.

—Cállame -sonreí observando sus labios carnosos y acercándome más a él.

Nuestros labios se unieron, nunca me cansaré de decir que encajan perfectamente.

—Joaco -dije separándome lentamente y algo nervioso.

Sentí que ya era hora...

—¿Que pasó? -dijo algo confundido.

Tomé sus manos y entrelazamos nuestros dedos.
Lo miré a los ojos y juntamos nuestras frentes.

—Quiero aprovechar la hermosa vista -sonreí nervioso, no quería regarla.
—¿Quieres brillar conmigo?

Sentí como se alejó un poco para mirarme directamente a los ojos.

Se quedó un rato en silencio, pero luego soltó una gran sonrisa y me abrazó.

—Claro que sí, Emi.

¡Estaba tan feliz! Ambos nos levantamos y nos volvimos a dar otro abrazo, pero está vez lo cargué, pero como aún seguía nervioso nos caímos

Me Cambiaste La Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora