Comencé a reír mientras corría hacia la orilla de la playa, dejando a Beomgyu atrás que se estaba quejando y riéndose a la vez. Con nuestras tablas de sur sujetadas en cada brazo fuimos corriendo hacia el océano, donde comenzamos a remar con nuestras manos.
Nos quedamos un momento quietos y en silencio, esperando la ola perfecta para poder montarla. A lo lejos pude ver el mar recogerse levemente, mire hacia Beomgyu y asentí, dándole la señal, el asintió también dándome una señal para que lo hiciera.
Mire al mar devuelta.
Suspire profundamente y me preparé. Ya viendo cual era la ola que quería, remé con velocidad hacia ella y agarrando toda la fuerza que tenía, puse mis manos sobre mi pecho y me levante sobre la tabla, consiguiendo la ola. Suspire sintiendo cómo el agua salpicaba mi cara y la ola debajo de mí, me incliné suavemente.
Detrás de mí pude ver a Beomgyu que hizo lo mismo, la ola era lo suficiente grande, por lo que no hubo mucho problema en compartirla. El lanzó un grito sintiendo el agua salpicar su cara, no pude evitar soltar un risa.
Luego de un rato surfeando, dejamos nuestras tablas a un lado y comenzamos a jugar en el agua, olvidándonos de las olas.
—¡Beomgyu, no! —Exclame riendo mientras Beomgyu seguía salpicandome agua, no dude en devolver la broma salpicandole devuelta. El grito al sentir el agua salada tocarle la cara, solté varías carcajadas mientras el se quejaba cómo un niño pequeño.
—¡Ya verás! —Me advirtió mientras comenzaba a salpicarme más fuerte, era tanto que no podía ver nada, me quejé y comencé a hacer lo mismo, desatando una guerra de salpicaduras.
Nos la pasamos unos minutos ahí jugando y bromeando en el agua, hasta que decidimos mudar nuestra pequeña guerra a la arena. Comenzamos a perseguirnos en la arena mientras reíamos, ignorando los silbidos que nos enviaban algunos alfas que estaban en la playa.
Estuvimos un largo rato jugando, hasta colapsamos en la arena agotados. Aun así, no dejamos que eso terminara con la diversión. Comenzamos a hacer castillos de arena, recolectar caracolas y buscar cangrejos...
Eso hasta que vimos la hora que era, y no dimos cuenta de el atardecer en la playa.
—¿Te quedarás en mi casa, verdad? —Pregunté con un leve puchero en mis labios.
—¡Claro que sí! —Exclamó Beomgyu —La diversión no ha terminado todavía ¿Y qué mejor que una fiesta de pijamas?
Me reí ante eso y lo seguí, caminamos un par de minutos hasta llegar al estacionamiento, donde nos esperaba la reluciente moto de Beomgyu. Era de un color plateado y algo pequeña, Beomgyu había ahorrado por ella durante años.
Cuando cumplió los 18, pudo sacar la licencia y comprarla. Era uno de sus mayores logros, así que era normal que la moto luciera cómo nueva cada vez que la veía, Beomgyu la cuidaba con mucha precaución.
Rode los ojos con una sonrisa cuándo se puso una chaqueta de cuero y unos lentes de sol negros, siempre insistía en que eso siempre lo hacía ver genial, y la verdad es que sí, pero no estaba dispuesto a admitirlo. Me puse el casco y me subí detrás de el.
—¿Estas listo?
Hice un sonido de acuerdo, sujetándome al él, en un segundo ya estábamos en la calle esquivando los autos y deteniendonos en lo semáforos, hasta llegar a una pequeña calle y parar al frente de mi casa.
Beomgyu estacionó su moto en un lugar donde sabía que estaría 100% segura, mientras yo lo esperaba en la puerta. Cuando ya estaba todo listo, saque mis llaves y abrí la puerta.
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𝗧𝗘𝗘𝗡 𝗕𝗘𝗔𝗖𝗛 𝗠𝗢𝗩𝗜𝗘 ★ 𝖲𝗈𝗈𝗄𝖺𝗂
Fiksi PenggemarHueningkai y Beomgyu esperaban levantarse al día siguiente con el verano habiendo terminado y las responsabilidades a vuelta de la esquina. Adivina que, no fue así. Había un millón de posibilidades al despertar, despertarse en su película favorita...