"𝐌𝐘 𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋𝐋 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍" [ᴷᴼᴼᴷᵛ]

28- Extra: JiSeok

Sonidos de cubiertos chocándose con los platillos. Sonidos de comida siendo triturada por los dientes al masticar. El molesto sonido que hacía el silencio y aquella atmósfera de tensión que había en aquella mesa. Sabía que lo miraba pero en ningún momento apartó su vista de su plato, solo se dedicó a comer en silencio con una bola en su garganta que incluso tenía que tragar la comida forzadamente para que bajara a su estómago. Con el corazón en su puño y con intenciones de querer llorar, las ganas de vomitar sin ninguna razón regresaron. Apartó su plato de comida cuando se limpió con su servilleta y agradeció a su madre por la comida.

Caminó escaleras arriba intentando tranquilizarse y pensando con claridad. Solo quería salir de aquella casa sin importar que porque si seguía un minuto más allí dentro, definitivamente, se volvería loco y su alfa actuaría de la peor manera.

Dormir.
Si, eso le sentiría menor ¿o no?

Se adentró a su habitación cerrando la puerta detrás suya y se metió en las cobijas de su cama desordenada nada más apagó la luz del cuarto.

Lo odiaba.
Odiaba el silencio, odiaba estar incómodo en su propia casa, odiaba estar enamorado y que esa persona te ignore por completo... odiaba su vida, odiaba tener pareja predestinada y odió la espera de la muchacha para que después lo votara a la basura mientras decía "Él es mi novio" señalando a otro chico que no era él. ¿Tan mal la había tratado para que saliera con otro alfa que no fuera él?

Era doloroso recordar la llegada de aquella omega, aquellos días su lobo estaba algo tímido pero a la vez feliz tras su regreso, pero la desilusión se notó en el ambiente cuando aquella chica lo ignoró completamente sin ni si quiera saludarlo. Nunca se dirigieron la palabra en lo que llevaba en esa casa después de su llegada, así que para Hoseok lo días pasaron como si de una tortura se tratase, notándose cansado de la actitud de la omega. Decidió hacer lo mismo, ignorarla y darla su espacio, pero para su sorpresa ahora la omega parecía que quería acercarse a él.

Hoseok la rechazó y la ignoró innumerables veces, haciendo a su alfa llorar en su interior y reclamando a su omega.

Ahora era que el lobo del chico era quien pagaba las consecuencias.

Todos sabían lo que pasaba si llegaban a separar a un omega de su alfa o a un alfa de su omega. Si el vínculo no era fuerte no había ningún problema, pero si el vínculo era tan fuerte como es el caso de ellos dos... la separación traería consecuencias.

Y aquella consecuencia era entrar en una depresión por dependencia de tu pareja.

Si aquello le añadimos la destinación, cualquiera de los dos, alfa u omega tenía las de perder. Alguno de los dos o los dos podían morir. Es así como funcionaba todo este mundo y verdaderamente Jung Hoseok lo odiaba con toda su alma porque al parecer... él y su lobo eran los que se habían ganado la lotería con todo esto.

Sin poder aguantar sus sentimientos y su carencia de necesidad, soltó un sollozó y dejó escapar sus lágrimas. Se sentía tan mal todo esto... parecía que no podía con todo, como si alguien lo estuviera asfixiando y su corazón lo quemaban lentamente tratándose de la torturación más cruel del planeta.

No se dio cuenta cuando la puerta de la habitación fue sigilosamente abierta colándose por ella la luz del pasillo. Una persona se coló en aquel haciendo que sus fosas nasales se inundaran de un aura a melancolía y un olor a flores y miel inundaron la nariz del alfa. Aún sabiendo quien estaba allí no dejó de sollozar.

No paró hasta que una dulce voz sonó en la habitación, una voz que susurró su más sincera disculpa porque sabía que tenía toda la culpa de esto.

—Lo siento...

La furia en el lobo alfa de Hoseok se desató sin creerse lo que acababa de escuchar. ¿De que se arrepentía Jihyo? ¿De dejarlo solo durante cinco años o de apuñalarlo teóricamente por la espalda cuando dijo que había encontrado otro alfa? Por su culpa estaba así de mal y tal vez podía morir.