Capitulo 4

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Las chicas pasaron el resto del almuerzo conversando, Lucía y Kim se burlaron de Daniela por su amor por María José en cada oportunidad que se les presentaba. Por suerte de Daniela, María José no se dio cuenta de las bromas de las otras chicas o quizás solo las ignoró. 

Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de Laura, quién si notó estas pequeñas bromas, levantando sus cejas ligeramente con una expresión llena de curiosidad en el rostro. En muchas oportunidades Laura notó la forma en que Daniela miraba no tan sutilmente a su mejor amiga. Daniela se sonrojaba cada vez que alguien notaba sus miradas hacia María José. Por su parte, Daniela trató de ocultar el rubor carmesí de sus mejillas, dejando descansar su cara en la palma de su mano, con los codos apoyados en la mesa. Estaba casi segura de que ese intento era inútil, su torpeza era evidente para todos los que estaban sentados en esa mesa. Bueno, todos a excepción de María José. Daniela no podía decidir si debía estar agradecido o no de la falta de atención de María José, era la única cosa que le impedía querer correr del lugar y morir de vergüenza. 

Daniela no sabía que tenía María José que la hacía tan atractiva, pero ella era totalmente incapaz de dejar de mirarla. Es como si María José fuera lo más hermoso que sus ojos jamán hayan visto, como si estos no tolerarían mirar a alguien más. Cada vez que Daniela intentaba unirse a la conversación de las otras chicas, ella solo se encontraba mirando a María José, mientras su cerebro trataba de grabar una imagen permanente de la chica, para preservarla en su memoria eternamente. A pesar de la conversación enérgica que llevaban las demás, la mente de Daniela fue absorbida con pensamientos de pasar tiempo con María José en la casa de Kim durante la tarde, las mariposas comenzaron a revolotear en su estómago con anticipación. Por mucho que Daniela agradeció la oportunidad de pasar más tiempo conociendo a María José, no le gustaba la idea de tener que hacerlo frente a tres testigos que, con mucha probabilidad, la verían haciendo el ridículo debido a su crush. 

A pesar de este temor inicial que sintió Daniela cuando kim invitó a María José a unirse a ellas para el almuerzo, no podía dejar de estar agradecida con su amiga. Daniela nunca habría tenido el valor suficiente para invitar a María José por su cuenta, y el pasar tiempo con ella valió totalmente la pena a pesar del ridículo que hizo. Daniela estaba contenta de que Laura se haya unido al grupo. Después de haberla conocido más durante la clase de español en la mañana, a Daniela le agradaba Laura. Esperaba convertirse en grandes amigas con ella a medida que avanzara el año, pero por sobre todo, ella esperaba poder salir con María José a causa de algún milagro. 

Al final del almuerzo, kim le dio a Laura su número y dirección. Ella le dijo que vivía en la misma calle de María José y que podían llegar a su casa a la hora que quisieran. Daniela se sintió desanimada, ya que todas se dispersaron para asistir a sus próximas clases, comparando horarios, ella no compartía clases con ninguna de ellas durante el siguiente periodo. Eso no solo significaba que Daniela tendría que dejar de ver a María José por las siguientes horas, sino que también no tendría a nadie para distraerla de una clase que sería muy lenta y aburrida.  

Lo prometido es deuda, María José volvió a ver a la Señorita Cabello e hizo todo lo posible para que Daniela no la acompañara, aunque la chica le había rogado a más no poder. María José parecía tener más energía desde el almuerzo ya que pudo hablar con mayor fluidez, pero Daniela estaba realmente preocupada de que la Señorita Cabello insistiera en que María José debía irse a casa. Daniela se preocupó, ya que esto pondría en peligro la posibilidad de que ella asistiera a la casa de kim en la tarde, y como consecuencia, la oportunidad de que ella pudiera verla una vez más antes de mañana. 

Después de lo que pareció una eternidad, la campana sonó marcando el fin de las clases, Daniela prácticamente saltó de su silla ya que estaba ansiosa por irse. Puso su mochila en el hombro, casi golpeando a una compañera que estaba atrás de ella, y salió rápidamente al pasillo lleno de gente. Siguió la marea de estudiantes y se dirigió a su auto donde esperaría a kim y Lucía, quienes aparecieron cinco minutos más tarde. 

T&T /Caché/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora