La verdad de un sentimiento.

La declaración.

Habían pasado seis horas ya desde el ataque del enemigo. Estábamos cansados de correr, de ocultarnos. El hambre y la sed se empiezan a hacer presentes, pero no podemos bajar nuestra guardia.

A lo lejos se pudo percibir el sonido de un pequeño río por lo que no fue necesario decir palabra alguna...iríamos hacia aquel lugar.

Por fin habíamos perdido a aquellos ninjas y lo primero que hicimos al llegar fue quitarnos los zapatos, pues la mezcla entre la adrenalina y el haber corrido por nuestra supervivencia hizo que el dolor no se sintiese en ese momento.

- ¿Estás bien?
- Si Neji...bueno estoy muy cansada, fue difícil perder a aquellos ninjas.
- Y que lo digas. He revisado y ahora mismo no los puedo ver a nuestro alrededor -activa su byakugan-
- Espero no encontrarlos por aquí.
- No te preocupes, voy a vigilar todo el tiempo.
- Esta bien, haremos guardia en lo que descansamos.
- Si.

Ahora era mi turno de vigilar mientras Neji tomaba tiempo para descansar. Me encontraba sentada sobre el pasto a sus espaldas y recorría cada lugar del bosque en busca de alguna señal del enemigo y de pronto giré mi cabeza...y ¡Oh por Dios!-pensé-. Neji se había quitado su camisa blanca dejando ver su escultural cuerpo. Lo miré detenidamente y rodeaba cada centímetro de su cuerpo con mi mirada...hasta que me encontré con la suya por desgracia.

Tal fue mi asombro que de un solo salto, regresé a mi posición inicial, pero esta vez tenía un rostro que se asemejaba a un tomate, ¡demasiado rojo para mi gusto!. Mi miedo, estrés y cansancio habían desaparecido instantáneamente y en mi mente solo aparecía su cuerpo, su hermoso cuerpo. De pronto siento que una mano delicada toca mi hombro y como todo mortal, reaccioné con tremendo grito.

- ¡Ay!
- Tranquila, soy yo.
- ¡Neji! No me asustes de esa manera.
- ¿Asustarte? Pero estamos solos aquí, no entiendo tu reacción.
- No es eso...
- ¿Entonces qué es?
- N...no es nada. ¡No es nada! ¡Yo no vi nada! - ¿Pero qué haces Tenten? Porfavor, trágame tierra- pensaba absurdamente-
- ¿Huh? Entiendo...sé lo que sucede aquí.

Entre mi sonrojo y mis balbuceos, tardé unos minutos en caer en la realidad y es que, en aquella Neji está besando mis labios ja ja ja...Espera un momento ¡¿Está besándome?!

Sus labios se sienten tan suaves, tan húmedos. Aquel fue el primer beso que he recibido y juro que el mejor de mi vida. En un inicio quise apartarme por inercia, pues no sabía a ciencia cierta lo que estaba pasando, más sin embargo aquel beso fue felizmente correspondido. Ese beso llevaba consigo cantidades industriales de amor y felicidad y fue solo por falta de aire que ese beso llegó a su fin.

- Lo siento, no pude evitarlo...
- ¿Huh? -es lo único que puedo decir -. ¿Por...por qué lo hiciste?
- ¿Aún no te has dado cuenta?
- Perdona...¿qué? - me sentía tan confundida- ¿Darme cuenta de qué?
- Soy un Hyuga. Para los viejos, yo soy una persona fría y calculadora que solo busca su propio bien. Fue gracias a Naruto, los chicos y sobre todo a ti, que me hicieron entender el gran valor que tienen los humanos como shinobis.
- Espera, yo imaginé que para ti solo era una compañera de equipo. La verdad, estoy aturdida, tú no eres así.
- No lo soy pues nadie lo merece. Sin embargo, eso acaba hoy. ¿Recuerdas el día que fuiste en mi espalda hasta llegar a casa?
- Si... -y no sabe con cuánta exactitud lo recuerdo-
- Aquel día, a pesar del accidente que ocurrió contigo, me sentí feliz porque logramos pasar un bonito momento lejos del entrenamiento y el estrés de todo. Tenten...puedo ver en tus ojos que sientes lo mismo que yo siento por ti. Lo vi ese día...y lo veo ahora. ¿Estoy en lo cierto?
- Neji...-fue lo único que puedo decir, pues las lágrimas empezaron a brotar de mis mejillas sin cesar-

En ese mismo instante solo pude hacer una cosa...abrazarlo. Sentirlo tan cerca de mi era una sensación inexplicable, después de todo, sentir mariposas en el estómago no sonaba tan descabellado como parecía.

Tan solo éramos Neji y yo, un momento, un instante. Pensar que mis sentimientos no eran correspondidos no eran más que solo ideas equivocadas. El momento no era el apropiado, lo tenía muy claro, pero no podía decir que no. El tiempo pasó demasiado rápido y sin darme cuenta yo me había enamorado.

Esta "relación" por asi llamarlo, fue fortaleciéndose con el tiempo. Ni Guy sensei ni Lee se daban por enterados, pues no queríamos ser agobiados con sus abrumadoras preguntas, ni suyas ni de ninguna otra persona. Debo admitir que Neji logra separar lo sentimental de lo profesional. En todas las misiones siempre se mantuvo enfocado en el objetivo, derrotando enemigos y trabajando como un gran equipo...él y yo.

Poco tiempo pasó y un misterioso enmascarado se atrevió a interrumpir la reunión de los cinco Kages para declarar la Cuarta Guerra Mundial Shinobi, tenía una sed de venganza con este mundo y aunque no conocíamos sus motivos, supimos al instante que era un ninja de la élite, difícil de olvidar su nombre....se hacía llamar Uchiha Madara.

En la aldea de la hoja, todos los ninjas que se encuentran activos se preparan para enfrentarse al temerario Uchiha Madara, considerado el único ninja capaz de enfrentarse al poderoso primer Hokage...Senju Hashirama. Y ahi se encontraba Tsunade-sama, liderando las fuerzas en las que fueron dividas. En una de ellas se encontraba Neji, pues Hiashi-sama pidió personalmente se encargara del liderazgo del clan Hyuga y a pesar de los comentarios por ser de la rama secundaria, lo había aceptado con honor y valentía.

Fue entonces que, entre tanto estrés por la futura guerra, Neji fue a buscarme en una carpa donde preparaba mis herramientas de combate y fuimos al claro de un bosque y hablar tranquilamente, sabíamos que no teníamos tiempo que perder, por lo que cada momento era valioso a su lado.

- ¡Te felicito Neji! -un gran abrazo de mis pequeñas manos envolvió su suave cuerpo-
- Agradezco tus palabras Tenten -me ofrece un pequeño beso en la frente que denota mucho amor-.
-  Me siento algo nerviosa. Estar en la primera división no se siente nada bien. No tenemos mucho tiempo, pero quiero darte algo.
- ¿Qué es?
- Lo vi en una tienda y en lo primero que pensé fue en ti.

Neji solo sonrió y se ruborizó un poco, pues aquel regalo era una cadena que tenia nuestras iniciales. Muy cursi para su gusto, claro que sí, pero quiero creer que una esencia de mí se encuentra en esa sencilla joya.

- Veo que no te gusto...lo entiendo, no eres tan cursi como lo soy yo.
- ¿Qué? Claro que si, es muy hermoso. -inmediatamente se lo coloca en el cuello-
- ¡No! Espera...no es necesario que te lo pongas.
- ¿Por qué no? Estoy cansado de fingir que aquí no hay un nosotros.
- ¿Qué? ¡Estas loco! No es el momento correcto.
- Claro que no cariño, pero después de esto...no lo ocultaré más tiempo.
- ¿Qué insinuas?
- Escucha. Después de esta guerra, tu yo estaremos juntos. Para siempre. -y choca su frente junto a la mía-.

Aquella promesa fue sellada con un beso, un hermoso y pacífico beso en donde no existía nadie más, nada más. Amaba a este hombre y él me amaba a mi. ¿Por qué ocultarlo mas? Y tenía razón...después de esta guerra todo será diferente...