Capítulo I. La Academia

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Los ojos me pesaban, no quería abrirlos. Una voz de mujer me hablaba, tenía un tono maternal, había otros sujetos más en la sala las voces de aquellos me indicaban que eran diferentes a ella.

- El sujeto está abriendo los ojos. El proceso ha sido un éxito, éste es el último. Ya podemos enviarlos a la academia. -. Sentí de pronto que me sujetaron la cara, aún tenía la vista borrosa por lo que no podía ver el rostro de la persona, me sentía mareado y confundido.

Pasaron unos segundos hasta que por fin pude ver con claridad, una mujer con traje blanco estaba de pie frente a mí, sosteniendo mi rostro con sus delicadas y pálidas manos. Sus ojos llamaron mi atención; dorados, eran como un par de joyas, su cabello corto pero rubio hacía juego con aquellos orbes. Estaba perdido en su belleza, nuevamente ella habló sacándome del trance en el que permanecía.

- No tenemos tiempo que perder, ella no es una mujer paciente. -. La escuché decir. ¿Ella? ¿A quién se refería? Mientras formulaba las preguntas, alguien me levantó de mi lugar, mi cuerpo aún se sentía pesado mi cabeza daba vueltas, no paraba de preguntarme de quién hablaban o porqué me costaba tanto entender la situación. Mis pies se movieron solos, estaba caminando como si fuera una máquina, era consciente de lo que hacía pero no podía moverme a voluntad.

Caminé hasta una larga fila, había muchas más personas delante de mí, a los costados unos hombres uniformados completamente, no podía verles el rostro ya que unos cascos tapaban la mitad de la cara. Guiaban el camino hacia otra habitación por un largo y amplio corredor decorado de manera sutil con colores oscuros y luces tenues.

Desde mi lugar alcanzaba a ver a dónde nos dirigíamos; un salón de gran tamaño con una decoración similar al pasillo de donde veníamos, lo conformaban altas paredes rojas con columnas blancas, carecía de ventanas aunque en su lugar había puertas igual de grandes oscuras con unos flores tallados en ellas, en el techo colgaba un candelabro dorado con velas a su alrededor, iluminaba la habitación lo suficiente como para moverse sin tropezar.

Frente a las múltiples filas de sillas se alzaba un escenario con dos escaleras a sus costados, una mujer de blancas ropas salió del lado derecho entre unas cortinas rojas acompañada de un par de guardias detrás de sí.

- ¡Bienvenidos, mis queridos niños! – Exclamó extendiendo ambos brazos. – Es para mí todo un placer que estén aquí. Soy Lilya, la directora de esta academia y también su soberana del reino. Este año, han sido elegidos para estudiar en la Academia Especial para Ángeles de la Muerte, que claro es, la mejor escuela en todo nuestro amado Lurahell.

La multitud de jóvenes en la sala pareció inquietarse ante sus palabras, estaban tan confundidos cómo yo al parecer.

- ¡Shh! ¡Shh! Niños, no se alarmen. –La multitud calló-. Nuestra academia está conformada por grupos especializados en distintas áreas, tenemos desde escritores y archivistas, hasta militares que velarían por la seguridad de nuestro mundo. Serán seleccionados por los líderes de cada grupo y dirigidos hacia sus áreas, éstas son exclusivas para sus integrantes por lo que cualquier criatura ajena a ella se le negará la entrada y sancionado con el peso de sus actos. ¡Espero y tengan un agradable curso en esta nueva vida! Lurahell les ha permitido vivir en sus tierras, espero logren sus objetivos y sean el orgullo de este reino.

La multitud aplaudió a las palabras de la mujer, pronto ella se retiró del escenario en compañía de sus guardias.

- ¡Necesito una respuesta a lo que está pasando! ¿Qué es este lugar? ¿Qué es todo esto? Ah, estoy muy confundido... -. Mencionó un chico sentado a mi lado. No había prestado atención a quienes estaban a mí alrededor, de hacerlo, me habría percatado de ese joven inusual, él tenía unas alas pequeñas en color azul, por el sentimiento del momento había dejado un par de plumas en el suelo y unas cicatrices en ambos brazos.

- ¿Qué? ¿Se te perdió algo? -. Se dirigió hacia mí-. D-Disculpa... No quise sonar mal, pero en este momento no tengo idea de qué es lo que está pasando. ¿Tú sí?

Negué con la cabeza-. Estoy igual que tú... ¿Por qué estamos aquí?

- ¡Eso quisiera saber! ¡Esa mujer se ha ido sin decirnos nada más! –Exclamó. Todos en la sala callaron al escuchar su voz, juraría que me rompería los tímpanos si gritaba algo más.

- Agradecería que hablaras, no que gritaras. –Dijo una chica sentada a dos lugares de nosotros, no duró mucho ahí pues ésta se levantó acercándose al joven que estaba a mi lado. Su apariencia me resultó interesante, en especial los cuernos naciendo de sus sienes curvados hacia arriba, sus ojos eran iguales a los de la doctora que vi cuando desperté, su cabello era extrañamente de color menta-. Hay unas personas ahí que están organizando los grupos de los que nos habló la mujer.

- ¿Y tú eres...? –pregunté.

- Según esto, -Nos extendió un gafete pequeño con el nombre grabado en él-. Me llamo Molly. Todos tenemos uno... creo que ése será el nombre por el cual se dirigirán.

En medio de la confusión, no me había dado cuenta que también tenía uno en la camisa. – Dimi...tri. –Repetí.

- Alis...tear? –Repitió el chico a mi lado, no parecía convencido con ese nombre-. ¿Qué clase de...nombre es ese?

- No es tan malo. –Mencionó Molly desviando la mirada con un leve sonrojo-. A mí me gustan sus nombres. . .

- Molly. –Hablé-. Tu nombre también es hermoso. –sonreí-. Por cierto, pareces saber más sobre este lugar, ¿Te importaría decirnos algunas cosas?

- Hmn... escuché muy poco, tengo muchas dudas. Pero los doc-Una voz gruesa resonó por la sala, mis ojos buscaron al dueño. Era un hombre de apariencia mayor, vestido con una armadura ligera de color negro.

- ¡Tomaos asiento todos! Hemos terminado de organizaros en grupos, tan pronto como os nombremos pasaréis con vuestro respectivo líder.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2021 ⏰

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