Una hermosa tarde de primavera, una joven de cabellos castaños largos y libres al viento, paseaba por un bello parque de Tokio. Sus bellos ojos verdes siempre llamaban la atención en cualquier lugar, hombres y mujeres admiraban su belleza.
Llega a un claro del parque y en el centro de la fuente, muchos pájaros cantando y los visitantes dándoles comida. Eso para ella fue un momento tranquilo.
Encuentra una banca solitaria y toma asiento a descansar, su vestido floreado y el sombrero de pana dejaban al viento hacer de las suyas.
Un grupo de cuatro varones se acerca por los alrededores, todos muy bien parecidos. Sakura se levanta del asiento y no se da cuenta que se le cae su pañuelo y rápidamente uno de los hombres se acerca a levantarlo y fija su mirada con la suya.
El flechazo fue instantáneo, los dos corazones latían al mismo tiempo. La joven solo sonrió tímidamente y con un bello sonrojo en sus mejillas, y él solo le sonreía como un bobo.
Años más tarde, el mismo reconoció que ese amor fue a primera vista, después de ese encuentro, se frecuentaron más seguido, a pesar de que el joven trabajaba fuera del área, por el amor a ella es que hacía lo imposible por verla los fines de semana y estar juntos.
Tuvo que pasar mucho para estar con ella, empezando por su hermano celoso y unos padres un poco sobreprotectores. Pero lo más importante para él es que ella le correspondía igual o más. Ese amor fué su fuerza y su luz.
Cuando se casaron fue el día más feliz del mundo, a pesar de lo poco que tenían no les importó que su matrimonio haya sido solo por el civil. Prometieron alguna vez casarse por la iglesia. Pero lo años pasaron y esa promesa no se cumplió.
Llegó Kaori, después de nueve años Khalessi, se instalaron en Tomoeda en casa de la madre de Kurogane. Al menos techo y comida nunca les faltó.
Pero ella siempre en el fondo quiso su casa, sus cosas y su espacio, algo que Kurogane jamás logró darle. El amor comenzó a mermar. Lo ama pero esa intensidad y esa chispa de la primera vez se fue apagando con el pasar de los años, más aún viendo a Kurogane conformándose en el lugar donde estaban.
Es por eso que ella se fue por un mejor porvenir, pero el precio era muy alto tan alto que él se quedó con tanta opresión en su pecho. Se llenó de dudas, miedos y sobretodo el ya no volver a verla nunca más.
Ahora está en la cama del hospital inhabilitado de moverse por el dolor tan agudo que el tumor le está causando.
Los médicos están haciendo lo posible por disminuir su agonía pero los últimos exámenes arrojaron que el tumor está comprometiendo toda la columna vertebral y la amenaza de quedarse paralítico está a la vuelta de la esquina.
—¡Doctor diganos la verdad, que va a pasar con mi hermano!—las lágrimas de Kaede son incontrolables, el médico la mira con lástima, a su lado está su tío Raiko.
—Debo ser sincero con usted señora, el tumor ha comprometido casi toda la columna vertebral y no solo eso, está por tomar signos vitales— el médico no está preparado para lo que viene, sabe que le romperá el corazón a esa pobre mujer—. Será mejor que le avise a sus familiares señora...y se preparen para lo peor.
—¡Noooo!—el grito ahogado de Kaede remece todo el hospital—.¡ Por favor no pueden dejar así a mi hermano, mi madre se morirá con él, por favor, haga lo imposible!
El tío de la mujer intenta tranquilizarla, siendo una persona mayor, en ese momento tenía que sacar fuerzas y corajes para poder consolar a su sobrina y en especial a su hermana, madre de Kurogane.
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𝘋𝘦𝘫𝘢𝘮𝘦 𝘈𝘮𝘢𝘳𝘵𝘦
De TodoLa situación económica de una familia esta en peligro, cuando el cabeza de familia enferma y no tiene posibilidades de seguir trabajando la madre asume la responsabilidad y para sacar adelante a su familia decide emigrar a otro país. Las almas gemel...