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-¿No les parece raro que Rosé ya no ande con nosotros?

-¿La extrañas? -preguntó Changbin con burla.

-¡Claro que no! Solo espero que no esté planeando nada...

-Parece que ya ha encontrado a alguien con quien divertirse.

Seungmin señaló disimuladamente la parte izquierda de la cafetería pudiendo ver como Rosé era abrazada por un chico mayor que ella. Si Kim no se confundía, esa persona era Park Junhee. El de cabellos negros conocía a varias personas del colegio así que no se le era muy difícil enterarse de las cosas que pasaban. Había intercambiado unas cuantas palabras con Park, el chico era muy amable y divertido, solo esperaba que no terminara mal por la pelirroja.

-En fin... lo que en verdad me pregunto es cuando Jeongin y Hyunjin terminarán juntos. No creí que alguien podría ser más lento que Changbin.

-¡Oye!

-¿Te gusta alguien? -preguntó Seungmin.

-No, o sea sí, pero...

Otro par de ciegos en el grupo.

Mientras tanto, Hyunjin y Jeongin habían vuelto a ir al jardín de siempre, ese lugar era muy callado y tranquilo. De cierta manera, sentían como si fuera especial para ambos porque nadie más que ellos se asomaba por ahí. Si comparaban a el menor del pasado con el actual, muchos dirían que no eran la misma persona. El rubio había cambiado demasiado y ahora su timidez solo existía cuando se trataba de Hyunjin. Él siempre lo podía poner muy nervioso con solo una simple, pero bella y cautivadora sonrisa.

-¿Hoy quieres ir a mi casa?

-¿A tu mamá no le incómoda? Siento que estoy mucho tiempo ahí y no sé... Podría sentirse abrumada con mi presencia.

-¿Qué dices? Mi mamá te quiere más a ti que a mi.

Jeongin sonrió al tener la aceptación de su ojalá futura suegra, ahora solo le faltaba que Hyunjin lo aceptara. Los australianos le decían que fuera el primero en confesarse, pero con solo pensarlo podía sentir como su estómago daba vueltas debido a los nervios. ¿Y si Hyunjin lo rechazaba? Que tonto, Jeongin.

El pelinegro volvió a echarse en el regazo del menor pudiendo ver desde abajo el perfecto rostro del rubio mientras que este solo lo acariciaba delicadamente. Parecían una pareja, pero ni uno de los dos se daba cuenta que el contrario lo miraba con dos corazones en los ojos.

-Jeongin...

-¿Uh?

La mirada de Hyunjin bajó a los finos labios del menor. Desde hace varios días, por no decir semanas, quería besarlos. Después de tanto había aceptado lo que quería hacer.

Me gustaría besarte, pensó.

-Eres muy bonito.

Y como esperó, pudo ver las sonrojadas mejillas del contrario. Quería morderlas de los suaves que parecían. Quería comerse a Jeongin a besos porque el menor era malditamente tierno por la mínima cosa que hiciera. Botaba ternura por cada parte de su ser.

Quería a Jeongin solo para él, lo guardaría en una cajita de cristal si fuese necesario.

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Solo le faltaba el último paso de la lista. Invítale a salir. Lleva a la persona que te gusta a un lugar especial para mostrarle lo bien que pueden pasarlo. Una cena, una cita o un momento tranquilo en la noche podría ser una salida perfecta. Además, puedes llevarle un regalo, algo significativo para los dos. También puedes aprovechar el momento para declararte.

-¿Estás listo, Innie?

-No.

-Tómate tu tiempo, has hecho un gran esfuerzo todo este tiempo. Solo te falta un poco más.

-Hyunjin y yo hemos salido varias veces, ¿eso no cuenta?

-Esas son salidas de amigos, esto sería como una cita.

Cita. Aquella palabra lo ponía muy nervioso aunque de verdad le gustaría tener una con el mayor. Seguro sería algo completamente lindo, pero ¿las citas no solo eran para las parejas? No podía llegar a decirle de frente a Hyunjin que si quería una cita con él, ¿y si lo asustaba? Que difícil era la vida. Tal vez solo debería invitarlo a salir como cualquier otro día y confesarse. Ahora ¿cómo debería hacerlo? ¿Un me gustas y ya? La chica de la película le dijo un montón de cosas a su persona especial y para suerte de ella, fue correspondida. Otra vez volvía ese tema, ¿qué tal si era rechazado? Oh, pobre Jeongin, se hacía un mundo en su pequeña cabeza.

-¿En qué piensas?

-Nada importante... -mintió.

-¿Sucedió algo?

-No es nada, tranquilo.

-Sabes que puedes decirme lo que sea, ¿no?

¿También puedo decirte lo mucho que me gustas? Pensó.

-Sí, gracias...

Hyunjin no entendía lo que le pasaba al menor, de un momento a otro se puso muy pensativo. Lo notó gracias al lindo puchero que hizo inconscientemente. No sabía lo que pasaba por su cabeza, pero no quería verlo triste. Su nuevo objetivo en la vida sería hacer feliz a Jeongin.

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-Hola cariño, ¿cómo has estado?

-Muy bien, señora... Sunhee. -corrigió.-Y ¿usted?

-Excelente, hice galletas de chocolates para ti. Jinnie me dijo lo mucho que te gustaban.

-Oh, muchas gracias...

Ambos chicos subieron a la habitación del mayor con el pequeño canino feliz detrás de ellos. Jeongin se tiró a la cama y cargó a Kkami con él haciendo que este se recostara en su abdomen. Hyunjin sonrió y se sentó a un lado de ellos.

-De verdad pienso que mi familia te quieres más a ti que a mi y no sé como sentirme al respecto.

-No seas exagerado.

-¡Kkami te da muchos besos y a mi ni uno!

-Soy su favorito.

El pelinegro lo miró ofendido y sutilmente comenzó a acercarse más al rubio para hacerle cosquillas. El pobre perro asustado por el alboroto de los jóvenes, bajó de la cama de un salto. Jeongin no paraba de reír y Hyunjin no ayudaba mucho con ello. El menor estaba hecho bolita como si así pudiera evitar las manos contrarias lo cual fue completamente en vano. Acabaron en una posición bastante comprometedora. Hyunjin arriba entre las piernas del rubio con sus dos brazos al lado de la cabeza del contrario mientras que Jeongin solo había quedado abajo sin llegar a ser aplastado.

-Me gustan mucho tus ojos. -soltó el menor perdido en ellos.

Hwang volvió a sonreír y cuidadosamente se echó encima del menor escuchando sus rápidos latidos del corazón. Jeongin colocó una mano en la cabeza del pelinegro y comenzó a enrollar sus dedos con los sedosos cabellos. Quedaron en reunirse para hacer cualquier cosa y terminaron juntos en la cama durmiendo.

Su corazón siempre late muy rápido cuando estoy con él, pensó Hyunjin antes de caer dormido encima de su persona favorita.

Su corazón siempre late muy rápido cuando estoy con él, pensó Hyunjin antes de caer dormido encima de su persona favorita

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