5. Dos en un dia

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El Nissan de Alexx estaciona a un lado de la carretera. Me quedo observando el panorama: arboles antiguos y enormes sobre escaleras de marmol. Puertas gigantes de madera resistentes. Naturaleza alrededor. Ventanales costosos y una larga fila de autos lujosos aparcados a las afueras de la institución.

El ambiente resulta agradable, erudito y antiguo. Muchas caras emocionadas caminando por todo el campus admirando el lugar. Tomando fotos o escribiendo en sus agendas. Estoy embelecida con el lugar hasta que mi telefono vibra entre mis piernas y las notificaciones empiezan a aparecer en la pantalla de bloqueo.

Llamada entrante de Blake.

Silencié mi celular de inmediato. Alexx me miró extraño, y continuó rebuscando unas cosas en el asiento del piloto cuando finalmente sus ojos brillan por haber encontrado el objeto  extendió un cofecito de caja color azul.

Le doy una mirada confundida.

—Feliz cumpleaños adelantado.—siseó con una sonrisa.

—¿De verdad? Aún faltan unas semanas.

—De acuerdo. Sólo lo compré para ti  hace unos días y ahora recordé donde lo había dejado.—confiesa con orgullo.

Ruedo los ojos negando con la cabeza.

Al abrir la cajita observo un lindo collar de bronce con un dige de medio corazón. Lo observo incredula. Levanta un pie en el volante subiendo la tira del pantalon de jean para mostrarme la otra mitad del corazón en una tobillera del mismo diseño. Lo trae puesto y me sonríe dulcemente.

—Estas ganando puntos.—hago una mueca pensativa.

—¿Puntos para un sorteo o para pasar una clase?

Solté una carcajada al ver su rostro sarcastico.

—Gracias. Me ha encantado.

—Usalo.

—¿Ahora?

—Sí. Ven.—hizo un mohin para que girara sobre el asiento. Cuando sus manos frias tocaron las mias fue como si un desvio electrico recorriera todo el auto y llegara a mi con alto voltage. No habíamos hablado nada sobre lo del beso o la pequeña reconciliación de hace media hora sin embargo, siento como si estuviesemos mejor que antes.

El collar se adhiere a mi cuello mientras en un leve forcejeo logra cerrarlo y colgarlo.

Me doy la vuelta para ver sus ojos verdes mientras me encuentro con su sonrisa. Posa sus dedos  en mi collar bordeandolo con delicadeza hasta que llega al medio corazón y lo toma entre sus dedos.

—No eres un objeto pero sigues siendo mia.—expresa con voz ronca.

Mi corazón amenazó con salir ante sus palabras, me quedé perpleja cuando bajó una de sus manos a mis muslos realizando pequeñas caricias y dejó un beso en mi cuello. Me puso nerviosa.

—No hagas eso.—detengo su mano con una risita de pendeja intentando sonar demandante. Si seguía seduciendome y comportandose así de romantico iba a estallar.

Estabamos en pleno estacionamiento, chicos universitarios chismosos.

Dios, ayudame.

—¿Por qué? ¿No puedo hacer esto— roza sus manos desde mis rodillas hasta la entrepierna con una ligera sonrisa pervertida.— o esto—entonces sus dedos tocan mi zona V. Aunque traigo puesto unos jeans, es tentador.— o...

Alguien toca la ventanilla de mi asiento con urgencia sobresaltandonos.  Siento mi cara arder de vergüenza pero lo sustituye una linea de confusión al ver de quien se trata. Alexx se tensa liberando mi cuerpo de sus curiosas manos.

Después del veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora