XVI

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Una vez Yuta se fue y se despidieron fue hacia su cuarto, ya lo echaba de menos, se tiró a la cama por el lado en que Yuta se había acostumbrado a dormir cada vez que se quedaba en su casa.

La almohada aún conservaba el olor de su cabello, hundió la cabeza en esta y se quedó así un rato pero no por demasiado, cogió su móvil de la mesilla de noche y se decidió a encenderlo de una vez, tenía muchas llamadas perdidas de Doyoung de el día que lo dejó.

No quería hacerlo, pero lo hizo, marcó su número en el teléfono esperando una pronta respuesta.

Necesitaba ayuda.

Se suponía que Yuta lo ayudaría a enamorarse pero todo se fue de las manos y ahora su corazón latía por él, eso no estaba planeado. Quería obligar a su corazón parar, era tan agobiante, tenía miedo de que eso estuviera mal.

Sus pensamientos al fin pararon. Pudo escuchar la dulce voz de Doyoung al otro lado de la línea.

—¿Taeyong?, ¿ocurre algo?

—¿Podemos salir esta noche? Necesito tu ayuda —musitó algo nervioso—.

☾︎

La brisa marina acariciaba su piel con suavidad, allí estaba, con Doyoung, sentados en unas rocas junto a la orilla hablando tranquilamente.

—¿Entonces te gusta Yuta? —preguntó sonriente—.

—No lo tengo claro, nunca me había sentido así por alguien —dijo mientras jugaba con sus pulgares—.

—Si me hubieras contado tus problemas desde un principio quizás te podría haber ayudado.

—Lo sé, pero no ha sido así —rió levemente el azabache—.

—Ya, ¿como te sientes estando a su lado? —Taeyong lo miró—.

Se sentía tan bien, Yuta fue el único capaz de hacerle sentir así, esa sensación de calidez que él le brindaba no lo había sentido nunca antes, le hacía sentir querido, con el no tenía miedo de amar, con el ya podía subir a la superficie y respirar, no podía evitar extrañarlo después de todo un día juntos, a su lado se le aceleraba el pulso, se sentía seguro, ese hormigueo en su vientre y ese nerviosismo al tenerlo cerca, anhelaba sentir la respiración del menor en su cuello cuando dormían abrazados, quería besarlo, abrazarlo, sentirlo, tocarlo, ya lo entendía, así se sentía estar enamorado.

—Siento que el mundo entero desaparece cuando lo miro. —respondió—.

☾︎

Yuta sintió su cuerpo arder, la impotencia lo carcomía por dentro.

¿Acaso el no era suficiente?, ¿qué tenía Doyoung?, ¿por qué estaba él ahí?, ¿acaso habían vuelto?, ¿eso había durado su ruptura? Se limitó a contener sus lágrimas, Taeyong era solo su amigo y Doyoung también, además, si volvían el debía alegrarse.

Por muy tóxica que fuera la relación.

Lentamente se separó de los labios del otro y sonrió apenado. Mark rió pegando sus cabecitas. Este lo abrazó y tardó un poco en corresponder al gesto.

—Me gustas Yu —.

Después de una larga conversación volvieron de la playa, Mark dejó a Yuta en su casa.

Cuando entró por la puerta se deslizó por ella cayendo al piso, las lágrimas empezaron a salir con desesperación, estaba molesto, muy molesto.

Había aclarado las cosas con el menor,  no eran nada más que amigos, fue un simple beso, un malentendido, y este lo comprendía.

El único problema era él, que se había enamorado del chico equivocado.

sketch; yutae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora