IV

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El sol entraba por la ventana iluminando los ojos de Taeyong, este frunció el ceño e hizo un intento de volver a dormir y a pesar de que el sueño lo invadía no fue capaz.

Estaba más que cansado, decidió darse una ducha y lavarse los dientes sin desayunar. Después de esto el mismo decidió llamar al japonés. Se vistió yendo rumbo a la cafetería, esperando a que el menor se dignara a contestar sus llamadas.

Yuta estaba ocupado, la noche anterior se había quedado a dormir en casa de su mejor amigo. Cuando lo había llamado su amigo estaba duchándose.
Decidió vestirse e irse después de desayunar. Mark se despidió de Yuta. Quién no tenía batería, dejó su móvil cargando mientras desayunaban y al salir se fue encendiendo su móvil.

Taeyong no tardó en volver a llamarlo, está iba a ser su último intento cuando Yuta al fin respondió.

Tyong, necesitabas algo?— agarró su mochila en un hombro para ir más cómodo.

—Te espero en la cafetería, ayer no aparecí, ¿me extrañaste?— Resopló al terminar su frase y entró a la cafetería. Haciendo sonar la característica campanita de la puerta.

—Oh, es que vengo algo cansado… ¿no preferirías vernos mañana?— Ignoró su pregunta. —Vengo de dormir en casa de un amigo. Debería de arreglarme un poco aunque sea. Total, me vas a obligar a ir.—

—Quiero verte, ya. Mañana tengo otra cita. Si no quieres dejar de verme aparece de una vez.— Paró en seco. —Con que dormiste en casa de un amigo no? Hm, eso explica tu ilusión por venir a verme.— Dijo con sarcasmo, como siempre.

—No hagas insinuaciones, sé lo que pasa por tu cabeza ahora mismo Lee.— Gruñó. —¿Otra cita? Luego vas de que estás cansado. Ahora te esperas a que me duche y me vista bien.—

—Claro, me esperaré.— Rodó los ojos. —No te esmeres en ponerte guapo, como empiece a llover no quiero verte mojado.—

—Que sí pesado.— Cortó la llamada conteniendo una risita tonta que se negaba a expulsar.

Pasó casi una hora hasta que Yuta al fin apareció.

Taeyong estaba atento a la campana todo el tiempo.

El menor se acercó a él por la espalda y lo abrazó aún sabiendo que yo lo había visto.
Taeyong solo se dejó abrazar y luego le dio unas palmaditas en el brazo hasta que esté le soltó.

—Entonces sí me extrañaste.— Dijo para colocar su silla y que el otro se sentara.

—Que caballeroso Lee, parece que las citas te ponen de buen humor.— Comentó sentándose.

—No es eso, ayer recibí un email. Voy a abrir mi propia galería de cuadros. Ya he comprado el local que te enseñé, por lo tanto ahora es mío.— Sonrió con ilusión.

—¿De verdad?— El japonés se sorprendió y dibujó una gran sonrisa en sus labios que captó la atención de Taeyong, pero no por mucho tiempo. El otro asintió igual de contento acercándose a él.

Taeyong acercó sus manos a su rostro, quedando cada vez más cerca de él. Yuta no pudo evitar ponerse nervioso al estar tan cerca y cerrar sus ojos.

sketch; yutae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora