Lloré. Una vez más, si tienes una lista de reproducción triste, reprodúcela.
Los días que habían pasado desde que Draco regresó habían sido más graves que extraños, él era todo, pero no él mismo y nada volvió a ser igual. Me estaba escondiendo algo, similar a la última vez que actuó de esta manera, pero como el chico de mente fuerte que vivió para ser, se negó a compartir, me excluyó por completo, como si ya no fuera visible para él, casi no importa. Se volvió distante en mis penas, y aunque estuviera aquí, no lo estaba. No me hablaba como solía hacerlo.
No me miraba de la misma manera, estaba entumecido, y su tranquilidad me volvió loca, loca, lo necesitaba, más que nunca desde la muerte de Luna y las amenazas de Hermione de dejarme con la vida, incluso si él dormía al lado mío en el crepúsculo, abrazándome fuerte, su mente viajó, a lugares a los que no se me permitió ir, y la frialdad que trajo se volvió abrumadora, lo amo, más que las estrellas, la luna, todo en este universo combinado, incluso más lejos que un ser humano jamás podría entender, y lo extrañaba, lo extrañaba mucho, incluso si él estaba aquí, su cuerpo cerca del mío, su respiración ardiendo en mi piel, el chico que amaba se desvaneció en su miseria, y no había nada que pudiera hacer para solucionarlo.
Vi como se volvía para mirarme entre las sábanas, su piel pálida se iluminaba como porcelana, el cabello rubio había crecido más, los círculos oscuros debajo de sus encantadores ojos azules casi ennegrecidos, sus labios se separaron, un suspiro tembloroso se liberó.
-Deberías dormir. -habló, en voz baja, con los ojos aún cerrados, pero incluso si ya rara vez me miraba, me conocía, de adentro hacia afuera. -June, es tarde, necesitas dormir. -mis ojos se pusieron en blanco ante sus palabras mientras traté de moverse, las crujientes mantas se encogieron suavemente contra mi piel caliente. -No hagas eso. -murmuró, deteniendo mis intentos de alejarme de él, una mano fría se envolvió alrededor de mi cintura, acariciando mi piel suavemente.
-¿Qué?. -Susurré, mi mente drenada en duda, mi alma vacía. -¿Hacer lo que hiciste la semana pasada?. -Sus ojos se abrieron de golpe, atravesando los míos, su respiración entrecortada cuando las fosas nasales se ensancharon levemente. Toqué un nervio.
-¿Qué se supone que significa eso?. -Habló, sonando herido por mi acto, el ceño fruncido a la luz de la luna que se deslizaba por mi ventana. -¿Por qué dices eso?. -Me encuentro con sus ojos de los que me enamoré profundamente, todavía mirando intensamente a través de los míos.
Negué con la cabeza, sellando mis ojos para evitar otra discusión, porque eso era todo lo que parecía que estábamos haciendo, discutir, pelear, discutir y el dolor en mi corazón, se volvió vulnerable, ya no tenía fuerzas para hacer eso.
-Nada. Lo siento, solo durmamos.-
-No. -Empujó, apoyándose en un codo, todavía uno frente al otro. -Claramente tienes algo en mente. -la voz de Draco acusando, su tono severo. -Ilumíname, ¿qué estoy haciendo exactamente?. -Tragué saliva, casi asustada de hablar de esto, porque sabía lo sensible que era el tema de él siendo distante y lo que ha llegado a ser, cómo en el fondo se sentía más que mal por tratarme de la forma en que lo había hecho.
-Fue sólo un comentario estúpido, lo siento. No quise decir nada... -
-June. -se puso en peligro, haciendo que mis ojos se agrandaran. -Dime qué tienes en mente, ahora mismo. -Su respiración que dejó sus labios temblaron, él apreciaba que me había lastimado que algo se sentía más que mal entre nosotros. Parpadeé rápidamente, la sensación retorcida se arremolinaba en mi interior mientras inhalaba.
-Te extraño, eso es todo. -Su rostro cayó, sus ojos se suavizaron, pero ni siquiera un segundo después, frunció el ceño.
-Estoy aquí. -casi se rompió, haciendo todo lo posible para no mostrar su agrietamiento por dentro. -Estoy aquí. -arrulló, congelado, sus manos fuertes moviéndose para acercarme más.
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I'm a Riddle; Draco Malfoy |Traducción|
FanfictionREESCRIBIENDO Propiedad de : Juneekarl. Traducción autorizada -Mira. - Exige, asintiendo con la cabeza hacia el espejo frente a nosotros; sus dedos siguen empujando mi humedad mientras arqueo mi espalda con placer, gimiendo por su áspero agarre de m...