EPÍLOGO//JinYoung

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Seis años después...




Mis ojos están en el concurso frente a mí, pero siento un cosquilleo en un lado de mi cara.

Miro a la izquierda y encuentro a mi marido estudiando mi perfil.

Aunque le han atrapado mirando, no se molesta en apartar la mirada, y la gravedad de sus ojos azul-grisáceos hace que mi aliento tartamudee. Las palabras que planeaba usar para burlarme de él por su desesperado encaprichamiento conmigo mueren rápidamente y ahora estoy mirando hacia atrás, la emoción sube como una marea en mi garganta. Es así entre nosotros todos los días, el dolor conmovedor del otro en nuestras caras, para nunca más ser escondido, pero nuestra devoción se desborda en la unión cada dos años. Es aquí, en este valle, donde recordamos la primera vez que nos vimos y todo vuelve rápidamente.

Jaebeom ya no es un nuevo rey, recién llegado del campo de batalla. Sigue siendo feroz con la espada y no hay un solo soldado en nuestro ejército que pueda superarlo, pero se ha establecido en su papel de gobernante sabio y capaz, aunque le dirá a quién se lo pida que su rey consorte es el responsable.

- ¿En qué estás pensando?- Le pregunto ahora, dejando que mi mirada recorra sus labios cincelados. Por su amplio pecho y muslos, tomándome el tiempo para volver a ver sus ojos.

-Basándonos en tu mirada perdida...- ruge. -Diría que estamos pensando exactamente lo mismo.

Mis labios se mueven. -Tenemos que observar la competencia. Después de todo, es tu creación.

-Así es. - Echa un vistazo a los animados procedimientos. - Una muy necesaria mejora.

Es difícil no sentirse un poco engreído viendo a los guerreros correr por la ladera llevando cubos llenos de agua sobre sus hombros mientras los elegibles los juzgan, decidiendo quién es digno de tomar como marido. Y es que hubo una modificación, ahora ya no son los donceles ni mujeres quienes tienen que concursar para que alguien los escojan, sino que ahora es al revés, así que si alguien quiere participar es libre de hacerlo sin que se menosprecie el valor de ninguna mujer o doncel. Especialmente desde la comodidad de mi trono. Pero la petulancia no se convierte en reina, así que me conformo con enviarle a Jaebeom una sonrisa secreta que lo diga todo.

-Sabes. - musito, extendiendo la mano que me ofrece, mis mejillas se calientan cuando se la lleva a la boca y me muerde los nudillos, uno por uno. -Lisa y Bambam serán elegibles en la próxima unión.

La sonrisa de Jaebeom desaparece abruptamente y tengo que tragarme una risita.

Se ha vuelto ferozmente protector de mis hermanos en los últimos seis años. Al principio, le preocupaba sobre todo que la gente los pisara, así que les ponía campanas en los zapatos para avisar a todos cuando venían. Cuando se hicieron mayores, se dedicó a enseñarles esgrima y ahora se pavonean por el castillo como si fueran los dueños del lugar, con las espadas atadas a sus caderas. A menudo me trae lágrimas a los ojos, viendo lo confiados que se han vuelto ambos, ahora que no solo tienen mi amor, sino el amor de Jaebeom y todo su reino.

Sí, mi marido es muchas cosas. Un rey, un amante, un guerrero, un hermano mayor, un amigo. También es increíblemente considerado. Al mudarnos al castillo, nunca olvidó lo mucho que la granja significaba para nosotros, así que la conservamos. Mi marido contrató hombres para cuidar los campos y usa los ingresos para pagarles generosamente, poniendo el resto para las dotes de mis hermanos, que ninguno de nosotros tiene prisa por ver otorgadas.

My Lover - BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora