De rodillas [KatsuDeku - Dom/Sub]

La 100° orden: ¡Plus Ultra!

Hacía ya casi dos años que se habían graduado y todos estaban desempeñándose como Héroes Profesionales. Izuku y Katsuki se habían anotado al registro como un dúo, por lo que siempre trabajaban juntos.

Ellos habían formalizado su relación el día que se graduaron de UA, cuando el rubio le obsequió al otro una correa de cuero negro con una hebilla dorada con unos complejos diseños hechos con hilos dorados. Realmente era un objeto único mandado a hacer especialmente para el muchacho de pelo verde, quien se sintió tan especial en ese momento, que creyó que su corazón iba a explotar. Realmente fue un momento maravilloso, considerando la forma en cómo todo había empezado.

El día para la presentación del nuevo ranking de Héroes se estaba acercando e Izuku estaba preparando algo especial para su compañero y amante. Sus ojos verdes brillaban emocionados, estaba seguro de que subirían de puesto por el buen trabajo que estuvieron haciendo durante todo el año, pero estaba más expectante de ver la cara de Katsuki cuando le diera el regalo, algo que llevaría su ya perfecta relación un paso más adelante.

Cuando Ochako le habló sobre esa tradición que los Sub de su familia habían adoptado para el momento en que se emparejaban, no dudó un segundo en probarla él mismo con su par. Si para todo lo que hacía siempre iba al límite, por qué no hacerlo con la persona que más amaba.

Estaba parado en la entrada del angosto pasillo, buscando la dirección del artesano de confianza que su mejor amiga le había recomendado. El lugar estaba apartado, casi parecía ilegal, pero no lo era, ya se había asegurado de ello. Pero su arte y sus clientes no eran algo con lo que el artesano se sintiera cómodo de hacer público, por eso hacía estos encargos especiales por recomendación.

Ese taller era un lugar donde sólo los Sub tenían permitido entrar. Por lo tanto, Izuku tuvo que llevar comprobantes médicos que acreditarán su condición como tal. También, el viejo artesano, le tomó una entrevista para asegurarse de que la decisión de hacer tal objeto era propia y no influenciada. Luego, cuando quedó convencido, tomó las medidas de la boca, dentadura y mandíbula del hombre de ojos verdes.

Todo estaría listo para la fecha estipulada.

El día del ranking llegó y ellos quedaron en un muy generoso puesto quince, sólo superados por héroes con más trayectoria. Nada mal para unos "novatos". Los festejos se extendieron durante toda la noche, pero no se quedaron por mucho tiempo; como pareja tenían algo mucho más importante que festejar. Ese día era su quinto aniversario.

Cuando llegaron a su departamento, fueron directo a la habitación. El primero en entrar fue Katsuki quien quedó parado al lado de la cama, observando sorprendido una cajita roja perfectamente acomodada con una tarjeta que se asomaba por el borde de la misma. Se giró hacía la puerta cuando escuchó a Izuku pararse en el umbral de la puerta, viéndolo atentamente con un brillo expectante en la mirada.

—¡Feliz aniversario, Kacchan!— dijo el de cabello verde sin moverse de su lugar en la entrada de la habitación. Su enorme sonrisa fue alcanzada por un suave y largo beso, que correspondió felizmente rodeando con sus brazos el cuello del otro, acercándolo a su cuerpo todo lo que pudo.

—¿Acaso no vas a abrirlo?— cuestionó divertido Izuku cuando sus labios se separaron. Al ver la expectativa en los brillantes ojos verdes, Katsuki no tuvo más opción que separarse del cálido cuerpo de su amante y dirigirse hacía la cama, dónde todavía lo esperaba la pequeña caja.

Primero, tomó la tarjeta y leyó el mensaje escrito con la desastrosa letra de su pareja.

"Para Kacchan, te amo. Deku.

Que nuestro amor avance hacia adelante siempre. ¡Plus Ultra!" 

—¡Jajaja, que nerd de mierda tan cursi!—Izuku le sacó la lengua retrucando la burla, pero también se rió.

—¿Qué es?—preguntó Katsuki intrigado, no era propio de los Sub que sean ellos los que den regalos de aniversario, no era que estuviera mal visto, pero tampoco era lo que se acostumbraba.

—Algo para que me pongas. Una prueba de hasta dónde confío en tí. Una forma de llevar nuestra relación más allá.

Las palabras de su amante dejaron a Katsuki en silencio, cautelosamente abrió la caja y una enorme emoción lo llenó por completo. El regalo era una mordaza. El cuero y los bordados hacían juego con los del collar que le había dado cuando formalizaron su relación, el anillo metálico brillaba con el reflejo de la luz. Este regalo estaba fuera de toda expectativa. Realmente era una muestra de total confianza, ya que la mordaza evitaría que el Sub pueda hablar.

—¿Y? ¿Te gusta?—preguntó Izuku con una vocecita pícara.

—Me encanta—. Avanzó hacia el otro con la mordaza en sus manos. —Tú me encantas—. Ambos se sonrieron, ya no era necesario decir más nada, salvo una cosa.

—De rodillas.