C U A T R O : R I D I C U L O

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Sorry por las actualizaciones lentas.
Pero van a estar 💜

Enjoy.... 💜

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Pasó toda la semana entre reuniones, firmas y contratos.

Mensajeandose con Kiki y poniendo todo de sí para que algo que todavía no había comenzado, funcione. No sabía la razón para tener esa sensación, pero se estaba esforzándose en demasía para que eso ocurra.

No hubo sobresaltos, o quizá sí, pero decidió ignorarlos. Eso significaba ignorar a su padre. Hacer como si este no existiese. Todas las respuestas a su padre eran monosílabicas. No tenía demasiada intención en hablarle. Para ser honestos no fue muy amable la última vez que se vieron, pero en su interior sabía que su padre tenía razón, pero, por otro lado también estaba su hermano. Y esa maldita conversación que venía a su mente cada vez que podía. Era como un "pica seso". Algo que le martillaba el cráneo cada vez que no pensaba o tenía tiempo libre. Cómo si su cerebro lo torturase por alguna razón que él desconocía.

Pensó en qué le pasó a su hermano, qué era eso en verdad que lo hizo cambiar así. Cómo podía estar enamorado de SeokJin. Cómo fue que terminó todo así. Pensó en Hwasa, pensó también en el sufrimiento de esa pobre mujer. Y lo humillada que se habrá sentido en saber la verdad.

Verdad.

¿Era necesario tirar todo esos años por la borda por algo...? Y ese algo, él mismo no sabía cómo catalogarlo. No sabía darle un nombre propio a eso que desconocía.

Y quizá ahí radicaba el error más grande Taehyung: catalogar. Meter en pequeñas cajas algo, darle nombre a todo y quizá ese algo no tenía un nombre. Una identidad en sí. Quizá no todo tenía una respuesta lógica, porque el amor en sí no lo es. Y toda esa incertidumbre y esas dudas a él lo sobrepasaban. No sabía qué hacer. Y tuvo miedo, miedo de su ignorancia. Porque había cosas, cómo estás por ejemplo, que él no tenía ni idea.

No sabía muy bien de qué lado estar. Cómo si se tratara de bandos, y no de su familia. Pensó en el villano y en el héroe, no pudo darle a ninguno esa entidad. Y volvió a cero y volvió a su ignorancia y a su prejuicio.

La gente tiende tener miedo a lo desconocido a eso que no se le puede dar un nombre. No siempre se puede catalogar todo y tampoco ser extremistas de que todo es bueno o malo, blanco o negro. En la vida hay matices, hay infinidades de posibilidades, de colores incluso que desconocemos. Para Taehyung, en la esa última semana, su color favorito era el rosa.

Pensó en él. Y no supo si era un recuerdo vivas recorriendole el cuerpo. Sintió Incluso una voz melodiosa en su oído, recitando, cantando una dulce canción en un idioma ajeno a él. Percibió labios en su lóbulo. Y ese recuerdo, pensamiento o sensación de esfumó cuando su celular vibró en su mano.

Un hábito que adquirió en los últimos días: tener su celular en la mano. Esperando un mensaje que no llegó desde el lunes a la noche y ya habían pasado varios días de esa última conversación. Y para ser honestos, no había mucho que contar. No supo cómo romper el hielo y entablar una conversación. Pensó varias, pero desistió de todas y su motor o motivo real, ya no yo lo era tanto. Porque en sus sueños o divagaciones recordó que hizo el sábado a la madrugada.

Sonrío cada vez que venía a su mente aquello y ese recuerdo se veía opacado por sermones interminables e infernales de una voz que no soportaba demasiado, de un hombre y porte que comenzó a detestar.

Quizá todo comenzó cuando vio a su madre golpeaba en la cocina de su vieja casa, quizá cuando vio como su madre fue humillada una infinidad de veces por él. A medida que el tiempo pasaba entendió porqué su hermano mayor se fue una vez que cumplió la mayoría de edad. Pensó que ser la cabeza de la familia lo estresaba y esa era la única excusa cobarde que encontraba. No había de otra. Optó por hacer oídos sordos a los insultos y la vista gorda en determinadas circunstancias.

HomofóbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora