ONE SHOTS OF ORV

Rey Demonio

—¡Dokja!— observé como Han Sooyoung entraba de forma precipitada a mi oficina y tal vez de forma brusca.

—¿Qué sucede?— deje lo que estaba haciendo y me concentré en ella.

—Miguel— dijo antes de volver a jalar aire y así recuperarse.

Al parecer está chica había venido corriendo desde muy lejos, pero no hacían falta más palabras para que entendieran.

–¿Se salió de control de nuevo?— la cabeza de Sooyoung se balanceo de arriba a abajo.

—Ese psicópata demente— las palabras salieron solas.

—¿Es necesario que vaya?— renegué un poco.

Desde hace miles de años que el mundo Demonio y el Eden estaban en paz, cada uno haciendo su trabajo. Pero de vez en cuando el arcángel Miguel se encargaba de echarlo todo a perder con sus ataques hacia Reyes demonios.

—Si, eres el más cercano. Además, está apenas siendo contenido por demonios de bajo grado—

Respire ondo antes de tomar mi espada y transformarme.

—Guíame—

Como mano derecha Hay Sooyoung había sido espléndida, realizaba su trabajo como nadie más y hasta me obedecía sin la más mínima objeción. Aún era una casi humana viviendo en mi territorio, era alguien confiable y bastante capaz.

Llegó realmente de forma curiosa, ella en realidad quería llamar a un Demonio diferente pero llegué yo. Cumplí su mísero deseo de ser famosa, rica y tener una vida plena, pero cuando eso terminó, se convirtió en mi ayudante por la eternidad.

Ahora ella estaba a mi lado, aún conservaba una apariencia humana, contrario a mí no tenía unos ojos sobrenaturales, cuernos y uñas largas, solo de su pequeña espalda sobresalían una alas negras.

—Es aquí— avisó ella, deshizo una barrera temporal para que los humanos no notaran lo que en realidad sucedía.

Era una parte de un bosque, en su mayoría estaba completamente desecho y todo estaba manchado de sangre, las extremidades de algunos colegas estaban repartidas por todo el lugar. Una sonrisa asquerosa salió de los labios de Miguel cuando me observó.

—Veo que mandaron a la caballería. Rey Demonio de la Salvación, lucha conmigo—

La respuesta salió en automático de mi cuerpo, mi espada contra la suya, nos balanceamos en el aire peleando de nuevo.

Pude observar como a el lugar llegaba Jung Hewoon, la mano derecha de un poderoso Arcángel que, contra todo pronóstico, le caía bien.

—Tu atención aquí— un puñetazo a mi rostro me hizo volar unos pocos metros.

Limpié la sangre que escurría de mi boca para volver a pelear de forma más feroz. Mis puños se enterraron en sus cosillas, un ruido crujiendo me hizo feliz.

Mi espada hizo un tremendo daño en su pierna derecha, mientras que con mi brazo torcía una de sus alas.

Por último, escuche mi nombre siendo gritado por Hewoon, ella lanzó un elixir especial para poner a dormir al idiota frente a mí.

—Eso no funcionará— advirtió Miguel.

—Combinado con un bueno golpe claro que sí—

Tome del cuello al arcángel para hacerlo tragar y solo un segundo después acerté un golpe en su pecho haciendo que él cayera en la carretera.

Suspiré algo cansado de que la misma escena se repitiera, dentro de unos momentos vendría Hewoon a llevarse a este idiota de aquí. Sin embargo una pequeña variable arruinó nuestros planes.