D I E C I S E I S : L I B R E

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Hola, bellezas 💜💜

Volví con Homofóbico. Debo confesar que amo escribir esta historia. Espero que disfruten del capítulo.

Si no les llega la notificación pueden guardar mi historia en sus bibliotecas o seguirme. Hagan como ustedes quieran.

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Enjoy....💜💜












Los hermanos se quedaron en silencio mientras bajaban por el ascensor.

Namjoon lo miró de reojo. Pero prefirió callar y no indagar en los asuntos de su dongseng.

Taehyung carraspeó queriendo romper el hielo. Y, de alguna manera poder hablar. Preguntar. Porque en verdad le interesaba su Hyung.

Tomó aire y consultó:

—Tú...? ¿Tú estás bien? —Namjoon levantó la vista con una sonrisa en el rostro. En verdad que esperaba aquella pregunta.

—Sí, un poco apretados en el depto de Jin y estamos buscando trabajo, nuestro padre no me la ha dejado nada fácil y me ha cerrado varias puertas.

—¿Sabes que si necesitas din...?

—No quiero tu dinero, Tae. Prefiero que estés a mi lado. Y yo con eso ya soy feliz.

—Es muy injusto lo que está haciendo contigo, Hyung.

—Lo es, pero son sus reglas y yo ya me cansé de vivir bajo ellas. —Namjoon suspiró hondo—. Hace años que no me sentía se está manera.

—¿Cómo?

Libre.
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Él es centro de atención; todas las miradas están puestas en él y Taehyung lo sabe. Se siente invadido siente que están ultrajando algo que le pertenece. Tiene la mandíbula apretada al igual que los puños a su alrededor. Él está en el escenario, cantando, y esa voz se le cuela en los oídos y cierra los ojos captando esa melodía angelical que hace querer más al pobre Taehyung, sabe y se da cuenta que es un simple mundano bajo el angel que está arriba de aquella tarima, Taehyung, ahora, en este preciso instante, quiere morir porque sabe que un ángel como él lo recibirá en el cielo con una voz suave y brillosa que le dará la bienvenida y él va a estar bien con aquello, que lo envolverá su dulce aroma y si está de suerte, quizá solo quizá recibirá un abrazo de bienvenida. Abre los ojos cuando siente que todos los aplauden y victorean por haber interpretado majestuosa pieza maestra, porque no hay otro adjetivo calificativo para describir las maravillas que hace joven de cabellos rosados con su voz y el mayor divaga, y recuerda también, lo que puede hacer con su boca, se retuerce en aquel asiento alto de la barra; presiona sus muslos allí, cuando siente ese cosquilleo delicioso recorrerle la columna, que desemboca en su glande. Se reprocha así mismo por aquello, porque ya no es un adolescente en ebullición. No claro que no lo es de hecho él jamás fue un adolescente «normal». Porque él no tuvo una infancia como tal. Cierra los ojos, una vez más, porque recordó lo que había hecho la noche anterior con él. Con lo que se dejó hacer y suspira pesado. Porque siente el aliento caliente y la saliva algo espesa acumularse en su boca y traga duro posiciona su vista al escenario nuevamente porque siente que si no lo mira otra vez, puede morir, y se da cuenta que Jungkook es como su oxigeno. Este le dedica una sonrisa mostrándole los dientes y termina frunciendo la nariz. Taehyung cree que no hay otro gesto que pueda hacerle ver las estrellas, porque cuando el joven de cabellos rosados frunce su naricita, el mayor cree desfallecer. Cree morir y resucitar al mismo tiempo, y tiene el tupé de compararse con el mismísimo Jesucristo, aunque él no crea demasiado en religión. Porque no lo hace hace años. Cuando ultrajaron a su amigo años previos.

HomofóbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora