nomoschédio

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Sentía su garganta seca y cerrada, unas manos al rededor de ésta; sus extremidades temblorosas, nervioso,  desnudo; su cuerpo en general ansioso. Sus manos y piernas dejaron de temblar, su cuerpo se relajó y por fin pudo respirar. Un gemido de alivio escapó de sus labios, cuidó de hacerlo ligero pero no pudo hacerlo, era una de las pocas cosas que no podía controlar y probablemente jamás podría. Gruñó ligeramente.

— Ellos volverán pronto, no te preocupes — Habló un mesero realmente apuesto, su traje era elegante. Probablemente había creído que estaba nervioso ya que sus jefes habían salido, sin embargo, estaba aliviado.

— Estoy bien — Sonrió hacia él antes de bajar disimuladamente la vista por su cuerpo.

Era alto, probablemente mediría más de 1,85. Su espalda se veía ancha y sus brazos gruesos y largos. Sus dedos eran delgados y largos, sus venas se marcaban fácilmente por éstas. Su boca era redonda, no tan carnosa pero lo suficiente para hacerle desear morder sus labios. Su barbilla era marcada, sus ojos rasgados y su cabello gris le ponía los pelos de punta.

— Pero, si te quedas a hacerme compañía seguramente estaré mejor. — Dijo coqueto, cruzando sus piernas una sobre otra antes de voltearse para mirarlo de frente.

— ¿Se me está insinuando? — Habló formando una sonrisa con sus labios y alzando una ceja. Por supuesto que le había echando un ojo al menor en cuanto entró al lugar. ¿Quién no?

— Mmm, tal vez, pero si te molesta. — Habló, poniendo las piernas como antes, cuando el contrario se sentó a su lado y colocó la mano sobre sus muslos.

No volvió a juntarlos para dejarle como estaba, si no que los abrió y le acercó ligeramente a su cuerpo, arrastrando la silla consigo, sin despegar la vista de sus labios el uno del otro. La tensión sexual comenzó a incrementar entre ellos. Luhan inmediatamente sintió cómo su interior comenzaba a prepararse para recibirlo y cómo el lugar repentinamente parecía caluroso. Sintió ganas de quitar su traje y colocarse encima del contrario, para frotarse y poder despertar su miembro. Se inclinó hacia el frente, pasando su mano por la nuca del más alto y acariciado su cabello gris, antes de enredarlo en sus dedos para juntar sus labios rojos con los del más alto.

Un gemido de satisfacción salió de los labios del contrario en cuanto los sintió pegados a los suyos. Se sentían carnosos y adictivos, parecía un sabor entre cigarro, fresa y sandía. Si bien, no suena apetitoso, probablemente es porque no habían probado los besos de Luhan. La mano del más alto rodeó la cintura de su hermoso acompañante, haciéndole sentarse sobre su regazo. Colocó sus manos en su pecho para tratar de que lo hiciera más lento, soltando un ligero gemido al no haberlo logrado y haberse sentado sobre su miembro.

— ¿Qué...? ¿Qué nombre debo gemir? — Preguntó Luhan en cuanto el contrario se separó de su boca para repartir besos por su cuello, con sus manos tratando de quitar su saco.

Una voz en su mente dictaba "¿Qué carajos haces? estás en el trabajo, en la zona de los Park y los Oh con su empleado, van a despedirte" más sus manos y labios parecían mandarse por sí sólos, ya que aún con ésto en mente, mordió su cuello y succionó la zona, dejando una marca rojiza que más tarde se tornaría morada. Sonrió ante el reproche del más pequeño por haberlo marcado.

— Mi nombre es... — fue interrumpido.

— ¡Kris! — Gritó apresurada una chica hermosa, con su cabello recogido en una cola de caballo, con una falda negra hasta la mitad de sus muslos y una camisa elegante, al igual que sus zapatos, todo negro. Parecía la contraparte del uniforme de los hombres.

Se separaron abruptamente, con Luhan en la silla de antes, cerrando sus muslos y acomodando su cabello lo mejor que pudo. Gruñó frustrado, no le importaba si los había visto, al haber gritado parecían amigos cercanos.

┈─• ☁️ ♡ ָ࣪  𝕠𝗸α𝘁ά 𖤐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora