Las estaciones mueren una por una

Capítulo 20: Presente (2035)

Cada mezcla es un punto muerto, los dedos diestros cargan hábilmente las plantas en el laboratorio antes de machucarlas y revolverlas una velocidad récord. Con un conocimiento que le otorga la práctica dedicada de lo que debe haber sido horas y horas diarias, Izuku maneja la herbolaria en sus manos como un verdadero profesional.

Los ojos heterocromáticos estudian al joven herbologo a su lado, la forma en que el mortero de la mezcla está acurrucada contra sus manos, una sujeción ejemplar de la herbolaria que dejaría a cualquier instructor más que impresionado. El foco está claro en la cara de Izuku, la vista inquebrantable desde el alcance mientras carga otra mezcla, todo desde la práctica. Así era exactamente Izuku cuando Shoto lo vio por primera vez hace tantos años. De pie en el campo de prueba de B.M. con el resto del equipo y defendiéndose en el campo con lo mejor de lo mejor.

Después de que la última mezcla lograra su objetivo, Izuku baja la muestra, esmeraldas finalmente mira hacia el azul y gris, —¿Entonces? ¿Tan bueno para ti?

—Impresionante— admite Shoto, una pequeña sonrisa abriéndose paso por sus rasgos. —No has perdido tu ventaja.

—Aparte de unas pocas semanas en las que me moría de ganas de volver a poner mis manos en una mezcla, no ha pasado mucho tiempo, Jefe— responde el herbologo antes de agregar. —Para mí, de todos modos.

—Tu arrogancia todavía está viva y bien, así que aceptaré tu palabra— Shoto se ríe.

Izuku le lanza una sonrisa antes de que esta vez levante un arma, pero una mano enguantada agarra el cañón de la pistola, lo que hace que el herbologo vuelva a mirar al hombre mayor.

—Mi turno— Shoto simplemente dice antes de levantar el arma de las manos de Izuku.

El herbologo retrocede, dejando que Shoto se coloque en posición, el hombre mayor levanta la pistola a la altura de su hombro y apunta. Aprieta el gatillo, la bala se eleva a velocidades más rápidas de lo que el ojo puede seguir mientras penetra en el objetivo, seguido rápidamente por otro, cada disparo lanzado más rápido que el anterior, cada uno golpeando su marca en el centro.

Shoto mira por encima del hombro a Izuku, esmeralda escrutando los objetivos, pero puede ver la impresión que dejó en las facciones del hombre más joven.

—¿Se supone que tengo que superar eso?— El hombre mayor luce su propia sonrisa arrogante, levantando la pistola y dejándolo descansar sobre su hombro.

Shoto también es un tirador, experto en una variedad de armas, pero eso era debido al puesto de Jefe, pues tenia que saber usarlas, desde cuchillas hasta armas más pesadas e incluso armas más grandes. Las pistolas, sin embargo, siempre habían sido la experiencia de Izuku, al igual que los rifles. Había sido las dos únicas armas que el hombre más joven podía sostener sobre la cabeza de Shoto, pero a lo largo de los años, el hombre mayor no se ha alejado de ellos, sino que se ha encariñado con ellos, la razón se encuentra justo frente a él. A Izuku apenas se le había visto sin su rifle, con sus armas en la armería después de que desapareció. Shoto no podía soportar dejarlos sentarse allí. En cierto modo, había sido una forma de aferrarse a Izuku, de comprender al hombre más joven. Cada vez que desmontaba el rifle y la pistola, los limpiaba y los aceitaba, para pasar el tiempo volviendo a armarlos había sido lo más cercano que había sentido al hombre que ansiaba encontrar sin importar el costo. Por supuesto, tener a Izuku es lo que realmente había querido.

Izuku se muerde el labio inferior, la mirada parpadea entre el Jefe y los objetivos antes de que deje escapar la admisión, —Diablos, sí.

Shoto se ríe de eso, —¿Qué tipo de jefe sería si ni siquiera pudiera seguir el ritmo de mi propio herbologo?— Las palabras tardan un momento en asentarse, pero cuando lo hacen, esmeraldas se ensancha, la cabeza se mueve hacia atrás. rápido Shoto teme que se haya torcido algo. —Cuenta esto como una entrevista informal por que sí. Tienes el trabajo, herbologo.