09.

51 5 0
                                    

—¿Qué quieres? —Respondí.

—¿Por qué tan cortante?

—Pregunté qué quieres.

Abigail me había mandado mensaje, esa chica que se encargó de enamorarme y destruirme al mismo tiempo.

—¿Me estás diciendo que no quieres ir a la fiesta porque te da pánico estar rodeado de tanta gente? Que patético eres. —Dijo desilusionada, ella amaba las fiestas.

—Quiero ir, no sabes cuántas ganas tengo de ir contigo, pero, no puedo, perdóname. —Agaché la cabeza.

—Yael, realmente no lo soporto más, ni siquiera sé porqué sigo contigo, me has aburrido, de verdad, no puedo seguir contigo; tampoco pienso disculparme, no tengo porqué. —Terminó de pintar sus labios para después acomodar su cabello, tomar su chaqueta y salir, ya que sus amigos habían pasado por ella.

Tenía razón, cualquiera entraría en desesperación, ella no tenía la culpa de nada...

▪︎

—Solo, quiero hablar contigo.

Dejo de contestarle y elimino la burbuja de chat, no tengo ánimos de hablar con ella, ni con nadie.

—¡Hola!~

El celular vuelve a vibrar, supongo que es Abigail de nuevo, así que ni siquiera lo miro, sigo con mi proyecto. Vibra unas siete veces más, que es desesperante y decido contestar.

—¿Hola?

—¿Te molesto?:(

—¿Estás ocupado?

—¿Qué tal vas con tu proyecto?

—¿Has terminado ya?

Debería dejar de escribir, ¿cierto? Solo te distraigo.

—Bien. Buenas noches.

Ya no es Abigail la que me escribe, si a Abigail no le respondo un mensaje, se molesta y deja de escribir. Renata me había mandando mensajes, ¿por qué siempre es tan molesta?

Inconscientemente sonrío, sus mensajes causan felicidad en mí, así que decido responder.

—Hola, disculpa por no contestar; sí, sigo haciendo mi proyecto, buenas noches.

Madrugada ya.

—Discúlpame, creo que estoy molestando, ¿no es así?

Para nada.

—Sí, lo estás.

¿Qué?

—Bueno, escríbeme cuando termines. :)

—Niña, debes dormir ya.

—Calla, estoy viendo 《La última misión del ángel》. 😭

—¿La qué?

No entiendo de que habla.

—¿Por qué no eres gentil como Dan?

No sé quién es Dan.

—¿Por qué siempre me apartas, ah? ¿Por qué? ¿Por qué a Sofía no? Mucho menos a Danna, ¿por qué a mí sí?

Ni siquiera yo lo sé, eres muy linda y estoy atraído por ti, pero no quiero acercarme. —Borro el mensaje inmediatamente, ¿estoy atraído por ti? Tonterías.

—No me interesa quién es Dan, no me interesa tu serie, y tampoco me interesa ser amable; mucho menos es de tu incumbencia saber por qué te aparto, ahora deja de molestar debo terminar un proyecto.

Dejo el teléfono. Al principio bromeé con el proyecto, y resultó siendo verdad, ja, ja, fracaso.

Pasa una hora, por fin termino, está listo para mañana y así poder disfrutar mis vacaciones.

Me informé demasiado sobre la miocardiopatía.

¿Debería acercarme más a ella ya que no le queda mucho tiempo? Sí, quizá debería hacerlo.

Llego temprano al día siguiente, debía entregar el maldito proyecto antes de las ocho y ya eran siete y treinta.

Toco la puerta del aula del profesor para percatarme que no haya nadie, y, efectivamente, él aún no llegaba, entro y dejo el proyecto en su escritorio. Salgo del aula para ir la mía.

Entro, y Renata ya está ahí.

—¿Qué haces acá tan temprano? —Sonrío.

—¿Me hablas a mí? —Dice un poco molesta.

—¿Hay alguien más? —Pregunto sarcásticamente.

—No estoy de humor, mucho menos contigo. —Mira hacia otro lado.

—¿Estás enojada por lo de anoche?

Sí, seguro que lo estaba.

—¿Te importa? —Me mira y logro perderme en esos ojos color café.

—Claro que me importa, ¿por qué te lo tomas tan enserio? —Arqueo una ceja.

—Uh, no lo sé, solo imagina que alguien no le de importancia a tus cosas y encima te diga que no te va a dar explicaciones, ah, y un detalle más, que te diga que eres una molestia, digo, ¿te enojarías? —Sonríe con sarcasmo.

—Bueno, ahora que lo dices así, lo haría. Pido perdón, no estaba en mis cinco sentidos, ya tenía litros de café en mi interior y mucho sueño, más aparte dolor de espalda y ojos. —Me excuso.

—Como sea. —Voltea hacia otro lado.

—Pero, ¿por qué te importo tanto? ¿Acaso te gusto? —Me acerco a su rostro.

—Sí. —Mira mis ojos.

✯ 𝘈𝘭𝘮𝘢𝘴 𝘦𝘯𝘧𝘦𝘳𝘮𝘢𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora