Capítulo I

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Año 1960. Todo comienza en Reine (Noruega), un pequeño pueblo pesquero que se encuentra en las islas de Lofoten, al norte de dicho país. El pueblo cautiva por su belleza natural, como montañas, ríos, lagos, etcétera. También se destaca por su principal motor económico: la pesca.

Un pescador y su hijo decidieron ir a pescar en el mar, ya que tenían un barco pesquero de nombre Glød.

“Parece que va haber una tormenta padre” -dijo el hijo del pescador, que tenía como 19 años

“No lo creo. El cielo está despejado, pero estaremos pendientes” -respondió el padre pescador muy seguro de sí mismo

Subieron al bote él, su hijo y un par de pescadores. Elevaron el ancla y zarparon a altamar. El tiempo parecía estar a su favor. Buen oleaje, una brisa agradable, las condiciones perfectas para un buen día de pesca. Y de repente, una nube gris y amenazadora empezó a cubrir el mar de la nada. Una niebla densa empezó a cubrir el océano, imposibilitando la vista. Cayeron las primeras gotas, un temor se apoderó de los pescadores ya que corrían el riesgo de hundirse o chocar con otro bote pesquero.

“¡Aseguren la carga!” -gritó el capitán por medio de un altavoz

Como empezó a llover fuerte, el mar se embraveció y eso hacía mover violentamente el bote. Como ya habían pescado cangrejos, sus jaulas se abrieron por los fuertes golpes y éstos se escaparon. Cada vez que las olas golpeaban el barco, metía mucha agua, amenazando la vida de los pescadores.

“¡Veo algo!” -gritó el hijo del capitán desde la cubierta- “¡Veo algo!”

Tanto los pescadores como el capitán no podían ver nada debido a la niebla. Encienden los faros para ver mejor, buscaron lo que el hijo del capitán vió. Al cabo de unos minutos, lograron divisar un pedazo de tabla flotando en el mar. Al principio decidieron no hacerle caso a un pedazo de tabla.

“¡Espera!” -dijo uno de los pescadores- “¡Hay un hombre en la tabla!”

El capitán, que era de aspecto acomplejados y barbudo, fijó curso hacia esa persona flotando en la tabla. Trataron de que el bote no chocara contra la persona, pero al acercarse vieron que el hombre estaba inconsciente. Bajaron a uno de los pescadores amarrado con un chaleco salvavidas y tratando de perderlo. El pescador logró sujetar al hombre.

“¡Subánme!” -gritó el pescador desesperado, ya que la tormenta estaba empeorando

Lograron subir al pescador y al hombre desconocido. Decidieron colocar al hombre en el puesto del capitán. Intentaron reanimarlo, pero el hombre se veía morado y pálido a la vez. No tenía signos vitales, por lo que concluyeron que había muerto.

El hombre tenía un aspecto delgado pero fornido (fuerte), tenía el cabello color castaño, ojos azules y tenía lo que parecía un anillo de alguna organización. Vestía de una sudadera gris, zapatos deportivos y un logotipo en su sudadera algo inquietante, tenía el signo de radiación.

Cuando la tormenta empezó a calmarse, decidieron regresar a tierra para llevarlo al hospital de Reine. Justo cuando iban de regreso, escucharon un ruido raro. Sonaba como una persona tosiendo, como expulsando agua de sus pulmones. Cuando los pescadores y el capitán fueron a ver qué era, no podían creer lo que estaban viendo.

El hombre desconocido había despertado. ¿Cómo? El hombre estaba muerto, o eso creían. Cuando se acercaron a verlo, el hombre se asustó y emitía una especie de energía alrededor de él. Todos se asustaron, hasta el mismo hombre desconocido.

“¿Estás bien?” -preguntó el capitán algo asustado

“¿Qué?” -respondió el hombre desconocido balbuceando- “No sé... que pasa... ¿Qué hago... qué hago aquí?”

“Te rescatamos en el mar en medio de una tormenta” -respondió el hijo del capitán en su idioma natal, el noruego

Lo que más le sorprendían no era que el hombre parecía extranjero, sino que hasta hablaba su idioma.

“¿En... en el mar?” -preguntó confundido el hombre desconocido

“Estabas muerto” -dijo en voz alta uno de los pescadores

“Cállate” -le corrigió el capitán al pescador para que el hombre no se alterara

“¿Muerto? ¿Cómo es posible?” -preguntó el hombre muy asustado.

“Eso no importa ahora. Te vamos a llevar a un hospital para que te revisen” -le dijo el hijo del capitán al hombre desconocido

De ese momento en adelante decidieron llamarlo Ukjent, que significa ‘Desconocido’.

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