Capítulo 12: Puntos de Vista

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Londres, Inglaterra 21:30

Narra _______(t/n)

Bajé las escaleras con la mayor pereza que podría hacerlo una chica a mi edad. Andy estaba insoportable. ¡Me seguía a todas partes! Recuerdo haber leído algo sobre que son protectores, pero nunca imaginé que sería para tanto. ¡Ni al baño me deja ir sola!

- Andy, ¿que quieres?- le pregunté girándome hacia el después de estar en la cocina. Lloriqueó en mis piernas.- Necesitas salir a correr y eso, ¿no?- me miró atento.- Lo sé.- me senté en el suelo junto a el, mientras sentía el ardor detrás de mis ojos.- Ash solía ser tu compañero de gimnasia, ¿cierto?- posó su cabeza en mis piernas, mirándome como un pequeño ángel, un pequeño ángel que había crecido suficiente. 'suficiente'

Bien, ¿eso es lo que quieres verdad? Que me enoje y termine rompiendo contigo porque no tienes los huevos 'suficientes' para hacerlo vos mismo, pero si eso quieres bien, terminemos, pero no me vuelvas a llamar ¿si? ¡Porque me tienes harta! ¡No quiero saber nada mas de ti Ash Wells! ¿Oíste? ¡Nada mas!”

- Mierda, lo extraño un montón.- respiré agitada mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla.- ¿Como pasó todo esto? Digo, estábamos bien y de repente... el nunca hubiese terminado conmigo, osea, no me terminó, pero lo que decía era para hacerlo. Además nunca me llamó después de eso.- Andy se sentó y me miró ladeando la cabeza.- Siento que algo anda mal.

El timbre sonó alertando a Andy, quién corrió como alma que lleva el diablo hacia la entrada. Tenía que ser Adriana, los chicos salieron a comprar helado, pero tenían las llaves. ¿Quién más seria? Los guardias no dejarían pasar a otras personas.

Corrí a la entrada intentando callar los ladridos del perro.

- ¡Cálmate Andy!- lo empujé y abrí la puerta, encontrándome con una tableta de chocolate tapando la vista de la chica que había dejado a su chico plantado por mi. Retiró la tableta y me sonrió.- Adri.

- ¡_____(t/apod)!- abrió sus brazos y me abrazó, dejando escapar a Andy hacia el frente.- Hey, ¿ese era Andy?- el mismo volvió ladrando hacia quién años atrás había sido su niñera. Adriana se arrodilló.- ¡No me ladres! ¡Que yo cambié tus pañales cuando tu madre era una come libros!- me reí y logramos calmarlo.

- Adri.

Me miró triste y volvió a abrazarme. Había crecido un montón, la última vez que nos encontramos fue hace años, desde entonces hablamos por nuestras redes sociales, pero no es lo mismo. Si bien hace cinco años teníamos la misma estatura, ella me sobrepasó por unos cuantos centímetros. Su cuerpo se desarrolló mucho mejor y su cabello nunca se vio tan brilloso, el corte le vino excelente.

- Te extrañé un montón enana.- me reí y reprimí las lágrimas.- Todo está bien preciosa, Adriana está aquí para relajar el ambiente.

- Siento que hallas tenido que cancelar la cita por mi.- se separó de mi y me agarró de los hombros observándome como si hubiese cometido un delito.

- ¿Pero que tonterías dices mujer? La cita con Bruno la postergamos para otro día, y aunque no lo hubiésemos echo, tomaría la misma decisión una y otra vez, tu estás primero.- le sonreí.

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